A las 18.00 de este martes se cerraba el plazo de presentación de candidaturas para la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas. En total, de acuerdo al recuento de la agencia AFP, habrá 107 duelos triangulares en la segunda vuelta, una cantidad notablemente inferior a los más de trescientos duelos a tres bandas que se dibujaban, al cierre de las urnas, el domingo.

Ello se debe a que un total de 210 candidatos que, por lo general, quedaron terceros en su circunscripción el 30 de junio, han optado por retirarse para favorecer las posibilidades de que un aspirante de otro partido pueda ganar al oponente de Rassemblement National (RN).

La mayoría de esos abandonos han corrido a cargo de candidatos de la izquierda. Son un total de 126, según la agencia oficial francesa, mientras que en el campo macronista han desistido, en algunos casos a regañadientes y agotando plazos, 78 aspirantes.

La derecha de Les Républicains (LR), ha optado por el «ni Le Pen, ni Mélenchon», por lo que no aplicará la doctrina de hacer barrera a la ultraderecha que puso en vigor precisamente un presidente conservador, Jacques Chirac.

De ese centenar de circunscripciones en que habrá liza a tres, dos se encuentran en Euskal Herria.

El ejemplo de Lasserre no cunde

La candidata de MoDem, Florence Lasserre, que llegó tercera en la quinta circunscripción, la que incluye a Baiona, se retiró el lunes, con lo que en la segunda vuelta la exdiputada socialista baionarra Colette Capdevielle, candidata del Nuevo Frente Popular se enfrentará al aspirante marsellés de Rassemblement National, Serge Rosso.

En la primera vuelta, Capdevielle fue la más votada. Sumó 22.643 votos (31,81%), mientras que el aspirante de la ultraderecha recabó 19.307 sufragios (27,12%).

La diputada saliente en esa quinta circunscripción, Florence Lasserre, se hizo con 18.667 votos (26,22%), un apoyo que le animó inicialmente a seguir en la carrera, hasta que la consigna global dada por el campo presidencial de aplicar el «cordón sanitario» a candidatos del bloque de izquierda -excluyendo de manera más o menos tácita a los aspirantes adscritos a La France Insoumise (LFI)-, le hizo ceder en sus pretensiones iniciales.

Uno de sus principales apoyos en su campaña, el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, saludaba, en entrevista con ‘Mediabask’, la decisión de la ya exdiputada angeluarra. Alarmado por los resultados cosechados por la ultraderecha y sus implicaciones en el territorio, Etchegaray aseveraba que el principal objetivo, el próximo domingo, es «evitar que RN tenga una mayoría absoluta» en el nuevo reparto de escaños en la Asamblea Nacional francesa.

También EAJ-PNB, que sumó 6.200 votos en la primera vuelta, hacía «un llamamiento sin ambigüedades» para acudir a las urnas este domingo para «votar en contra de RN».

Huelga decir que la ultraderecha no sabe de barreras y se mantiene sistemática allí donde a sus candidatos les dan los votos.

De hecho, hasta donde se sabe, solo se ha desistido una candidata «ultra», en la norteña localidad de Caen, pero no por estrategia electoral, sino porque se han filtrado unas fotografías en las que se exhibía con atuendo militar nazi.

Lassalle y Devèze no saben de consignas

A excepción de la quinta circunscripción, en las otras dos circunscripciones vascas habrá triangulares.

Candidato independiente, el fundador del movimiento ruralista Résistons!, Jean Lassalle, no atiende, según explicó en un debate televisivo, a «ninguna consigna de París».

Fiel a su estilo iconoclasta, cree que puede remontar y recuperar el escaño que ocupó hasta 2022, aunque los electores le colocaran, el pasado domingo, en tercera posición.

Se hizo con 10.434 votos en ese distrito electoral mixto vasco-bearnés, quedando ocho puntos por detrás de la segunda candidata más votada, la ultraderechista Sylviane Lopez.

El aspirante que recabó más apoyos fue el diputado saliente, el socialista bearnés Iñaki Echaniz, que marcó la diferencias. Le sacó 7.000 votos a la contrincante de RN y 11.000 a Lassalle.

La liza en la cuarta es netamente favorable para Echaniz y, tras retirarse la aspirante macronista a la reelección, Lasserre, también en la quinta el horizonte se antoja a priori más despejado para la plancha que Capdevielle comparte con el alcalde de Hiriburu, el abertzale Alain Iriart.

La liza más reñida se prevé en la sexta circunscripción, donde ganó Peio Dufau, primer soberanista de izquierda en plantarse en una segunda vuelta de unas elecciones legislativas francesas.

El concejal de Ziburu se hizo con un buen caudal de votos: 21.649 (28,88%), pero sin marcar distancias tan claras con el segundo clasificado, el centrista Christian Devèze (19.803 votos y 26,4%), y con el desconocido y también exógeno aspirante de la ultraderecha, Victor Lestécouères, que se estrenó con 18.609 sufragios (24,8%).

Duelo cerrado en la sexta

Dos puntos porcentuales separan entre sí a los tres aspirantes de la sexta circunscripción, que se disputarán el escaño en la segunda vuelta del domingo.

Ello después de que, siguiendo el camino de Lassalle, también Devèze haya optado por mantener su candidatura, que en la segunda vuelta contará con el respaldo de Les Républicains. La candidata de la marca conservadora, Emmanuelle Brisson, obtuvo 8.546 votos (11,40%).

La carta abierta hecha pública, horas antes del cierre del plazo para registrar candidaturas, por las secciones departamentales de cuatro sindicatos, CFDT, CGT, UNSA y FSU, por la que solicitaban a Lassalle y Devèze que se retiraran en favor de los candidatos con mejores opciones de derrotar a RN caían, por tanto, en saco roto.

En una comparecencia en Baiona, el Nuevo Frente Popular, ganador provisional en los tres distritos vascos, agradecía la confianza decidida, y emplazaba a acudir masivamente a las urnas el domingo para apoyar a «los candidatos progresistas y humanistas en mejor disposición de ganar a Rassemblement National».