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Los 24 protagonistas del mayor canje entre Rusia y Occidente desde 1985

Los protagonistas del mayor canje de presos entre Rusia y Occidente desde 1985 han sido 24 personas, a lo que hay que sumar a dos menores de edad, hijos de una pareja rusa liberada por Eslovenia. Entre ellos, Pablo González.

Biden y Harris, en la recepción a los estadounidenses canjeados con Moscú.
Biden y Harris, en la recepción a los estadounidenses canjeados con Moscú. (Roberto SCHMIDT | AFP)

Un total de 24 personas han sido los protagonistas del mayor canje de presos entre Rusia y Occidente desde 1985. Los liberados incluyen a periodistas, opositores, agentes de los servicios secretos, varios condenados por espionaje y, por primera vez en la historia, a activistas y defensores de los derechos humanos en un intercambio masivo.

El presidente ruso, Vladímir Putin, había dejado claro hace muchos meses que el agente del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Vadim Krásikov, condenado a cadena perpetua por una muerte en Alemania, era el mayor objeto de deseo del Kremlin en caso de un canje con Occidente.

En declaraciones a la prensa occidental, Putin defendió esa muerte aduciendo que Krásikov «cumplió con su deber patriótico al eliminar a un criminal vinculado con la guerrilla separatista chechena».

Por ello, no fue casual que Krásikov fuera el primero en descender anoche por la escalerilla del avión y el primero con el que el jefe del Kremlin se fundió en un abrazo.

Los otros siete rusos incluyen a tres acusados de espionaje en países europeos. Artem Dulcev y Ana Dulceva se declararon culpables de los cargos de espionaje y falsificación de documentos ante la Justicia de Eslovenia antes de ser liberados. Mijaíl Mikushin también fue condenado por el mismo motivo en Noruega.

El periodista vasco nacido en Rusia, Pablo González, también fue acusado de espionaje a favor de Rusia, motivo por el que llevaba encarcelado casi dos años y medio en Polonia, aunque sin presentar ninguna prueba en su contra y sin que se haya celebrado un juicio.

El jáquer Román Selezniov cumplía 27 años de prisión en EEUU, Vladislav Kliushin fue sentenciado en ese país a nueve años por delitos informáticos, mientras Vadim Konoschenok fue detenido en Estonia y extraditado a EEUU por comprar equipamiento electrónico para la industria militar rusa.

Los cautivos estadounidenses

A petición de la defensa, los tribunales rusos habían acelerado en julio el juicio contra el periodista de ‘The Wall Street Journal’, Evan Gershkovich, que fue condenado a 16 años por espionaje por un reportaje sobre el suministro de armamento a las tropas rusas que combaten en Ucrania.

En el mismo paquete entró el exmarine Paul Whelan, que cumplía la misma condena también por supuestamente trabajar para la CIA. Les acompañó la periodista ruso-estadounidense Alsú Kurmashova, que trabaja para Radio Free Europe/Radio Liberty.

El presidente de EEUU, Joe Biden, los recibió, incluido Vladímir Kara-Murzá, el periodista ruso que cumplía 25 años de cárcel en Siberia y que colaboró durante muchos años con medios estadounidenses.

Según la prensa alemana, la Justicia germana dio de muy mala gana el brazo a torcer en el caso de Krásikov, algo que reconoció el propio Biden.

A cambio, cinco ciudadanos alemanes, algunos de los cuales también tenían pasaporte ruso, fueron liberados por Moscú. Putin indultó anoche a los dos condenados por espionaje: Kevin Lik, de 19 años, y Demuri Voronin.

En cuanto a los otros tres alemanes liberados, German Moyzhes y su compatriota Patrick Schoebel aún no habían recibido formalmente una condena en Rusia. Mientras, Rico Krieger había sido indultado hace días por el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, después de ser condenado a muerte por ‘terrorismo’.

Un puñado de opositores

Por primera vez, según los historiadores, Moscú aceptó canjear a opositores, activistas y defensores de los derechos humanos.

Es el caso de Oleg Orlov, el octogenario dirigente de la organización Memorial, premiada en 2022 con el Nobel de la Paz. Le acompañó otro conocido opositor, Iliá Yashin, quien fue condenado por criticar la campaña militar rusa en Ucrania, y también Andréi Pivovárov, quien trabajó para Rusia Abierta, organización fundada por Mijaíl Jodorkovski.

El canje incluyó a varios colaboradores del fallecido líder opositor, Alexéi Navalni: Lilia Chanisheva, Vadim Ostanin y Ksenia Fadéyeva, la última persona en ver a Navalni antes de su envenenamiento con Novichok en 2020.

La excepción a la regla fue la artista Alexandra Skolichenko, quien fue condenada por sustituir las etiquetas de los precios de un supermercado por mensajes sobre los supuestos crímenes de guerra cometidos por soldados rusos en Ucrania.

Precisamente, el gran ausente en el canje fue Navalni. El opositor debió ser liberado en febrero pasado a cambio de Krásikov, pero Putin impidió en el último momento el canje, según denunciaron los colaboradores de Navalni.

El enemigo número uno de Putin murió en una prisión ártica, pero sus colaboradores han sido liberados, de lo que se congratuló su viuda, Yulia Naválnaya, a la que llamó el jueves por teléfono la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, para expresarle su apoyo.