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Espectáculo, sobre y frente al escenario

«Es algo que no se puede explicar si no estás aquí». Es una frase hecha, pero fue el recurso más utilizado por quienes ayer se desplazaron hasta el BEC a la hora de describir la experiencia que estaban sintiendo y viviendo. Solo por ello, todo el esfuerzo estaba justificado.


Los despertadores pitaron atónitos y sobresaltados por el insólito madrugón. Y es que la mañana se despertó diferente; los primeros rayos del sol que se asomaron a lo largo y ancho de Euskal Herria se toparon con un modelo de gente inusual. Los asiduos a las últimas horas de la noche del sábado y las primeras de la mañana dominguera se cruzaban con personas que, nevera en mano y con la ilusión en su interior, se apostaban aquí y allá.

Cafeterías y panaderías fueron los lugares escogidos para las «quedadas», pero también las plazas, los aparcamientos, los portales, las rotondas... Y todos con un mismo destino: el BEC de Barakaldo, convertido en el escenario de la fiesta del bertso y la plaza común de todos los bertsozales y las bertsozales.

El parking subterráneo del centro de congresos y, más concretamente, el maletero de su todoterreno se convirtió en el comedor improvisado de un grupo de bertsozales venidos desde distintas localidades de Goierri y Urola. Con un revuelto de hongos, queso y un buen vino tinto, para las nueve y media de la mañana se preparaban para disfrutar de «un día inolvidable».

Amantes de los bertsos todos ellos, han seguido paso a paso las vicisitudes del campeonato que inició su andadura a finales de setiembre. Por ello, la cita de ayer era obligatoria. «Desde el primero al último, comentaremos todos los bertsos y, pese a que venimos sin un favorito claro, para la hora del almuerzo seguro que tenemos alguna quiniela», auguraba Angel Larrañaga mientras ofrecía un trozo de queso y un trago de vino. «No sé si acertaremos o no -proseguía-, lo que sé seguro es que disfrutaremos mucho; eso es lo importante». Prueba de la grandeza del día son, a su juicio, todas aquellas personas que han perseguido una de las 13.500 entradas que se pusieron a la venta y que se agotaron antes de lo que algunos aficionados hubieran querido.

Consciente de la suerte que había tenido, el hendaiarra Peio Hurtado se encontraba a las puertas del BEC, cerveza en mano, sacándose una foto de grupo para mandársela a los amigos y amigas que se habían quedado en casa. «Mis amigos me dijeron ayer (por el sábado) que había una entrada y que me animase; que, a pesar de no ser un gran seguidor, la `fiesta' del BEC había que vivirla», comentaba sabiéndose afortunado.

No muy lejos, disfrutando de la actuación de un batukada, se encontraba un inquieto Jabier Agirre. No había tenido que madrugar demasiado, pues se había desplazado desde Lezama. Tenía prisa por entrar y comenzar a disfrutar del espectáculo que auguraba iban a ofrecer los bertsolaris, porque «no han venido a jugar». «Los bertsolaris tratan los temas con profundidad y aportando siempre un mensaje; abordan temas con mucha actualidad», explicaba Agirre, para quien los bertsos representan una manera excelente para «tomar la temperatura de nuestra sociedad».

Encuentros y saludos

Pero es más que eso, más que rimas, mensajes, perspectivas y miradas... Es también un espacio de encuentro, un lugar donde viejos amigos se reencuentran para disfrutar de una afición común e, incluso, una excusa para hacer una salida en grupo, como en el caso de María José Aizpurua y sus tres amigas.

Desde Oiartzun, las cuatro se estrenaban en la final y antes de buscar sus asientos desayunaron por segunda vez en el bar que dentro del recinto había dispuesto la organización. Expectantes ante la labor que iban a realizar los bertsolaris y el «espectáculo» que estaban ofreciendo los asistentes. «Nos habían dicho que merecía la pena venir, que el ambiente era increíble y lo cierto es que, aunque no hemos hecho más que entrar, las sensaciones impresionan».

Impresionantemente cerca de los protagonistas del día se encontraban las arrasaterras Alaitz Martínez y Ainhoa Errasti, muy sonrientes. Unas compañeras suyas habían acudido a las nueve de la mañana a la pista central y tomaron lugar en primera fila. «Nos habían dicho que acudiésemos temprano, pero no creíamos que cogeríamos sitio en este sitio». Desde allí pretendían sentir la inquietud de sus claros favoritos: Amets Arzallus y Sustrai Colina. En más de una ocasión se giraron para mirar hacia atrás y sentir también el aliento de los bertsozales que, con sus aplausos y taconazos, hacían crujir el recinto cuando cada uno de los bertsolaris terminaba su tarea.

Casi en las primeras filas se hallaban también los familiares de Mari Carmen Goienetxe. El día de su cumpleaños se quedó en casa, después de recibir una de las felicitaciones más madrugadoras de su vida por parte de su marido e hijos, que, puntuales, a las ocho de la mañana cogían en Irun el autobús hacia Barakaldo. Las celebración con sus familiares se haría esperar, pero probablemente no le faltó un pequeño regalo rimado.

