Pello Guerra
Interview
Carlos Cruzado
Técnico del Ministerio español de Hacienda

«Hay que poner en valor mantener el Estado de Bienestar con una recaudación justa»

El Estado de Bienestar no se mantiene solo y requiere de los impuestos, que deben recaudarse de manera justa. La teoría parece clara, pero llevarla a la práctica no es fácil y el escaqueo y el fraude de los ricos es una lacra, como explica Carlos Cruzado, técnico del Ministerio español de Hacienda.

Carlos Cruzado posa con su libro “Los ricos no pagan IRPF”.
Carlos Cruzado posa con su libro “Los ricos no pagan IRPF”. (Iñigo URIZ | FOKU)

Poner los puntos encima de las íes en materia de fiscalidad de manera sencilla y didáctica es la tarea que acomete Carlos Cruzado, técnico del Ministerio español de Hacienda, en los más variados foros y a través del libro ‘Los ricos no pagan IRPF’, que ha escrito junto a José M. Mollinedo.

Recientemente participó en Iruñea junto al ex consejero de Hacienda del Gobierno de Nafarroa Mikel Aranburu en una charla organizada por LAB bajo el título ‘Cambiar el sistema fiscal para que los ricos paguen más’, tras la cual atendió a NAIZ.

El popular eslogan asegura que «Hacienda somos todos», pero unos más que otros, ¿no?

Efectivamente. Desde luego el título de nuestro libro ‘Los ricos no pagan IRPF’ es claro. Hacemos un análisis y vemos cómo no solo no pagan IRPF, porque utilizan sociedades y todo tipo de instrumentos para no tributar en renta, sino que tampoco pagan en sus justos términos el Impuesto de Sociedades a través de las grandes empresas que en muchos casos controlan o están detrás de ellas, o los impuestos sobre la riqueza con esa competición que hay a la baja entre las comunidades autónomas del régimen común, con Madrid a la cabeza.

Esto al final ha hecho que en Madrid, por ejemplo, durante años las grandes fortunas no hayan estado pagando Impuesto de Patrimonio. Ahora empiezan a pagarlo como consecuencia de ese impuesto de solidaridad de las grandes fortunas que ha empujado a Madrid y a Andalucía a recuperar el impuesto para quedarse con la recaudación, aunque no en los términos en los que estaba establecido el de Patrimonio. Por lo tanto, es una realidad que el sistema fiscal no es justo, que la mayoría de los ciudadanos opina esto además de forma transversal y que es la reforma pendiente.

Si los ricos prácticamente no pagan, el sistema se sostiene gracias a la aportación de la clase trabajadora.

Lo cierto es que a través del impuesto de la renta y de los impuestos al consumo, el IVA sobre todo, son los trabajadores básicamente los que mantienen el sistema. No hay más que ver la estadística de declarantes y es así. De manera que es uno de los principales problemas que tenemos respecto a la necesidad de la reforma fiscal, de dar una mayor progresividad al sistema, incluso en Navarra, donde ya es algo más progresivo.

«El sistema fiscal no es justo, algo que la mayoría de los ciudadanos opina y además de forma transversal, y que es la reforma pendiente»

Ahora se pagan menos impuestos que hace años, pero se exigen muchos más servicios públicos, a pesar de que se financian precisamente con los impuestos.

Cuando se habla de pagar menos o pagar más, tenemos siempre que matizar y ver quién está pagando menos y quién más. Está el discurso de bajar impuestos, que habrá que ver qué impuestos y a quién conviene bajarlos y a quién subírselos para hacer efectivo el principio de que pague más el que más tiene. Por lo tanto, esa demonización de los impuestos y esa competencia durante años entre los distintos partidos a nivel de Gobierno para bajar más u ofrecer mayores bajadas en tiempos electorales, es algo que hay que dejar atrás. Hay que poner en valor lo que significa mantener el Estado de Bienestar y hacer que se mantenga con una recaudación suficiente y justa, de manera que pague más el que más tiene.

Vivimos una especie de carrera por bajar los impuestos que se justifica con la premisa de que así se incentiva el consumo y la inversión, y al final se termina recaudando más. ¿Es cierta esa ecuación?

