EH Bildu garantiza la gobernabilidad de Nafarroa desde 2015, cuando una mayoría de izquierdas echó a UPN del poder. En el arranque del curso político, todas las miradas se dirigen hacia la coalición abertzale, de la que depende María Chivite para aprobar los presupuestos y las leyes clave que llegarán a la Cámara en los próximos meses, como las de Industria, Despoblación o Universidades y, sobre todo, la nueva Ley de Salud.

El Gobierno presentó el techo de gasto el viernes día 13 y ustedes lo han saludado como positivo. Aumenta el gasto, pero tampoco tanto: 139 millones.

Efectivamente, empieza la negociación presupuestaria. Se anuncia un techo de gasto que se incrementa en un 2,4%. Crece respecto al año pasado, pero desde luego es un aumento muy pequeño comparado con el 10% que hubo el año anterior. Se acaban los fondos europeos y regresan las normas de estabilidad presupuestaria. Nosotras ya veníamos tiempo diciendo que esto iba a llegar y que había que estar preparadas para esta nueva situación. Este incremento del 2,4% viene a ser más o menos lo que se ha incrementado el IPC en Nafarroa.

Y también va a subir el Capítulo 1, los gastos de personal, que es el que más peso tiene.

Es cierto. Entendemos que ese incremento y la situación en la que se encuentra Nafarroa en cuanto a nivel de amortización de la deuda deben ser garantía para que no haya ningún ajuste a la baja que pueda perjudicar la calidad o la fortaleza de nuestros servicios públicos. Ahí es donde vamos a estar. Nos hemos mostrado dispuestas a sentarnos a hablar, a negociar, pero vamos a ser exigentes.

Al anunciar el techo de gasto, el consejero José Luis Arasti dijo que «a más tardar» el lunes llegaría a la Orden Foral con el reparto por Departamentos. Llegó el lunes, estamos a viernes, y la Orden foral no llega. Pinta a que ni el Gobierno se pone de acuerdo, a que la negociación nace dura, porque en la práctica algunos departamentos van a tener menos para gastar.

Ya te adelanto que vamos a mirar en detalle y vamos a ver qué es lo que entiende este Gobierno cuando habla de prioridades de lo social. Es lógico que dentro del Gobierno haya tensiones, las ha habido siempre. El sentido común dice que aquellos departamentos que más fondos europeos tenían son los que más capacidad de gasto van a perder.

«Es lógico que en el Gobierno haya tensiones, las ha habido siempre»

¿Medio Ambiente, Cultura...?

Medio Ambiente, Cultura, Industria también. Vamos a ver qué nos llega. El Gobierno navarro, además, también está negociando con el Estado que el margen de déficit se quede en un 0,3%. Insisto, todo se tiene que traducir en que estamos en una situación en la que no pueden salir perjudicados los servicios públicos.

María Chivite suele denominar a EH Bildu su «socio presupuestario». Lo hace como para alejarse, pero eso tiene una consecuencia práctica. Desde el año pasado, su formación trabajó en el anteproyecto de presupuestos antes de su llegada al Parlamento. ¿Esto se repetirá?

Sí, la previsión es que sea así.

Esto les da cierta ventaja. La derecha solo puede incidir con enmiendas...

... Y las enmiendas de la derecha se rechazan todas. Cuando adoptamos ese acuerdo presupuestario, una parte del mismo es que no prosperasen las enmienda de UPN, PP y Vox. Llevamos ya nueve presupuestos en Nafarroa donde la derecha no incide, no marca la agenda política. Esa es la mejor noticia para la ciudadanía. El Gobierno puede decir que somos sus socias presupuestarias. Que nos llamen como quieran; son perfectamente conscientes de que sin nosotras no hay manera de avanzar. Tienen dos opciones: hacer políticas de izquierda para la gente con Euskal Herria Bildu o mirar a la derecha.

En estos años siempre EH Bildu ha logrado alcanzar un acuerdo sobre cómo gastar, pero el problema llega con cómo recaudar.

Para poder gastar hay que ingresar. Nosotras queremos avanzar en una fiscalidad más justa, más progresiva y equitativa. Que pague más quien más recibe. Hemos preparado seis propuestas. Nos centramos en seguir avanzando en la igualdad en el tratamiento de las rentas del capital y las rentas del trabajo, así como en la rentas iguales o menores a 30.000 euros. Seguimos con la trayectoria que llevábamos ya en los últimos años. Creo que hay un potencial enorme en el Impuesto de Sociedades. No es verdad que Nafarroa sea un infierno fiscal, como dice la derecha. La parte que tributan las grandes empresas porcentualmente es irrisoria comparado con la que tributan las rentas del trabajo.

También llega el reto de cambiar la Ley Foral de Salud. Lo hace, además, en un contexto en que las listas de espera nunca han sido tan largas y que la perspectiva es de empeoramiento. ¿Cómo de valiente ve el borrador del anteproyecto que presentó el consejero Fernando Domínguez el 30 de agosto?

