Se cumplieron los pronósticos. Los conservadores han obtenido el peor resultado electoral en los últimos 200 años, a pesar de que finalmente consiguieron superar los cien escaños. Pero no se puede negar lo evidente: el Partido Laborista ha barrido en estas elecciones, y ha sido, junto con los liberal-demócratas, el principal beneficiado del colapso del Partido Conservador.
Cuando aún quedaban dos escaños por decidir, el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, ya formaba su nuevo Gabinete. Rishi Sunak abandonó la residencia del 10 de Downing Street tras presentar su dimisión ante el rey Carlos de Inglaterra. Antes, deseó lo mejor a su sucesor. «Sus éxitos serán todos nuestros éxitos y le deseo lo mejor a él y a su familia», afirmó.
Durante su discurso en las escaleras de Downing Street, Starmer dijo que su Gobierno se esforzaría por «reconstruir» los servicios públicos británicos, principalmente la sanidad, recortar las facturas de energía y asegurar la frontera del país. También afirmó que el cambio debería empezar lo antes posible, y esa es una promesa que ha cumplido.
Ya en la residencia, y después de la requerida visita a Buckingham Palace para recibir la petición real para la formación de Gobierno, Starmer convocó a los electos de su partido e inició la formación de su Gabinete, con Angela Reiner en el cargo de vice-primera ministra y secretaria de Estado de Vivienda y Comunidades. Rachel Reeves se ha convertido en la primera mujer responsable de la cartera de Finanzas en la historia de Gran Bretaña. En sus primeras declaraciones tras su nombramiento, Reeves afirmaba que a menudo no está de acuerdo con las decisiones políticas tomadas en el ministerio. «No me hago ilusiones sobre la magnitud de los desafíos que enfrentamos», dijo, añadiendo que «queda un largo camino por delante».
David Lemmy, conocido por sus críticas al expresidente estadounidense Donald Trump, es el nuevo ministro de Exteriores; Yvette Copper será responsable de la cartera de Interior; John Healy es el nuevo ministro de Defensa y Pat McFadden fue nombrado Canciller del Ducado de Lancaster, lo que le convierte en el segundo cargo en nivel de importancia en el Gobierno británico.
Cambio en el liderazgo conservador
El primer ministro saliente ya ha anunciado su dimisión como líder del partido, que se hará efectiva en las próximas semanas. Sunak es uno de los 120 conservadores que mantuvo su escaño en unas elecciones que se han llevado por delante a 250 diputados del partido, entre ellos pesos pesados de la derecha ultraconservadora como el que fuera aliado de Boris Johnson Jacob Rees Mogg y la ex primera ministra Liz Truss, cuyo Gobierno sobrevivió tan sólo 49 días. Perdió por poco ante los laboristas en el distrito electoral de South West Norfolk, donde había disfrutado anteriormente de una enorme mayoría de 24.180 votos.
A ellos se unen Grant Shapps, el secretario de Defensa; la presidenta de la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, que se postuló contra Rishi Sunak por el liderazgo del partido antes de convertirse en primer ministro; la secretaria de Educación, Gillian Keegan; la secretaria de Cultura, Lucy Frazer; y el ministro de Veteranos, Johnny Mercer.
Sí sobrevivieron a la quema el exministro de Finanzas Jeremy Hunt, pero con una mayoría muy reducida, y el hasta ahora primer ministro Rishi Sunak, quien ganó su escaño en Yorkshire con una cómoda mayoría de alrededor de 12.000 votos, y se vio obligado a usar su discurso de aceptación para ceder y confirmar que su partido había perdido las elecciones.
Sir Keir Starmer es el nuevo primer ministro y gobernará con mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes del Parlamento de Londres. Los laboristas han obtenido 412 escaños de un total de 650, lo que significa un incremento de 211 diputados.
En su primer discurso como primer ministro en Downing Street, Starmer prometió iniciar un período de «renovación nacional», y poner «primero el país, segundo el partido», aunque pidió tiempo al electorado para que esos cambios se sientan en el día a día de los británicos.
Ascenso de liberal-demócratas y ultras
Otro de los vencedores de la noche fue el partido Liberal Demócrata, que obtuvo 71 escaños, 63 más de los que consiguió en 2019.
Desgraciadamente, el líder de la derecha xenófoba y antieuropeísta, Nigel Farage, también obtuvo un escaño, y se unirá a tres de sus colegas del partido de la Reforma en la Cámara Baja, muy por debajo de la proyección inicial de su partido de 13 escaños, aunque varios de sus candidatos fueron los segundos más votados, superando a los candidatos conservadores.
