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Italia empieza a enviar migrantes a Albania, en barco militar y a campos «prisión»

El Reino Unido lo ensayó con Ruanda e Italia lo lleva ya a la práctica con la vecina Albania. Tras un acuerdo entre ambos países gestado por Giorgia Meloni, este lunes se ha enviado ya en un barco militar a un grupo de migrantes llegados a suelo italiano. Las condiciones de reclusión preocupan.

Vista aérea del campo, o cárcel, de Gjadër, en territorio albanés.
Vista aérea del campo, o cárcel, de Gjadër, en territorio albanés. (Captura TV)

Las autoridades de Italia han fletado este lunes un barco militar con un primer grupo de migrantes que recalarán en Albania, donde el Gobierno de Giorgia Meloni pactó la apertura de «centros de acogida» desde los que teóricamente estas personas esperarán a que se tramiten sus peticiones.

Los dos centros previstos, ¿son lugares de internamiento como los presentan Roma y Tirana o auténticas «prisiones» como los califica el diputado albanés Agron Shehaj en France24? Este medio ha enviado un periodista al centro de Gjadër, donde destaca la absoluta opacidad. El lugar está completamente amurallado.

Esta otra periodista sí ha logrado acceder a algunas zonas y tanto las imágenes como los detalles abundan en la falta de transparencia y en lo inadecuado de las dotaciones.

 

No ha habido ninguna presentación pública de estos centros. El ministro italiano Matteo Piantedosi reconoce que no está previsto ningún acto para oficializar la puesta en marcha de las instalaciones, pero asegura que «no hay alambres de púas, sino asistencia» y los califica de «centros de contención ligera».

El caso es que el envío de migrantes ya está en marcha. Por iniciativa del Ministerio del Interior, una nave de la Armada ha partido este lunes desde un puerto de la isla de Lampedusa. La semana pasada, el Gobierno ya había adelantado que los centros estaban listos para comenzar a acoger a los migrantes rescatados en el mar Mediterráneo.

La opacidad de los dos centros de retención promovidos por Italia en Albania es total por el momento. Una periodista que ha accedido asegura que están todavía en construcción 

 

Las autoridades albanesas e italianas firmaron el acuerdo para la apertura de estos centros en noviembre de 2023, lo que desató una ola de críticas de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, entre ellas la ONU. La ONG Amnistía Internacional ha reiterado este lunes su «profunda preocupación».

AI y SOS Humanity alertan

La ONG SOS Humanity, que opera en la zona con un barco de rescate, subraya su alta preocupación. Para su responsable Mirka Schäfer, «el acuerdo Italia-Albania viola el derecho marítimo internacional y corre el riesgo de erosionar aún más los derechos fundamentales de los refugiados. Italia detiene de facto a personas que buscan protección en territorio albanés sin un examen judicial, lo que es profundamente inhumano y viola sus derechos fundamentales. Se trata de refugiados que han sido sometidos a violencia, trata de personas o tortura durante su viaje y su estancia en Libia o Túnez», recuerda.

 

Por su parte, la secretaria general del Partido Democrático italiano, Elly Schlein, ha acusado al Ejecutivo Meloni de «desperdiciar» casi 1.000 millones de euros de las arcas públicas en un programa que «desprecia los derechos fundamentales», contraviniendo además la jurisprudencia europea. «Podríamos haber aprovechado esos recursos para acortar las listas de espera o contratar médicos y enfermeras», ha señalado.

Meloni prometió al llegar al poder que endurecería las políticas migratorias, lo que se ha traducido en estos últimos años también en una mayor presión sobre las ONG que efectúan operaciones de rescate en el Mediterráneo. En lo que va de año, Italia ha registrado unas 53.000 llegadas, una cifra considerablemente inferior a las casi 140.000 del mismo periodo del año pasado, según datos del Ministerio del Interior actualizados hasta este lunes.

Albania e Italia, por cierto, tienen una relación política compleja, en la que el factor migratorio ha tenido potente impacto. Este reportaje de Alessandro Ruta en NAIZ recordaba lo ocurrido en 1991, cuando 20.000 albaneses llegaron de golpe, cruzando el mar Adriático, al puerto de Bari, escapándose del régimen local, lo que creó un grave conflicto.

Apoyo bastante explícito de Von der Leyen

Esta vía de acción ha recibido además este martes un apoyo bastante explícito de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Ha señalado que la Unión Europea debe «explorar posibles vías» para la creación de centros de deportación de migrantes fuera del territorio comunitario mientras se resuelven sus casos en la Unión, según sus expresiones.

En el escrito circulado en las capitales y recogido por Europa Press, Von der Leyen pide a los jefes de Estado y de Gobierno europeos «seguir explorando posibles vías de avance» hacia la «idea de crear centros de retorno fuera de la Unión Europea».

La jefa del Ejecutivo comunitario, que iniciará su segundo mandato previsiblemente en diciembre, recuerda a los 27 que contará en su nuevo Colegio con una comisaria específica para el Mediterráneo a la que prevé encomendar una propuesta de reforma de la directiva de retorno, cuya revisión estaba ya prevista en esta legislatura, pero cuya negociación no llegó a arrancar entre el Consejo y la Eurocámara.

Von der Leyen saluda esta práctica pese a que antes se rechazó: «Podremos sacar conclusiones con la experiencia entre Italia y Albania»

 

En este contexto, Von der Leyen se abre a soluciones que define como «innovadoras» para avanzar hacia la creación de centros de deportación para trasladar fuera de la UE a los migrantes irregulares que ya han llegado a suelo europeo, mientras se tramitan sus expedientes. Y todo ello a pesar de que esta opción ya fue descartada en el pasado por Bruselas por colisionar con los derechos de los demandantes de asilo.

Ahora, Von der Leyen evoca como ejemplo en su carta a los líderes de la UE el acuerdo negociado por el Gobierno italiano de Giorgia Meloni con Albania. «Con el inicio de las operaciones del protocolo entre Italia y Albania podremos sacar lecciones de esta experiencia en práctica», sostiene la presidenta de la Comisión.

En todo caso, la conservadora alemana apunta también que para avanzar en este terreno su Ejecutivo abordará también a lo largo del «próximo año» la revisión de la definición de «país tercero seguro», un asunto que también es controvertido por las divisiones que genera en el seno de los 27, pero que Von der Leyen ve necesario para «ayudar a quienes buscan asilo sin tener que embarcarse en viajes peligrosos a través del Mediterráneo».

Esta reflexión, defiende, se realizará de la mano con organismos internaciones como Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el objetivo de lograr un «enfoque integral» del concepto.