A. MAR
Ciudad de México
Interview

«El caso de Ayotzinapa no se ha cerrado, pero no tocan a los militares»

El 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron en Iguala. Clemente Rodríguez es el padre de uno de ellos. Estos diez años han sido de búsqueda, de impunidad, de reclamaciones y reuniones con el presidente López Obrador.

Clemente Rodríguez, padre de Cristian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace diez años.
Clemente Rodríguez, padre de Cristian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace diez años. (NAIZ)

Para Clemente Rodríguez estas no son semanas fáciles. Hoy, 26 de septiembre, se cumplen diez años desde que desapareció su hijo Cristian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa a los que se perdió el rastro tras los sucesos de Iguala.

A partir de entonces comenzó una larga búsqueda que sirvió para exhibir los mecanismos de impunidad en el violento México actual y las redes de complicidad entre autoridades y crimen organizado. En julio de 2020, la Fiscalía General de la República anunció el hallazgo de un pequeño hueso que se identificó como Cristian, su hijo.

Eran tiempos en los que existía sintonía entre las familias de los 43 y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Poco después, todo se vino abajo. Las familias exigieron investigar al Ejército y el mandatario se cerró en banda, ya que los cuarteles son uno de los principales apoyos de su gobierno.

A partir de entonces la relación se rompió, las investigaciones se paralizaron y, aunque las búsquedas continúan, no hay rastro de los estudiantes. El sexenio termina con una fractura absoluta y la decepción de quienes pensaban que, por fin, sabrían qué ocurrió con sus hijos.

Se cumplen diez años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. ¿Cómo ha transcurrido esta década?

Uno pensaba que íbamos a encontrar a nuestros hijos. Primero, haciendo búsquedas en Guerrero… se terminaron las búsquedas y no tuvimos ni una respuesta. Primero, por parte de la sociedad. No recabamos ni una información, no quisieron cooperar y decidimos, de alguna manera, salir al gobierno federal, que nos proporcionara toda la investigación.

A (Enrique) Peña Nieto, le pedimos que cooperara, que nos ayudara, que investigara al exgobernador Ángel Aguirre Rivero y otros funcionarios. Y pues si él decía que topara con que topara, que que iba a llegar a la verdad. Pero no tuvimos ninguna respuesta.  

Se fue Peña Nieto y llegó Andrés Manuel López Obrador.

Tuvimos las primeras reuniones y, yo como padre, pues dije «este es el bueno», si este es bien, viene de pueblo, viene de lucha social. Cuando lo tuvimos enfrente, pues dijo «yo no voy a solapar absolutamente a nadie, sea delincuente, sea cualquier corporación policíaca».

Y sí le tuvimos confianza. Ha agarrado a delincuentes de Guerreros Unidos, otro grupo criminal, incluso se dieron nombres y apellidos a militares. Íbamos caminando bien.

Pero todo cambió con la visita del fiscal Omar Sánchez Trejo a Tomás Zerón de Lucio (exdirector de la Agencia de Investigación Criminal) en Israel.

¿Qué ocurrió?

Pensamos que iba a traer una alguna respuesta de allá. Llega aquí y ya está todo removido. Ya hay nuevo personal y ahora el presidente está al ataque hacia ellos. Entonces, por voluntad propia, deciden retirarse, abandonar el cargo. Íbamos caminando bien, pero los padres, cuando hacemos señalamientos directamente al Ejército, ya el presidente nos muestra otra cara.

Le hicimos cuestionamientos. El Ejército es culpable, estuvo monitoreando a nuestros hijos desde que salieron de la normal.

¿Qué es lo que le pedíamos nosotros? Pues todas las comunicaciones que están en los expedientes que dejaron los expertos (800 folios que el Ejército se niega a entregar o lo ha declarado reservado por «seguridad nacional»), las comunicaciones del infiltrado (Julio César López Patoltzin, uno de los 43 y que quedó acreditado que formaba parte del Ejército)...

«Uno pensaba que íbamos a encontrar a nuestros hijos. Primero, haciendo búsquedas en Guerrero… se terminaron las búsquedas y no tuvimos ni una respuesta»

Tocar esos temas al presidente le incomodaba. También mencionarle las cámaras de seguridad o la investigación de los celulares.

¿El Ejército fue el principal obstáculo?

A partir de esa fecha fue cuando, de alguna manera, se rompió el diálogo con el presidente López Obrador. Pedimos que nos muestren unos 800 folios, las comunicaciones del infiltrado, las cámaras de seguridad… es por eso que hicimos plantones en el Campo Militar Número Uno.

