
Irán y Estados Unidos han comenzado este sábado conversaciones en Omán en busca de un acuerdo sobre el programa nuclear del país asiático, unos contactos que se producen en medio de las amenazas de ataques por parte del presidente estadounidense, Donald Trump.
Con todo, la primera toma de contacto se ha desarrollado en un «ambiente constructivo», según se ha difundido al término de las reuniones. Estas continuarán el próximo sábado, ha concretado en un comunicado el Ministerio de Exteriores iraní.
Las primeras negociaciones se produjeron de manera indirecta entre los dos países, pero sus principales representantes, el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, «hablaron durante unos minutos» en persona, han indicado las mismas fuentes.
Araqchí y Witkoff «intercambiaron las posiciones de sus respectivos gobiernos» sobre el programa nuclear iraní y las sanciones estadounidenses «en un ambiente constructivo, basado en el respeto mutuo», apostillaba la nota.
Las negociaciones se han alargado durante dos horas y media, en las cuales las dos partes se encontraban en salas separadas e «intercambiaban sus puntos de vista» a través del ministro de Exteriores de Omán, Badr bin Hamad al Busaidi, lo que da la medida del grado de tensión existente entre ambas delegaciones.
«Un acuerdo lo antes posible»
El Ministerio iraní, el primero en hacer una valoración pública, no ha indicado en qué formato se llevará a cabo la próxima ronda de negociaciones, un dato que no es menor después de que Washington asegurara que las de ayer serían directas y Teherán insistiese en que se producirían de manera indirecta. Con todo, el titular de Exteriores sí que ha adelantado que «en la próxima reunión discutiremos el marco general del acuerdo». Lo ha hecho en declaraciones a la televisión estatal de su país en las que ha afirmado que busca un «acuerdo lo antes posible».
A su llegada a Mascate, Araqchí ya había declarado que Irán busca «un acuerdo justo y honorable desde una posición de igualdad» y subrayó que si la postura de Estados Unidos era similar, «habrá una posibilidad de un entendimiento inicial que conducirá a un camino de negociaciones».
El veterano diplomático, que también participó en el acuerdo nuclear de 2015, ha insistido además en que solo negociará sobre la cuestión nuclear, lo que dejaría fuera el programa de misiles iraní y el apoyo de Teherán a grupos regionales, como los hutíes del Yemen o los libaneses de Hizbulá.
Por contra, además de asegurar en los últimos días que las negociaciones serán directas, Washington busca además incluir en los contactos los misiles y los grupos regionales.
Las diferencias en el enfoque, por tanto, son de calado, y de fondo pende además la amenaza nada velada del presidente estadounidense, que ha advertido varias veces de posibles ataques contra Irán si no acepta negociar un acuerdo en los términos expuestos por Washington. Teherán, por su parte, ha amenazado con cortar toda cooperación con la agencia atómica de la ONU.
Ya fue Trump, en su primer mandato (2017-2021), el que abandonó el acuerdo de 2015 firmado entre Irán y seis potencias (EEUU, Alemania, la Unión Europea, Rusia, China y el Estado francés), que establecía estrictos límites al programa nuclear iraní. Lo hizo tras calificarlo como «el peor de la historia», y ha asegurado que el nuevo, si se alcanza, será «mucho más duro».
El acuerdo suscrito hace diez años obligaba a Irán a eliminar activos y limitar capacidades para no poder fabricar una bomba atómica a cambio del levantamiento de las sanciones. Tras la salida estadounidense en 2018, el país persa enriquece uranio por encima de lo permitido en el extinto acuerdo y ya posee 274 kilos enriquecidos al 60% de pureza, cercano al uso militar del 90%, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Aunque Teherán ha insistido repetidamente que no contempla usarlo con fines armamentísticos.
EEUU: «Un paso adelante»
Horas después, en un mensaje medido y en la línea del iraní, la Casa Blanca ha asegurado que las conversaciones fueron «positivas y constructivas» y que suponen un «paso adelante para lograr un resultado mutuamente beneficioso».
La oficina presidencial estadounidense se ha referido al encuentro en un breve comunicado, en el que tras agradecer «profundamente al Sultanato de Omán su apoyo a esta iniciativa», indica que «estos asuntos son muy complejos, y la comunicación directa del enviado especial Witkoff representó hoy un paso adelante para lograr un resultado mutuamente beneficioso».
Y como no podía ser de otra forma por la parte mediadora, el ministro de Exteriores omaní, ha coincido en que las conversaciones se habían producido en una atmósfera «amistosa y propicia para acercar puntos de vista». «Me enorgullece anunciar que hoy hemos recibido en Mascate al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abás Araqchí, y al enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y hemos mediado para iniciar un proceso de diálogo y negociaciones con el objetivo común de concluir un acuerdo justo y vinculante», ha dicho Al Busaidi, que no había mencionado hasta este sabado que era el anfitrión de las conversaciones.
Los hutíes atacan Tel Aviv
Los hutíes de Yemen han reivindicado el lanzamiento de dos drones el viernes contra objetivos militares en Tel Aviv. Según ha indicado el portavoz militar de los insurgentes aliados de Irán, Yahya Sarea, en un comunicado, bien entrada la noche, llevaron a cabo «una operación militar cualitativa dirigida contra dos objetivos militares del enemigo israelí en la región ocupada de Yafa (Tel Aviv)».
Ha aseverado que el ataque se realizó con dos aviones no tripulados de tipo ‘Yaffa’ y ha añadido que «no retrocederán ni se detendrán» ante los ataques que, prácticamente a diario, EEUU lleva a cabo contra posiciones de los hutíes en Yemen desde el pasado 15 de marzo.
Los hutíes también han reivindicado ataques contra buques de guerra estadounidenses en el mar Rojo. El líder de los hutíes, Abdulmalik Badredín al Huti, sostuvo el jueves que Estados Unidos «no ha podido ni podrá» debilitar su capacidad militar tras los recientes bombardeos registrados en la capital del país, Saná.
El Ejército jordano ha asegurado por su parte que un dron de origen «desconocido» se estrelló en el país, lo que provocó un incendio en una zona boscosa.

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