Maria Branyas, la superanciana catalana que está considerada como la persona más longeva del mundo, ha fallecido este martes a los 117 años. Hace años residía en la residencia Santa Maria del Tura de Olot (Girona).
Según ha informado su familia en un comunicado en X, Branyas ha muerto «como ella quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor». En el mismo mensaje, aseguran que la recordarán siempre por sus consejos y su bondad, en sus palabras, y han indicado las palabras que les decía hace unos días: «Un día que desconozco, pero que está muy cerca, este largo viaje habrá terminado. La muerte me encontrará gastada de haber vivido tanto, pero quiero que me encuentre sonriendo, libre y satisfecha».
En marzo, al cumplir su último aniversario, sus allegados explicaron que María sabía que es la persona de mayor edad del planeta, «pero le da igual, dice que no es ningún mérito suyo». Rosa Moret, la menor de sus tres hijos, explicaba que su madre había sufrido un bajón «bastante grande», a consecuencia de la avanzadísima edad.
Hace unos días, su familia apuntaba en otro mensaje en la misma red social que Branyas, en sus palabras, sentía que se acercaba su hora: «Me siento débil. Se acerca la hora. No lloréis, no me gustan las lágrimas. Y sobre todo no sufráis por mí. Ya me conocéis, allí donde vaya seré feliz, pues de algún modo os llevaré siempre conmigo».
Nacida en San Francisco (Estados Unidos) el 4 de marzo de 1907, Branyas regresó a Catalunya con su familia de pequeña, en 1915, y ha vivido dos pandemias (gripe española y covid–19), la Guerra de 1936, la posguerra y el franquismo.
Desde los 92 años, esta catalana reside en la residencia de Olot y ha batido uno a uno todos los récords; desde 2023, es la persona más longeva en vida del mundo.
Tal como se conoció el pasado año, cuando Branyas se convirtió en la mujer más longeva del mundo, esta «superanciana catalana» (como indica su cuenta de X) es hija de Josep Branyas, periodista de la revista ‘Mercurio’ nacido en Iruñea.
Caso a estudio
El investigador Manel Esteller, eminencia en el campo de la genética y director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, recogió hace unos meses muestras de la superanciana para estudiar por qué su genoma es tan resiliente ante las enfermedades.
Su caso excepcional puede servir a los científicos para entender mejor los mecanismos de envejecimiento del cuerpo, que están asociados a enfermedades como el cáncer o la demencia, para que este conocimiento pueda utilizarse en futuros fármacos.
Según la Asociación Gerontology Research Group (GRG) que se encarga de verificar qué personas son supercentenarias, es decir, que han cumplido los 110 años, mediante los certificados de nacimiento y de matrimonio, once personas, todas mujeres, han vivido más que María Branyas, pero ya han fallecido todas.
El récord de longevidad lo ostentaba antes la francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997, que vivió exactamente 122 años y 164 días; le siguen la japonesa Kane Tanaka, que vivió 119 años y 107 días, la norteamericana Sara Knauss, con 119 años y 97 días de vida y con 118 años y 340 días la también francesa Lucile Randon.