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El gobernador de la región rusa de Kursk declara emergencia por una incursión ucraniana

Cinco civiles han muerto hasta la fecha en una incursión ucraniana en territorio ruso fronterizo, que comenzó el martes y sigue este miércoles, cuando las autoridades locales han declarado el estado de emergencia.

Daños dejados por los ataques ucranianos en la localidad de Sudzha, en Kursk.
Daños dejados por los ataques ucranianos en la localidad de Sudzha, en Kursk. (AFP Governor of Kursk Region )

El gobernador en funciones de la región rusa de Kursk ha declarado este miércoles el estado de emergencia en las zonas fronterizas debido a la incursión ucraniana que comenzó el martes y que las fuerzas rusas intentan expulsar desde hace más de 24 horas.

«En la región de Kursk se mantiene la compleja situación en las zonas fronterizas. Para paliar las consecuencias de la incursión de las fuerzas enemigas en el territorio de la región tomé la decisión de declarar desde el 7 de agosto el estado de emergencia en el territorio de la región», ha informado en su cuenta de Telegram.

En el transcurso de estos dos días, la alerta antiaérea en esta región se ha activado en reiteradas ocasiones.

El Gobierno local informó de que desde el comienzo de la incursión varios miles de personas han abandonado la región y más de 600 han sido ubicadas en albergues.

A consecuencia de los ataques han muerto hasta el momento cinco civiles y otros 31 resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad ruso.

El ataque ucraniano ha sido calificado por el presidente ruso, Vladímir Putin, de «provocación a gran escala» de Ucrania, a la que acusa de llevar a cabo «bombardeos indiscriminados con diferentes tipos de armas, incluyendo misiles, contra edificaciones civiles, edificios de viviendas y ambulancias».

El anterior intento de incursión de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk tuvo lugar en marzo pasado, cuando, según el FSB, fueron abatidos más de 100 soldados enemigos y destruidos seis tanques.

En el pasado, estas incursiones fueron siempre fueron reivindicadas por grupos armados integrados por voluntarios rusos al servicio de las autoridades de Kiev, cosa que no ha ocurrido en esta ocasión.