Allá hicimos un plantón, no salió nadie, no tuvimos ni una respuesta. Pasaron unos días y volvimos a hacer otro plantón en el Zócalo para tener un diálogo con el presidente.

¿Cómo es su relación actualmente? El jefe de Gobierno se marcha sin cumplir…

Hoy en día, más que nada en sus mañaneras (conferencias matutinas que el presidente López Obrador realiza de lunes a viernes), se ha enfocado más en señalarnos a nosotros, a los padres de familia, a decir que nos manipulan, que nos ordenan prácticamente… les tiran directamente a nuestros abogados, al licenciado Vidulfo Rosales Sierra; al director del Centro Agustín Prodh, Santiago Aguirre; le tiran a la ONU, diciendo que son manipuladores que distorsionan la investigación…

Eso es totalmente mentira y yo se lo dije al presidente en una reunión que tuvimos. Le dije que a mí nadie me manipula, que yo digo lo que yo siento y lo que él ha fallado como presidente; ha fallado a los compromisos que adquirió en 2018.

«Cuando lo tuvimos enfrente, pues dijo ‘yo no voy a solapar absolutamente a nadie, sea delincuente, sea cualquier corporación policíaca’. Y sí le tuvimos confianza»

Se enoja de que lo comparemos con el otro gobierno, con Enrique Peña Nieto, y prácticamente es lo mismo. Sí, sigue sucediendo lo mismo y se lo dije: que México está totalmente destrozado, sigue sucediendo lo mismo, hay desapariciones, hay asesinatos en su Gobierno.

¿Qué pasó con el estudiante que asesinaron en Chilpancingo, el estudiante Kothan? (Yanqui Kothan, normalista muerto a tiros por un policía en marzo de 2024). Apareció con el tiro de gracia en la cabeza y no hay justicia para su familia.

López Obrador no ha querido avanzar y yo lo que digo es que hay intereses de por medio. ¿Por que no ha querido tocar a los militares?

Porque los militares se han encargado de tener convenios con grupos criminales para seguior aportando droga a Estados Unidos, para protegerse, y el Ejército sigue recibiendo dinero del grupo criminal y el Gobierno lo sabe.

El Gobierno federal argumenta que hay militares y altos funcionarios que fueron señalados y encarcelados.
Pues ha tocado militares. Están en la cárcel.

«Íbamos caminando bien, pero los padres, cuando hacemos señalamientos directamente al Ejército, ya el presidente nos muestra otra cara»

Está (el capitán) José Martínez Crespo y quienes participaron en la desaparición, y en distorsionar la información. Por decir un funcionario, está (Jesús) Murillo Karam, por decir que a todos los mataron en el basurero de Cocula. Estaba en la cárcel, pero hoy en día está gozando de privilegio en su casa.

A mí como padre familia en verdad se me hace injusto que el Gobierno mexicano y  los jueces se presten para esto. Lo hacen por por dinero, pues se venden.

Han transcurrido diez años de las desapariciones de sus hijos y pese a vuestros reclamos, sigue sin haber pistas sobre su paradero.

Sabemos que, de alguna manera, a pesar de diez años, de alguna manera a nuestros hijos por ahí los deben de tener. Y se lo hemos dicho a los dos gobiernos: sea lo que sea, díganos siempre la verdad.

Hemos aprendido muchísimo en estos diez años, porque antes de septiembre de 2014 yo no sabía de movimiento. Yo no sabía de luchas.

Ya después de 2014 nuestras vidas fueron cambiando porque fuimos aprendiendo de movimiento, de lucha social, de muchas injusticias que vienen pasando en nuestro país.

Fuimos encontrando muchas familias que siguen buscando a sus hijos, a sus seres queridos… y hemos compartido experiencias y yo creo que nos hemos fortalecido.

El gobierno federal les dice que el caso no se va a cerrar.

Pero tampoco dice que vayan a investigar al Ejército. Es cierto que el caso no se ha cerrado, sigue abierto, pero prácticamente no toca a los militares, ese es el punto.

Andrés Manuel López Obrador deja la Presidencia y llega Claudia Sheinbaum, ¿qué expectativas tiene?
Ya se lo dije: «tócate el corazón». ¿Qué pasaría si desaparecieran a su hijo? En muy poco tiempo lo hubieran encontrado, pero como nosotros somos campesinos…

Cuando llegue al poder, ojalá retome las líneas de investigación. Que toquen a los militares, que siga la investigación del trasiego de droga de Iguala a Chicago…

Entonces sí le vamos a poner un poquito de confianza a Claudia cuando llegue a la Presidencia. Vamos a seguir teniendo reuniones y vamos a seguir insistiendo en que las investigaciones tienen que continuar.