Esa ecuación no es real y de hecho, el Fondo Monetario Internacional, tan poco sospechoso en este terreno, viene diciendo hace tiempo que bajar impuestos, sobre todo a los ricos y las grandes fortunas, lo que hace es aumentar las desigualdades. No es cierto que conlleve una mayor inversión. Parece que esa teoría de la lluvia fina, de que es bueno beneficiar a las personas con mayor capacidad porque van a invertir y esto va a redundar en beneficio de todos, no es lo que está ocurriendo.

Esas teorías están cayendo en desuso y sobre todo a raíz de lo ocurrido hace apenas dos años en el Reino Unido con Liz Truss, esa efímera primera ministra, que pretendió aplicar recetas thatcherianas, en el sentido de bajar considerablemente impuestos a grandes empresas, grandes fortunas. Hasta los mercados se le echaron encima, porque ya se está viendo cómo uno de los principales problemas en este momento es el incremento de las desigualdades y la política fiscal y los sistemas tributarios tienen mucho que decir ahí para intentar limitar ese incremento de las desigualdades.

«Se focaliza la economía sumergida en la pequeña chapuza sin factura y no nos fijamos en las grandes tramas del IVA, que es donde está el gran fraude»

¿Se persigue con más saña al contribuyente de a pie que a los grandes defraudadores?

Es cierto que es una percepción que tienen la mayoría de los ciudadanos de que hay una doble vara de medir y en especial, con asuntos como el de la lista Falciani y la investigación a Juan Carlos I, en los que parece que el tratamiento no es igual para todos.

Luego está ese trato benévolo que da el Código Penal a los grandes defraudadores, que hace que todavía crezca más ese sentimiento entre los ciudadanos. Estos ven cómo grandes estrellas del deporte, de la música, que son multimillonarios y con fraudes muy grandes por los cuales el Código Penal estaría contemplando penas muy altas, finalmente llegan a acuerdos con la Agencia Tributaria, con la Abogacía del Estado, con la Fiscalía y acaban pagando multas que son inferiores a las que pondría la Agencia Tributaria. Habría que replantearse el delito fiscal, porque las consecuencias penales que tienen estos grandes fraudes no son las que contempla el Código Penal.

Las amnistías fiscales no generan la alarma que han provocado otras, a pesar de que envían un mensaje al conjunto de la ciudadanía de que se puede llegar a defraudar grandes cantidades y en un momento dado librarse.

El principal problema de las amnistías fiscales es que van contra el principio de la justicia fiscal y suponen una discriminación respecto a las personas que están contribuyendo, que pagan sus impuestos. Pero además, esa reiteración de distintas amnistías con gobiernos tanto del PSOE como del PP tiene esa consecuencia. Para combatir el fraude fiscal se necesitan más medios. En las comparativas internacionales, la Agencia Tributaria estatal está muy por debajo en medios, tanto en efectivos como en gasto.

Por otro lado, hay que desplazar la lupa en la Agencia Tributaria de los perceptores de rendimientos de trabajo, pequeñas empresas y autónomos, hacia donde está el gran fraude, a las grandes empresas, que no solamente utilizan los mecanismos legales, sino que también vemos grandes fraudes. Se critica la economía sumergida focalizándola en el trabajo sin factura del fontanero, en esa pequeña chapuza, y sin embargo, no nos fijamos en las grandes tramas del IVA, que es donde está el gran fraude.

«Ha habido un parcheo continuo por parte de los gobiernos estatales, pero es necesario reformar todo el sistema para que los que más capacidad económica tienen, paguen»


En Nafarroa, la derecha tiene el mantra de que a los ciudadanos se les cruje a impuestos. ¿Cuánto hay de verdad en esa afirmación?

Eso de crujir a impuestos... No hay más que comparar la fiscalidad en Navarra o en el Estado con otros países u otros Estados de Bienestar de Europa a los que nos queremos parecer y ahí vemos que nuestra presión fiscal está muy por debajo de la media de la Unión Europea y de los países del entorno. Se lanza esa idea, pero en la comparativa, no es real.

¿Qué le parece que habría que hacer a nivel fiscal para corregir los fallos detectados?

Ha habido un parcheo continuo por parte de los distintos gobiernos estatales sobre el sistema tributario y es necesario reformar todo el sistema para hacer que los que más capacidad económica tienen, paguen. No solo hay que modificar puntualmente algunos impuestos, sino que hay que reformar todo el sistema para evitar y tapar todas esas vías de evasión.