Uno de los liberados, Nader Asaliya, ha declarado a la cadena catarí Al Jazeera que «nos han tratado de forma inhumana en las prisiones y nos han llamado perros. Nos han sometido a todo tipo de torturas, hambre y humillación».
En los vídeos que muestran su llegada a Gaza se observa a la única mujer del grupo, Najah Safi, descender del vehículo llorando mientras otros liberados, visiblemente afectados, la siguen escoltados por los médicos de la Media Luna Roja Palestina.
Aún no ha trascendido si los encarcelados provenían de la cárcel de Sde Teiman, en el sureño desierto del Néguev, la cual ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones humanitarias al ser conocida como el núcleo de las torturas contra palestinos.
A lo largo de este mes, Israel ha liberado en varias ocasiones a presos palestinos que se encontraban en sus cárceles, dado que estas están llenas. El Shin Bet, el servicio interior de inteligencia israelí llegó a asegurar en un comunicado que la sobrepoblación de las cárceles le obligaba a liberar a presos sospechosos de estar vinculados con Hamas y que en condiciones normales deberían continuar detenidos.
El Ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista y antiárabe Itamar Ben Gvir, encargado desde su cartera de la gestión de las prisiones, ha confesado que uno de sus principales objetivos es «empeorar las condiciones de los terroristas en las cárceles» y que «todo lo publicado sobre las abominables condiciones» de los cautivos es cierto, especialmente en referencia a la falta de alimentación.