El primer mes del curso está siendo un vía crucis para la Real y su entorno, que no se repone de un susto y ya le llega otro. Incluso nos podríamos ir un poco más lejos, porque el mercado veraniego ya fue un sinvivir entre los que se marchaban (Le Normand y Merino), los que se podían marchar (Zubimendi) y los que no llegaban, que lo hicieron ya con la campaña empezada (Oskarsson y Aguerd).
En lo deportivo, estos movimientos en la plantilla y la tardanza en retornar a Zubieta de quienes disputaron la Eurocopa y los Juegos ha hecho que en las cuatro primeras jornadas el equipo haya dado muestras de estar muy lejos de lo que se espera. En casa se han perdido los dos partidos disputados (Rayo y Alavés) y el próximo visitante es el Real Madrid. Si se suma la pobre imagen ofrecida en Getafe, en el realismo se ha decretado el estado de pesimismo.
Porque las desgracias nunca llegan solas, y en pocos días tres de los titulares fijos para Imanol se han lesionado de importancia. En Getafe el primero fue Brais, con una recaída de la rotura de la fractura de base del quinto metatarsiano de su pie derecho, por la cual tuvo que ser operado el pasado marzo. No parece tan grave como entonces, pero en principio permanecerá unas semanas ausente.
Peor fue lo de Traoré. El lateral derecho se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le dejará fuera de combate para toda la campaña. Una lesión que se está cebando con dureza con los blanquiazules en los últimos año. El de Malí fue operado el miércoles en Barcelona y está previsto que este viernes sea dado de alta. Afortunadamente, Imanol cuenta con Odriozola, Aramburu y el multiusos Aritz para ocupar esa posición.
Y este jueves le tocó a Mikel Oyarzabal. El capitán de la Real salió ayer cojeando del partido que enfrentaba a Serbia y España, en el marco de la Liga de las Naciones. El de Eibar tuvo un encontronazo en la última jugada con un jugador balcánico y tuvo que ser retirado en camilla. «No tiene buena pinta», señalaba ante las cámaras de la televisión su compañero Martín Zubimendi.
En sala de prensa, el seleccionador español, Luis de la Fuente, indicaba que «Mikel tiene un esguince muy fuerte de tobillo, mañana veremos la evolución, le haremos las pruebas y esperemos que sólo se quede en un esguince, que es lo que parece».
Este viernes la Real Sociedad ha confirmado el pronóstico: efectivamente se trata de un «esguince de alto grado». Como es habitual no se ofrece tiempo de recuperación estimado pero a tenor de precedentes similares de otros jugadores podrían ser unas 3-4 semanas más.