El fútbol suele dar sorpresas, y la de este domingo ha sido otra de esas historias que ha regalado a los aficionados de la Real Sociedad. El equipo de Imanol Aguacil, muy dubitativo en este inicio de temporada, llegaba al encuentro como peor equipo local, pero con un ambiente electrizante en Anoeta y una lluvia persistente que ha complicado el juego, los locales han logrado toda una hazaña: vencer a un Barcelona hasta ahora intratable, pero sin su rutilante y joven estrella Lamine Yamal por lesión.
Desde el inicio del partido, la alta intensidad y presión de la Real han dificultado la salida de balón del equipo de Hansi Flick, que no ha podido combinar con facilidad e incluso se ha visto obligado a jugar en largo en reiteradas ocasiones.
Con todo, el gol ha estado cerca, después de que Lewandowski aprovechara una jugada mal defendida por parte de la defensa txuri-urdin. Sin embargo, el árbitro ha anulado el gol por un fuera de juego milimétrico que solo el VAR ha podido ver.
Con un once modificado que incluía a Aihen Muñoz y Becker, el momento decisivo ha llegado en el minuto 33, cuando el extremo izquierdo –el mejor junto a Take Kubo–, y tras una prolongación de cabeza de Sucic, ha superado al guardameta culer Iñaki Peña.
La primera mitad ha culminado con una clara exhibición de la Real, que ha hecho mucho daño a la contra y ha logrado contener a un Barcelona que, aunque es un torbellino ofensivo en la competición, no ha logrado crear ocasiones claras.
Alta intensidad
Ante la necesidad de conservar la frescura e intensidad, Aguacil ha optado por hacer cuatro cambios de golpe en el inicio de la segunda parte. Han entrado Elustondo, Barrenetxea, Oskarsson y S. Gómez, mientras que Aramburu, Becker, Oyarzabal y Sucic se han retirado del campo.
Cambios estratégicos que han revitalizado a un equipo que ha seguido presionando ante un Barcelona que, a pesar de su calidad, no lograba concretar jugadas.
Flick ha dado entrada a Dani Olmo y Ansu Fati, pero el equipo liderado por el alemán no ha encontrado espacios, se ha precipitado en exceso y no ha podido ordenarse bien tras las pérdidas.