Cautela en el movimiento ciudadano de Bilbo al conocer que se ha abierto el periodo de exposición pública para que el nuevo proyecto de tratamiento de residuos que el grupo Agaleus, propietario de las polémicas empresas Sader y Profersa, pretende ubicar en Zierbena, en la dársena AZ-0 del puerto exterior, recabe el permiso medioambiental.
«Aunque sea un paso, tomamos la noticia con medida. No es la primera vez que salen estas cosas. Aparte hasta 2027 no se irían y eso es mucho tiempo», exponen con escepticismo desde la Asociación Vecinal de Zorrotza tras décadas reivindicando la salida de estas fábricas del barrio.
Lo cierto es que el pasado viernes 3 de enero el Boletín Oficial del País Vasco publicó el anuncio de que se abría un periodo de información púbica, de 30 días hábiles, del proyecto técnico y estudio de impacto ambiental para la obtención de la Autorización Ambiental Integrada y la Declaración de Impacto Ambiental ordinaria del nuevo complejo que Agaleus Circular Thinking SL pretende levantar en 17.500 metros cuadrados de la prolongación del muelle AZ-1, en la zona más próxima a Getxo.
La filial del grupo Agaleus dispone de una concesión administrativa de la Autoridad Portuaria para implantar en este área industrial una planta de gestión y valorización de residuos, asociada a una plataforma de servicios comerciales, medioambientales, logísticos y otras actividades complementarias. La producción de fertilizantes no se contempla. La inversión prevista ronda inicialmente los 15 millones de euros.
El segundo intento en el puerto
No es su primer intento de implantación en el puerto exterior, ya lo quisieron en septiembre de 2018, cuando Sader (Sociedad Anónima de Descontaminación y Eliminación de Residuos) obtuvo la concesión otorgada en su día a la empresa Biocombustibles de Zierbena SA para la construcción y explotación de una planta de producción de biodiesel y ésteres metálicos en una parcela de 22.000 metros cudrados de Punta Sollana para ubicar su fábrica. Finalmente, la operación no cuajó al no disponer la zona de las debidas infraestructuras para el desagüe.
En 2022, intentó su traslado a Ortuella, al barrio de la Barguilla, pero la reacción ciudadana, que arrastró al propio Consistorio a posicionarse en contra, dio al traste con la operación.
Con la apertura de la nueva planta en Zierbena, según Agaleus Medio Ambiente y Energía, concluirá la actividad de Sader, que arrancó en 1986 y que tantas molestias ha generado en Zorrotza y otros barrios cercanos. Por tanto, no se trata del traslado de esta empresa y de Producción de Fertilizantes SA (Profersa) a Zierbena sino otro proyecto diferenciado, así lo presentan sus promotores, en su afán por abarcar nuevos campos en la gestión de residuos.
Las nuevas instalaciones de Agaleus Circular Thinking SL en Zierbena, que se pretenden poner en marcha a final de 2026 o principio de 2027, son otro proyecto distinto, aunque vaya a absorber la actividad de Sader. Es una incógnita el futuro de los trabajadores de Sader y Profersa.
Este nuevo paso dado en la tramitación responde a lo adelantado en noviembre pasado en el Parlamento de Gasteiz por el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, quien avanzó cómo iba a discurrir la tramitación del proyecto después de que el Ayuntamiento de Zierbena no objetara nada en su contra.
Nuevas protestas
Atentos al proceso, desde los colectivos vecinales de Bilbo se trabaja en nuevas movilizaciones, empeñados en que el Gobierno de Lakua no permita que se repitan incidentes en las fábricas de Agaleus y se materialice su traslado fuera del casco urbano de la capital.
El incremento de la actividad en Sader, avalada por la autorización otorgada por el Ejecutivo autonómico para que procese más residuos, entre ellos los lixiviados de la incineradora de Zubieta que el Gobierno navarro rechazó tratar en Artaxoa, mantiene en vilo al vecindario, especialmente cuando saltan las alarmas por las lecturas que realizan los equipos de medición instalados por los vecinos del entorno. Queda por aclarar si finalmente Sader será historia en 2028, tal y como espera el Consistorio bilbaino para continuar con el desarrollo urbanístico de Punta Zorrotza.