Si alguien cree que la crispación y la polarización en los debates en el hemiciclo de las Cortes que protagonizan Sánchez, Feijóo y los portavoces del Congreso son de lo más hostil, es porque no ha visto los de la Asamblea de Madrid. No es reciente, viene desde hace años pero cada vez va a más, capitaneado por Isabel Díaz Ayuso.
Este viernes los dirigentes castizos han encontrado una nueva ventana de oportunidad para echarse escombros encima con el Debate del Estado de la Región que tiene lugar en la Asamblea ubicada en el barrio de Vallecas. Pero especialmente en un asunto: el de la propuesta del gobierno de Ayuso de crear un centro de atención específico para hombres que digan haber sido víctimas de acoso o violencia sexual. La mesa estaba servida.
La propia Ayuso había dicho este jueves, visiblemente orgullosa, que impulsará la construcción del «primer centro» para hombres, le destinará un presupuesto anual de 700.000 euros y está previsto que sus puestas abran el año que viene. Se llamará ‘Centro de Atención Integral Especializado para Hombres Víctimas de Violencia Sexual’ y el motivo para el mismo es que el Ejecutivo de Puerta del Sol «ha detectado que muchos varones han sufrido este tipo de violencia».
La presidenta madrileña presume de que será «el primer centro» para hombres, con un presupuesto anual de 700.000 euros y abierto sin demora, en 2025
El dato de Interior sobre que casi 9 de cada 10 agresiones a la libertad sexual son sufridas por mujeres y niñas y poco más del 10 por ciento por hombres y niños (si los hombres mayores de edad fueran analizados en forma segregada la cifra probablemente sería irrisoria) no solo no parece importarle a Ayuso, sino que lo utiliza como anillo al dedo para su «guerra cultural», y a pesar que el Gobierno regional viene reduciendo año tras año los pisos destinados a acoger a víctimas de violencia machista.
«Militante de la reacción»
Al comenzar la segunda jornada de este debate (en la víspera Ayuso había hablado durante más de dos horas sobre la situación que a su entender tiene Madrid y sus propuestas), ha tenido su turno la líder de la oposición, portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, quien sustituyó a fines del año pasado a Mónica García cuando ésta pasó a conducir el Ministerio de Sanidad.
«Usted ha decidido ser parte de la ola reaccionaria de Europa, esa que todavía no ha podido inundar la Moncloa. Usted señala a los migrantes con bulos, restringe libertades de las personas LGBTi cuando legisla y se burla de cada avance feminista, de cada avance para una sociedad más justa. Señora Ayuso, si le importa la violencia sexual contra los hombres no la utilice para dividir al feminismo. No se lo vamos a consentir», ha dicho Bergerot.
La diputada le ha explicado a Ayuso que «hacerse cargo de la violencia contra los hombres también es feminista» y ha opinado que la idea de construir un centro para hombres «es perfectamente coherente» con una ‘lideresa’ que «trata de niñatas a las mujeres que exigen volver a casa de fiesta sin que las violen».
Bergerot (Más Madrid): «Si le importa la violencia sexual contra los hombres no la utilice para dividir al feminismo. No se lo vamos a consentir»
«Usted se volvió una militante de la reacción, y decidió volverse así cuando decidió derogar la ley Trans a costa de las infancias trans y la comunidad LGBTi de Madrid. La misma ley que usted votó hace diez años. Señora Ayuso, usted es una enemiga de la libertad», ha recalcado.
Para más inri, Bergerot, una argentina emigrada de muy pequeña a Madrid, ha concluido: «Usted decidió ser una triste imitadora de Javier Milei y una parte de sus votantes no se lo va a perdonar. Cree que será un personaje para la historia pero será un personaje de historieta».
Ovacionada de pie, Bergerot se ha ido a su escaño y una Ayuso vestida de blanco angelical y con un tono muy calmado ha comenzado victimizándose por la actitud de la oposición, a la que tacha de comportarse «como el Fondo Sur». Pero poco a poco ha ido subiendo los decibelios.
Ha defendido su promesa del día anterior y ha ido a más: ha anunciado que recuperará la vieja denominación de la Dirección General de la Mujer, que en 2019 había sido modificada por Dirección General de Igualdad, y ha dicho que la izquierda apela a un constante «falso feminismo para atacar a los hombres», algo que aplica con «división maniquea» porque en el fondo es una «igualdad pop».
Ayuso, este viernes: «Se va a acabar ese mantra de la igualdad como si fuéramos iguales [hombres y mujeres]; ni lo somos ni queremos serlo»
«No me sorprende porque Más Madrid es un grupo que viene de Podemos, que se escindió de Podemos por luchas internas de poder, se cortaban cabezas en guillotinas y entraron a la política para desguazarlo todo. Desde que la ultraizquierda entró a los legislativos, la política se fue al garete», ha vituperado. Por supuesto ha mencionado a «los herederos de ETA», infaltable muleta discursiva, y hasta ha opinado que la izquierda «criminaliza la vida normal».
«Vamos a defender a hombres y mujeres en igualdad de oportunidades y ante la ley, por eso se va a acabar esa mantra de la igualdad como si fuéramos iguales. No somos lo mismo ni queremos serlo, no hay dos personas iguales. Cuando estoy en el turno de palabra me tratan de manera muy inmisericorde, a mi familia, para eso no sois mujeres. Sois mujeres para el ‘me golpearon’, lo mismo de siempre. Vamos a recuperar la Dirección de Mujer porque esto de la falsa igualdad está siendo impregnado de ridiculeces», ha disparado.
Ministra Redondo: «Tramposa y trumpista»
También desde el Consejo de Ministros vinieron críticas sobre la nueva medida kitsch del ayusismo. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha dicho que se trata de una idea «tramposa, trumpista y muy peligrosa», y que ahonda en el mensaje «negacionista» de la violencia machista.
En entrevista con la Sexta, la ministra ha sugerido también que este anuncio forma parte de la estrategia de Ayuso para invadir el discurso de Vox: «Es una representante más de Vox. La extrema derecha se le queda pequeña», ha lanzado, para añadir después: «Todas las víctimas merecen respeto, claro que sí, pero el de la violencia machista es un problema de raíz en España. (Ayuso) no solo niega la violencia de género con su discurso, sino con los recortes en Igualdad».
En la misma semana, Ayuso ha creado conversación política haciendo eje en sus dos arietes predilectos para su «guerra cultural»: la unidad de España (el lunes pasado anunció que su gobierno regional era el primero en presentar un recurso contra la amnistía ante el TC) y ahora con el emblema de la agenda social progresista como es el feminismo y la violencia de género. Nada va a cambiar sino que todo va a más, es el mensaje.