La proporción de votos del partido parece ser de alrededor del 14%. Este sigue siendo el mejor resultado de las sucesivas formaciones políticas creadas por Farage, como el UKIP y el Partido Brexit. El izquierdista Partido Verde también obtuvo cuatro escaños.
También la predicción sobre el derrumbe del apoyo del electorado al Partido Nacional Escocés (SNP) se ha cumplido. Las acusaciones de malversación contra el tesorero del partido y marido de la ex-primera ministra Nicola Sturgeon, y un reciente cambio de liderazgo han jugado en contra d el SNP, que ha perdido 38 diputados, reteniendo tan solo nueve escaños.
La victoria laborista se vio oscurecida por derrotas de sus candidatos frente a políticos independientes con un mensaje propalestino, como fue el caso de Praful Nargund, derrotado por el antiguo líder laborista, Jeremy Corbyn, que se ha presentado a estas elecciones como independiente.
El Partido Laborista pidió un alto el fuego humanitario en Gaza en febrero, pero se considera que lo hizo casi obligado y demasiado tarde, y el electorado en aquellos distritos de alta presencia musulmana no se lo ha perdonado.
Starmer también echará de menos a Jonathan Ashworth y Thangam Debbonaire, quienes no fueron elegidos por los ciudadanos a pesar de que los analistas les veían formando parte del Gobierno laborista.
El DUP colapsa, Sinn Féin se mantiene
Los resultados de estas elecciones generales han confirmado que Sinn Féin es la fuerza política mayoritaria, en votos y numero de electos en el norte de Irlanda. Los republicanos cuentan con el mayor número de representantes locales, en la Asamblea de Belfast y en Londres.
El partido republicano, que no ocupa sus escaños en la Cámara de los Comunes debido a su larga política de abstencionismo, consolidó los siete escaños en el Parlamento de Londres, incrementando su porcentaje de voto en un 4.3%.
Su líder, Mary Lou McDonald, afirmó que era hora de «prepararnos juntos para un nuevo futuro en esta isla».
Como se predecía, esta no ha sido una buena elección para el DUP. El partido unionista consiguió ocho escaños en 2019 y regresa con cinco en 2024. Como se esperaba, perdió el escaño de Jeffrey Donaldson, el líder del partido que encara acusaciones de abusos sexuales. Lo ganó el partido de la Alianza, al igual que Jonathan Buckley fue derrotado por Sorcha Eastwood en un distrito electoral que siempre había elegido políticos unionistas hasta este momento.
En otro de los distritos electorales históricamente controlados por el DUP, el norte de Antrim, el hijo del fundador del partido, Ian Paisley Jr., perdió ante el líder del ultra-unionista TUV Jim Allister un escaño que había estado en manos del DUP desde 1970. Y en el sur de Antrim, la situación no mejoró, ya que Robin Swann del Partido Unionista del Ulster (UUP) arrebató el escaño a Paul Girvan. El UUP dominaba la política del norte de Irlanda, sobre todo en lo que se refería al Parlamento de Londres, pero no habían tenido un diputado desde 2017.
El Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) regresó con sus dos diputados, Colum Eastwood y Claire Hanna. Finalmente, un unionista independiente, Alex Easton, ex miembro del DUP, obtuvo el escaño frente al co-líder del Partido de la Alianza, Stephen Farry.
Un tercio de los votos
El Partido Laborista logró una mayoría de dos tercios del Parlamento con solo un tercio de los votos debido al sistema electoral británico, en el que en cada circunscripción el electorado da la victoria a un único diputado de un partido concreto.
Palestina
El laborismo pierde bastiones locales frente a candidatos independientes que han basado su campaña en la defensa de Palestina ante la agresión israelí. Cae 11 puntos de media en circunscripciones donde más de un 10% de sus votantes se identifican como musulmanes.
Castigo a los «tories»
El voto de castigo a los conservadores ha sido decisivo. En 2017, con el liderazgo de Corbyn, el Partido Laborista obtuvo 12,8 millones de votos, el 40% –6 puntos más que Starmer–, pero se quedó en 262 escaños. En 2019, 10,2 millones, frente a los 9,7 de Starmer.
Escocia
«Esta noche difícil se suma a lo que ha sido un período complicado para el SNP», admitió el ministro principal escocés, John Swinney. «Tengo que aceptar que no logramos convencer a la gente de la urgencia de la independencia», añadió.