Miles de palestinos huían ayer de los barrios de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, después de que el Ejército israelí volviera a emitir órdenes de evacuación en preparación de nuevas operaciones militares.
La matanza de la víspera en una escuela-refugio en ciudad de Gaza, que dejó un centenar de muertos con cuerpos despedazados y quemados, provocó el rechazo internacional pero ninguna consecuencia que frene a Israel, que al día siguiente siguió extendiendo el terror por la Franja.
A primera hora de la mañana, aviones de combate israelíes lanzaron mensajes pidiendo a los civiles que abandonaran las zonas de Al Jalaa, Al Salqa, Al Qarara, Bani Suhaila, Abasan y Jirbet Juza’a, en el este y noreste de la ciudad, a la vez que el Ejército enviaba mensajes SMS, empujando a familias que a menudo ya han sido desplazadas varias veces por los bombardeos, ininterrumpidos durante diez meses.
Jan Yunis ha sido objeto de varias campañas importantes que redujeron casi toda la ciudad a escombros. Sus habitantes huyeron a Rafah, donde otra incursión israelí les volvió a forzar a buscar un lugar seguro que no existe en la Franja. Las tropas israelíes regresan periódicamente a las zonas de las que se habían retirado y dejan arrasadas, asegurando que quieren desalojar a los combatientes de Hamas, pero el efecto es sobre todo acabar con los habitantes exhaustos que intentan sobrevivir.
Ayer familias con algunas pertenencias reunidas apresuradamente abandonaron Al-Jalaa, a pie, en carros o camionetas cargadas con colchones, ropa o utensilios de cocina. Oum Sami Shahada, de 55 años, relataba que «al comienzo de la guerra, huí de la ciudad de Gaza a Jan Yunis. Mi hija murió allí en un bombardeo, así que nos fuimos a Rafah; luego volvimos aquí y ahora, con esta nueva orden de evacuación, ya no sabemos adónde ir».
Solo en los últimos días, más de 75.000 personas han sido desplazadas en el suroeste de la Franja, denunció Philippe Lazzarini, comisario de la Unrwa, la agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos. «Los habitantes de Gaza están atrapados y no tienen adónde ir. Algunos solo pueden llevar consigo a sus hijos, otros han puesto toda su vida en una pequeña bolsa», añadió.
El 4 de agosto, Israel también ordenó la evacuación de barrios del sureste de la ciudad, tras una incursión a finales de julio que dejó unos 300 muertos. Según la ONU, unas 200.000 personas huyeron de Jan Yunis entre el 22 y el 27 de julio durante esta última incursión terrestre, que dejó gran parte de la localidad totalmente arrasada.
Ahora Israel vuelve a reducir las zonas que declara «humanitarias» a poco más del 14% del encalve, que de todas formas son blanco de bombardeos y donde cientos de miles de personas se hacinan en tiendas de campaña sin acceso a la electricidad ni agua corriente.
Además de la nueva incursión en Jan Yunis, el Ejército israelí continuó sus operaciones militares en Nuseirat, en la ciudad de Gaza y en Rafah, sin pausa después de las condenas de la comunidad internacional sobre la matanza de la escuela de Al Tabain.
Precisamente, la falta de acciones contra Israel más allá de la retórica del rechazo a cada masacre y la actitud comprensiva occidental ha permitido durante diez meses que haya matado ya a más del 2% de la población del enclave, unas 50.000 personas, de las que 10.000 siguen desaparecidas bajo los escombros de un territorio arrasado.
Negociación, excusa para el estancamiento
En el caso de Estados Unidos, la Casa Blanca mostró su «profunda preocupación» por el ataque israelí, poco después de anunciar una nueva ayuda militar a Israel por un valor de 3.500 millones de dólares.
El canciller alemán, Olaf Scholz, que habló ayer con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se limitó a pedirle «romper la espiral de destrucción de violencia de represalia, reducir la tensión y trabajar constructivamente para una desescalada».
Scholz, al igual que hizo la víspera la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, le urgió también a «finalizar un acuerdo para la liberación de los rehenes y un alto el fuego», pero defendiendo la agresión a Gaza al asegurar que ya «se han alcanzado muchos de los objetivos militares en la lucha contra Hamas» y culpar a la resistencia palestina de la muerte de civiles. La referencia a la negociación sin medidas de presión efectivas sobre Israel apuntalan la continuidad de las masacres. Incluso en el seno del Ejército israelí, los altos mandos acusan a Netanyahu de no tener una hoja de ruta a seguir tras diez meses de destrucción, más allá de continuar la guerra como medio de supervivencia política.
Soldados entrevistados por el diario “Ynet” reconocieron que el Gobierno israelí no ha fijado un objetivo a largo plazo y que la situación actual es de «estancamiento». «Estamos actuando de acuerdo con decisiones políticas», lamentaron.
Netanyahu lo negó, insistiendo en que «el objetivo es la victoria», pero no es la primera vez que medios israelíes recogen el malestar de los soldados, algunos de los cuales han reconocido la incapacidad de eliminar a Hamas y de poder recuperar a los más de cien prisioneros que continúan allí.
El cese de los combates es algo que también reclaman los familiares de estos prisioneros. Israel anunció que enviará una delegación de negociadores el próximo jueves para abordar «los detalles de la implementación del acuerdo» de tregua, pero hasta ahora su estrategia ha sido la de dilatar y embarrar la negociación evitando cualquier acuerdo.
Ni en Europa –pese a las condenas de varios países y a las declaraciones del representante diplomático, Josep Borrell, que dijo estar «horrorizado» por la última matanza– ni entre los países árabes, que también utilizaron términos duros para rechazarla, ha sido suficiente para adoptar ninguna otra medida.
El primer ministro irlandés, Simon Harris, pidió ayer una revisión urgente del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel, tras calificar la acción israelí como «repulsiva» y recordar que 490 de las escuelas de la franja han sido bombardeadas o dañadas.
Dublín, junto a Madrid, ya solicitó el pasado mayo la revisión de este acuerdo que contiene cláusulas de derechos humanos, pero buena parte de los socios de la UE sigue alineada sin dudas con Israel.
Líbano
Israel mató a tres personas en el bombardeo de Taybeh, en el sur de Líbano, mientras Hizbulah lanzó un escuadrón de drones contra la base militar de Michve Alon, en respuesta al ataque israelí contra un mando de Hamas el viernes en Sidón.
Cisjordania
Un israelí murió y otro resultó herido por un tiroteo cerca de la localidad palestina de Tubas, en el norte de Cisjordania ocupada, en un suceso que el Ejército israelí atribuyó a un ataque palestino. Hamas la consideró «una reacción natural al genocidio que se está perpetrando en la Franja de Gaza, incluida la masacre de la escuela de Al Tabain».
ONU
La representación argelina ante la ONU ha solicitado la convocatoria para el próximo martes de una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad tras el bombardeo israelí sobre la escuela Al Tabain, donde provocó un centenar de muertos. EEUU veta constantemente en el Consejo cualquier resolución que comprometa a Israel.