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Interview
Teresa Casals
Portavoz de Som Escola

«No hay nada peor que tener el sistema educativo pendiente de juicio tras juicio»

Profesional del ámbito de la educación, Teresa Casals es también una de las portavoces de Som Escola, una plataforma que agrupa a entidades catalanas en defensa del modelo educativo de la inmersión lingüística. En esta entrevista advierte de los peligros que suponen resoluciones como la del TSJC.

Teresa Casals

¿Se esperaban esta nueva resolución del TSJC? ¿Cómo la han encajado?
Esperar, evidentemente no la esperábamos, pero sabíamos que vendrían más, porque a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional hay muchísimos recursos y como la justicia es tan absurdamente lenta, van llegando poco a poco. Es decir, la inmersión lingüística está siempre bajo la presión de una espada de Damocles, que es una cosa muy desagradable, porque no hay nada peor que tener el sistema educativo pendiente de juicio tras juicio.

¿Qué supuso, en el ámbito del sistema educativo, la sentencia del Constitucional?
Una de las cosas que buscaba el Estatut era, precisamente, blindar el catalán y eso lo anuló la sentencia. Nosotros ya dijimos en su momento que la decisión del Constitucional abría la puerta a que pasasen estas cosas, porque decía que el catalán podía ser la lengua vehicular de aprendizaje, pero que el castellano también. Otra cosa muy peligrosa de aquella sentencia fue que creaba inseguridad jurídica, porque no era muy clara y dejaba margen a la interpretación, como en esta interlocutoria.

Todo esto viene por las demandas de 17 familias en toda Catalunya...
Da un poco de risa. Sabes cuántas familias tenemos escolarizadas en Catalunya? 600.000. Y 1.400.000 alumnos, entre primaria, secundaria y universidad. Suponiendo que se aplique la interlocutoria, que el departamento ha dicho que no, son 11 niños que van a clases diferentes, multiplicado por 25 alumnos por clase, podemos hablar de unos 250 alumnos afectados. En comparación a un 1,4 millones de alumnos, puedes ver que el porcentaje es ridículo. Pese a todas las campañas en contra, solo han conseguido movilizar a 17 familias; en realidad es un éxito para nosotros. Pero no deja de ser desagradable que a la escolarización de los niños, que ya es suficientemente complicada hoy en día, se le añadan problemas donde no existen.

¿De dónde viene este ansia por generar un conflicto donde no existe?
La política lingüística del PP, claramente, es arrinconar las lenguas del país y hacer del castellano la única lengua importante y de prestigio, mandando el resto a un lugar tan residual como puedan. Eso pasa en las Illes Balears, en Galicia, en el País Valencià y en Aragón. ¿Qué pasa en Catalunya y el País Vasco? Que no mandan. Y como no mandan, no pueden hacer eso, por lo que utilizan la justicia para aproximarse tanto como puedan a su política lingüística.

¿Cuál es la importancia de la inmersión lingüística para Catalunya y los catalanes?
Los primeros interesados en que este modelo no acabe mal son los padres que no tienen el catalán como lengua habitual, ya que facilita que sus hijos, sin abandonar su primera lengua, puedan aprender otro idioma. Diría que es algo positivo. Porque los catalanohablantes no son monolingües, todos saben hablar hoy en día el castellano. Y lo que me parece que es obvio es que conocer la lengua del país en el que se vive es algo lógico.

Eso es lo que hemos conseguido con la inmersión. Lo hemos conseguido, además, en un clima de tranquilidad, en un clima positivo; nunca hemos tenido conflictos lingüísticos, sino que lo hemos hecho por consenso. Son ellos los que nos provocan este malvivir. Lo hemos hecho tan bien como hemos sabido, con una delicadeza máxima, con un respeto máximo, y ahora el enfrentamiento nos viene provocado por unos señores que se dedican a poner leña a un fuego que estaba absolutamente apagado.