Un Juzgado de lo Social de Bilbo ha reconocido que la muerte de un maquinista naval, aquejado de un carcinoma pulmonar fue derivada de una enfermedad profesional por exposición al amianto y ha mejorado las prestaciones percibidas por su esposa por los conceptos de «viudedad, muerte y supervivencia».
Según ha informado este sábado la Asociación de Víctimas del Amianto (Asviamie) en una nota, el juzgado estima así la demanda presentada por la viuda del fallecido y obliga a cumplir su fallo al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), a la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) y a las distintas empresas codemandadas en las que trabajó el fallecido, con dos excepciones.
Asviamie recuerda que este operario fue sometido desde 2012 a controles en el área de Neumología de Osakidetza, tras detectarle cicatrices en los vértices pulmonares «a causa del amianto inhalado», y critica que en aquel momento se incumpliera la «obligación» de comunicar al Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (Osalan) la «sospecha» de que se podría tratar de una enfermedad profesional, lo que hubiera permitido registrarlo como trabajador expuesto al amianto.
«Igualmente, las navieras (en las que trabajó entre 1969 y 2003) incumplieron la obligación de comunicar a la Autoridad Laboral, el personal con exposición o manipulación del amianto en los buques», lamenta Asviaimie, que recuerda que, tras su ingreso hospitalario en 2021 ya con cáncer pulmonar, al afectado «se le aplico un enfoque paliativo, hasta que falleció».
Ahora, esta asociación ha mostrado su «satisfacción» por esta sentencia que, a su entender, «desbarata la estrategia de ocultación del cáncer profesional».