En Sanidad tenemos cifras récord. Casi 71.000 personas esperan a ser atendidas y el tiempo medio de espera es de 80 días. Esto es inasumible. Paralelamente, el gasto en productividad en peonadas ha crecido exponencialmente y las derivaciones a la sanidad privada continúan creciendo. Medidas que eran parche parece que se han vuelto estructurales y que la situación no se soluciona. Por ello vamos a iniciar una ronda de contactos con los agentes que conforman la comunidad sanitaria para trabajar esa ley. Vamos a recabar sus opiniones. Hay que entrar a solucionar cuestiones estructurales.

La Ley de Salud no se toca desde hace más de 30 años.

La previsión es que esta ley marque la sanidad pública navarra durante los próximos 20 o 30 años. Creo que es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Nos va a tocar trabajar.

«No solo son las listas de espera. Podemos hablar también de hospitales comarcales. ¿Cómo está Lizarra?»

Por otro lado, una ley por sí sola no quita 71.000 personas de la lista de espera.

Desde luego que no. Y no solo son las listas de espera. Podemos hablar de los hospitales comarcales. ¿Cómo está Lizarra? Y a cada poco leemos que una zona está sin pediatra. Las leyes no son varitas mágicas, pero son imprescindibles. La ley tiene que ser de consenso. Tiene que haber receptividad hacia nuestras propuestas.

¿Cómo de valiente ven el borrador del anteproyecto de Ley de Salud? ¿Es lo suficientemente ambicioso?

Ahora toca analizarlo en detalle y sobre todo escuchar a esa comunidad sanitaria, que no son solo médicos y enfermeras. Tiene que ser una ley participada. Cuando llegue el momento, sacaremos nuestras propias conclusiones.

En el reinicio de la actividad parlamentaria, es lógico mirar hacia adelante, hacia el calendario de las nuevas leyes que se van a tratar. Pero llegamos hasta aquí con flecos sueltos. En el retrovisor hay leyes que se aprueban y luego no se ponen en práctica.

Te recuerdo que el punto de partida es que tenemos un acuerdo presupuestario vigente y que vamos a ver en qué medida se está cumpliendo. Y sí, tenemos leyes que se han aprobado y no ha habido interés por desarrollar. Está la ley del Mapa Local, que llega para resolver una administración demasiado atomizada, o las leyes de Cambio Climático y Transición Energética. Al Gobierno le va a tocar pisar el acelerador si quiere encontrarse con nosotros. Hay compromisos para un protocolo que regule qué debe cumplirse para abrir nuevas líneas de modelo D que seguimos sin ver.

Se lo pregunto porque no está en el guion parlamentario el problema de la vivienda. Y no está, porque ya se trató y se fijaron las herramientas. ¿Por qué no se ponen en práctica?

Volvemos a tener una burbuja con los precios de la vivienda. Es así. Nafarroa tiene una ley propia. Luego conseguimos además una ley estatal que nos brindara garantías de cara a su aplicación. ¿Por qué no vemos esa ambición por implementarla? Para nosotros, está claro que hay que intervenir el mercado del alquiler. Hay quien no lo cree así, pero hasta que no se intervenga, la burbuja no dejará de crecer. La vivienda debe ser un bien garantizado, puesto que constituye un derecho fundamental. Si aquí contamos con una base, vamos a trabajar con ambición. Tenemos capacidad de declarar zonas tensionadas...

«Hace falta ambición para desarrollar las leyes. La Ley de Vivienda, al igual que el Mapa Local, tienen potencial transformador, pero falta voluntad»

Pero Nafarroa sigue sin tener declarada ninguna.

Porque no es suficiente con aprobar leyes, luego hace falta ambición para desarrollarlas. La Ley de Vivienda, al igual que el Mapa Local, tienen potencial transformador, pero falta una voluntad. No aplicar la ley trae consecuencias. Aquí el alquiler es un problema, pero en la CAV es aún peor. Te diría que está afectando a la concepción de Euskal Herria.

Ahí me he perdido.

Una estudiante muy cercana me comentó que quería estudiar una carrera que solo había en Donostia, por lo público, y en el Opus, aquí en Iruñea. Miraron precios de alquiler, sacaron la calculadora. No podían permitirse una carrera pública en otra capital de Euskal Herria, sale más barato pagar una universidad carísima. Cito el caso de Donostia, pero en Bilbo es parecido y, pronto será Gasteiz. Si esto se rompe, sin los estudiantes que vienen y van, perdemos cohesión de país a futuro.

Sigamos con esa perspectiva más a largo. Nafarroa ya no es la misma que en 2015, cuando UPN perdió el poder. ¿Hacia dónde vamos?

Hemos facilitado gobiernos alternativos a la derecha, porque siempre dijimos que, si hay mayorías alternativas, debían consolidarse en todas las instituciones. Hemos demostrado con hechos que las cosas podían hacerse de otra manera, y así arrastramos a la derecha a la irrelevancia. Ahora se están mimetizando con la derecha española, lo cual tendrá consecuencias. Pero, a partir de ahí, en EH Bildu somos completamente diferentes a PSN y Geroa Bai. Las políticas de este Gobierno no son las que haría EH Bildu. Les falta ambición.