El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, ha protagonizado una comparecencia institucional en la que se ha ubicado como el líder republicano «frente a los dos extremos» representados por la extrema derecha y la izquierda tras su decisión de disolver la Asamblea Nacional tras las elecciones europeas y convocar nuevos comicios, que ha presentado como «una respuesta democrática» al bloqueo que vive el Estado francés.

Macron ha destacado que el domingo «nuestros compatriotas expresaron sus inquietudes sobre seguridad, inmigración, poder adquisitivo» que no pueden ser satisfechas con un cambio de gobierno.

En este contexto, ha presentado una batería de medidas que van desde la suspensión de la reforma constitucional para discriminar a los kanaks en Nueva Caledonia en el censo, la prohibición de acceder a teléfonos móviles a menores de once años, la reforma del paro, la adecuación de las pensiones a la inflación o el impulso al acceso a la vivienda a la juventud o la construcción de ocho nuevos reactores nucleares. También ha reclamado un debate sobre la laicidad, uno de los tótems del republicanismo francés.

«No quiero darle las llaves del poder a la extrema derecha en 2027», ha proclamado, acusando a RN, el partido de Marine Le Pen, de «ambigüedad» ante Rusia y de querer que el Estado francés abandone la OTAN.

El presidente ni dimite ni hace campaña

Junto a ello, Macron ha anunciado que no participará en la campaña de las elecciones legislativas, blindando su cargo de presidente de la República, ni debatirá con RN. «El presidente no está para hacer campaña», una tarea que corresponderá al primer ministro, Gabriel Attal. En este contexto, ha destacado que no dimitirá sea cual sea el resultado de las primarias.

En su búsqueda de aglutinar el denominado centro político, Macron ha arremetido también con el proyecto de Frente Popular impulsado desde la izquierda para hacer frente a la extrema derecha. «Es una alianza indecente. Léon Blum debe volver a su tumba», ha soltado, en referencia al líder de la SFIO que impulsó el Frente Popular contra el fascismo en la década de 1930.

También ha acusado a La France Insoumise, el movimiento de Jean-Luc Mélenchon, de «antisemitismo y antiparlamentarismo» y de «crear un desorden constante e inquietante en la Asamblea Nacional».

Macron también ha criticado el alineamiento del líder de Republicaines, Éric Ciotti, con RN. «Han caído las caretas», ha señalado.