El Bundestag mantiene el cordón frente a la AfD, no así los sondeos

El socialdemócrata Olaf Scholz (SPD) gobierna ahora oficialmente «en funciones». Las negociaciones de su hipotético sucesor en el cargo, el democratacristiano Friedrich Merz (CDU) con el SPD siguen. La neofascista AfD permanece aislada en el nuevo Bundestag, pero crece en intención de voto.

(John MACDOUGALL | AFP)

La nueva Cámara Baja, el Bundestag, se ha constituido esta semana. La presidirá la democratacristiana Julia Klöckner, exministra de Agricultura en el último gabinete de Angela Merkel (CDU). Sus vicepresidentes provienen de los demás partidos políticos con representación en el hemiciclo, menos de la Alternativa para Alemania (AfD).

El cortafuegos político contra la formación neofascista ha evitado que su candidato, el exoficial de la Luftwaffe Gerold Otten, obtuviese la mayoría de votos para ser vicepresidente. La AfD sigue sin ocupar este puesto, como ocurrió ya en la legislatura anterior.

Sin embargo, no fue el único gesto adverso para la segunda fuerza en el Bundestag.

Como es costumbre, también esta legislatura tendría que haber sido inaugurada por el alterspräsident (presidente de edad), es decir, por el o la diputada de mayor edad de los 630. Le hubiera correspondido al veterano representante de la AfD Alexander Gauland, de 84 años. Pero para evitar que un ultraderechista tome la palabra, con tiempo ilimitado para su discurso, el reglamento se cambió en 2017, de forma que el cargo honorífico recayera en el diputado que más años lleva en el Bundestag.

Este cambio propició que el histórico dirigente de Die Linke (La Izquierda) Gregor Gysi, de 77 años y que forma parte del Bundestag desde 1990, tomara la palabra. Aunque es el que menos respeta el tiempo asignado a cada parlamentario, habló poco más de media hora. Tuvo la valentía de recordar que también los palestinos tienen -como los israelíes- derecho a existir en un Estado. No fue mas allá en un país cuyo Gobierno niega que Israel esté cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza. Algunos simpatizantes de la AfD cierran filas con Tel Aviv y ondean la bandera de la estrella de David junto a la de su partido.

La AfD tuvo que asumir también la falta de escaños para 7 de sus 152 parlamentarios. La administración del Bundestag se disculpó por el error, cuyo origen está en la reforma electoral que redujo de 733 a 630 el número de escaños. El fallo se debió a que se quiso el modelo de asiento, pero no se completó la tarea. Al final, los siete diputados de la AfD se sentaron en sillas plegables.

ESTOS TRES PERCANCES LE SIRVEN A FORMACIÓN NEONAZI PARA SEGUIR ALIMENTANDO SU ROL DE

«víctima» del actual sistema político. Por ahora, prefiere esperar ante la negativa de colaboración de la CDU porque los errores de los demás obran en su favor. La negociaciones entre la CDU y el SPD para formar un bipartito le sirven de munición a su copresidenta, Alice Weidel, quien en campaña dijo que la CDU mentía al electorado y que sin la AfD no habría cambio político.

No habían pasado ni 48 horas de las elecciones generales, cuando Friedrich Merz le dio la razón, cargándose el tope de deuda que tanto había defendido. Ese giro sentó como una bofetada a sus votantes y afiliados. Logró su objetivo de cambiar la Ley Constitucional, pero solo porque lo votó la mayoría de dos tercios del viejo Bundestag pocos días antes de la constitución del nuevo.

La Corte Constitucional legalizó la reforma, pero Merz pagará un alto precio político: el enfado en sus bases es tan grande que todos los integrantes de un comité local en el este alemán han dejado el partido. Además, no es matemático que Merz sea elegido canciller. En el diario conservador “FAZ” amagó con abandonar la carrera política si fracasa en las negociaciones con el SPD.

Por el momento, las negociaciones siguen. Parece poco probable que terminen antes de Semana Santa y el SPD quiere que sus bases avalen el eventual acuerdo de gobierno.

Si esta vía fracasa, no se convocarán automáticamente elecciones anticipadas. Primero, los partidos deberán buscar una solución que, tras varias votaciones, podría derivar en la disolución del Bundestag, siempre que la CDU no decida go- bernar en minoría o con la AfD.

A esta última le dan alas las actuales encuestas de intención de voto. Ha subido del 21% al 23%, mientras que la CDU ha bajado del 28% al 26%. El SPD desciende de 16 a 15 puntos, los Verdes ecologistas se quedan en 12 puntos. Die Linke sube del 9% al 10%.