El fundador y ex secretario general de Podemos Pablo Iglesias ha pedido este domingo el voto de las bases de EH Bildu tras asegurar que «el derecho a decidir solo se puede pelear en el marco del Estado».
En un mitin en la Plaza del Arriaga de Bilbo, Iglesias, que ha reconocido que siempre ha tenido «camaradería hacia los independentistas de izquierdas», pese a las críticas internas en Podemos por mostrarlo. Ha recordado que en 2016 Arnaldo Otegi les pidió apoyar un «segundo frente independentista cuando comprobáramos que no se puede democratizar el Estado» español.
Ha asegurado que «la progresía mediática y lo que hoy es Sumar» les «reventaron» cuando no apoyaron un gobierno del PSOE con Ciudadanos y ha puesto en cuestión si, de haberlo aceptado, se hubiera acercado a las presas y presos a Euskal Herria. También ha cuestionado si se hubiera aprobado la Ley de Amnistía de no ser por Podemos.
Iglesias ha expresado que si bien su posición les salió «muy cara», sirvió para que algunas cosas cambiaran. Asimismo, ha dicho que «la izquierda abertzale está en Madrid porque sabe que Sánchez depende de ellos».
A su modo de ver, el derecho a decidir «solamente es posible en el marco de una pelea en el Estado» y, por ello, ha pedido a las y los votantes de EH Bildu que apoyen la lista de Irene Montero para que «Podemos hegemonice la izquierda estatal para una alianza con las izquierdas republicanas de las naciones sin estado». Así, ha querido presentar a Podemos como el voto útil para frenar a la derecha estatal.
Iglesias, que ha calificado a Sumar de «izquierda cobarde», ha afirmado que no entiende a la izquierda que «compra el argumento de la OTAN» de enviar armas a Ucrania cuando la Alianza Atlántica es un «instrumento de Estados Unidos» y su objetivo no es la democracia de Ucrania, sino que «Alemania le compre el gas y destruir la soberanía política de Europa».
También ha arremetido contra el PSOE por llamarse «zurdos» con ministros como Margarita Robles o Fernando Grande-Marlaska y por estar dispuestos a que Teresa Ribero esté en la Comisión Europea con otros comisarios de «extrema derecha» nombrados por sus gobiernos.