La XXXIV Marcha contra el Polígono de tiro de Bardenas Reales, que ha congregado a más de cien personas, ha tenido este domingo un recuerdo especial para Palestina.
Al término de la marcha, convocada por la Asamblea Antipolígono, Milagros Rubio y Eduardo Navascués han leído un comunicado en el que se recuerda que quedan cuatro años para que finalice el actual convenio entre Defensa y la Comunidad de Bardenas y se pide que no se renueve el acuerdo y que este territorio sea también parte del Parque Natural. Para exigir el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas, se indica en el comunicado, «tenemos motivos medioambientales, pacifistas, económicos, de seguridad».
«Estos ya debieran ser suficientes motivos para unirnos a todas y todos los navarros. De hecho, a lo largo de los años ha habido posiciones favorables de todos los colores políticos para lograrlo. En el milenio actual todo cambió, el gobierno Aznar decretó este territorio como Zona de interés preferente para la Defensa y UPN-PPN y PSN se plegaron», indica el escrito.
La Asamblea reconoce que tiene por delante el reto de «presionar para que cambie esa situación y las instituciones civiles navarras vuelvan a poner los intereses de sus ciudadanas y ciudadanos por delante de los de Defensa».
Es preciso, agrega, «fortalecer el Movimiento por la Paz, el compromiso con valores de paz, de respeto mutuo entre personas y poblaciones con distintas ideas políticas, culturas, religiones, nacionalidades, y la apuesta por el respeto medioambiental y protección de la naturaleza».
La marcha de este año, subrayan en el comunicado, «se solidariza en especial con la población palestina de Gaza, que está sufriendo una cruel masacre». «Tampoco olvidamos a las víctimas israelíes provocadas por el terrorismo de Hamas ni a las víctimas en Ucrania ni a las de todos los países en guerra. El uso de Bardenas como lugar de entrenamiento para las guerras no es ajeno a esa realidad», han añadido. Por todas esas víctimas, los participantes en la marcha han guardado un minuto de silencio.
Después, se ha retomado la lectura del comunicado para destacar que «somos una minoría quienes defendemos otro futuro para nuestra tierra, pero eso no nos resta razón. Queremos que nuestra tierra siga oliendo a tomillo y a romero, y no a glifosato. Queremos que en nuestra tierra se siga oyendo el canto de las alondras y no el ruido de las bombas. Queremos ver volar libres a los alimoches, a las águilas, y no a los Phantom y su reguero de muerte».