Tras una antesala frenética, minutos después de las once de la mañana arrancó la fiesta sobre el escenario. Los ocho protagonistas irrumpieron en la pista y se encontraron un público entregado que, de pie y con una gran ovación, les abrió camino.

Menús variados

La fría mañana fue templándose poco a poco; el ambiente se calentó, y además mucho, después de la parada para comer, cuando los aplausos y las olas se repitieron una y otra vez en las gradas.

Momentos antes, entre bocado y bocado, las porras, quinielas y comentarios sobre la sesión matutina cruzaban de un corrillo a otro por el sexto pabellón, dispuesto para que miles y miles de bertsozales repusieran fuerzas. Y lo hicieron a conciencia: bocadillos y platos improvisados y gustosos, menús más elaborados y caseros... Cada cual a su manera se preparó y «calentó» para la sesión vespertina, que regaló a las personas congregadas momentos y sensaciones que, quizás, solo pueden describirse cuando son vividas en primera persona. ¿O no?

El BEC albergó, eso sí, una final competitiva encima del escenario y un abanico de vivencias a su alrededor... Más de 13.000 historias, muchísimas anécdotas, incontables madrugones, un sinfín de kilómetros... pero, como bien dice otra frase hecha, «sarna con gusto no pica».

 
 

«Sekula ez dut entzun, sekula ez dut gozatu halako finalik hasi eta buka»

Serio edo nekatuta, han baino beste edozein tokitan egoteko desirarekin seguru asko, agertu ziren prentsa agerraldira zortzi bertsolariak egun osoko lanaren ostean. Iñaki Murua Bertsozale Elkarteko lehendakaria, Amets Arzallus eta Maialen Lujanbio bi alboetan eta gainerako seiak atzean hartuta eseri zen mahaian. «Zoriontsu naiz, nago, egin nauzue, egin naute hauek; gozatu egin dut benetan. Sekula ez dut entzun, sekula ez dut gozatu halako finalik hasi eta buka», hasi zuen bere hizketaldia, harro. Saioak «ase» zuela aitortu zuen. Elkarte moduan jende andanari eskerrak eman beharrean zela aitortu zuen: bertsolariei, epaileei, gai-jartzaileei, boluntario gisa lan egin duten «petodun» guztiei...

Bertsolariek hartu zuten hitza ondoren. «Oso gustura geratu naiz orokorrean, eta, Iñakiren hitzak entzunda, zalantzarik gabe horrekin geratzen naiz», aipatu zuen Amets Arzallusek honakoa erantsi aurretik: «Ez naiz zurikerietan ibiliko, egiatan diot, neure txapelak baino askoz ere gehiago pozten nau horrek denak».

Maialen Lujanbiok, beste bertsolari gehienek bezala, eskerrak emateko baliatu zuen hitza: «Gu egon gara oholtza gainean, baina hainbeste jendek, hainbeste denboraz, hainbeste lan egin du guk dena listo eta bikain eduki genezan, guk gure hoberena emateko, eskertu baino ezin dugula egin». Azken batean, bertsolariek «lan hori lanarekin itzuli» dietela gogora ekarri zuen, eurek dakiten «modurik hoberenean opari bat ematen», azken batean.

Euren artean izan duten giroa ere nabarmendu nahi izan zuen batek baino gehiagok, tartean, Igor Elorza durangarrak. «Bi finaletan egon naiz eta beti egon da giro ona taldean, baina gaur -atzo- goizeko hamarretan sumatu dut konfiantza osoa zegoela final on bat irtengo zela, eta, ordu horretatik aurrera, puta madre pasatu dut», aitortu zuen bertsokideen barreak eraginez. Modu berean jardun zuen Aitor Sarriegik eta emozioz aitortu zuen «ohore gisa» hartu zuela atzokoa, finalean bertsokide izan zituen pertsonekin oholtza gainean izateko aukeragatik.

Umoretsu, halaber, Unai Iturriaga, prentsa aretora bertaratutako guztien irria eraginez. Berriz ere ez dela txapelketara aurkeztuko berretsi zuen, baina pentsatuko lukeela zuzenean finalean izateko txartela emango balio bateren batek. BECeko oholtzan ez, baina bere etxean bera dela txapelduna esanaz agurtu zen.

Kazetarien artean Amets Arzallusen sentsazioek sortu zuten galdera gehien. Oholtzara inoiz baino lasaiago irten zela nabarmendu zuen, eta goizeko jardunean bere burua «zorrotz» sumatu zuela: «Inoiz izan dudan sentsaziorik hoberena izan dut goizean». Taula gainetik saioari neurria hartzea zaila dela iritzi zion, ordea, eta berean adina ikusten zuela txapela Maialen Lujanbioren buruan: «Agurra prestatzen hasteko ere esan diot amaitutakoan».

Lau urtez behin egiten den txapelketa izanik ere, lanean jarraitzeko premia nabarmendu zuen Iñaki Muruak amaitzeko: «Astia badugu, baina hemen ez da bukatu; arnas hartu behar dugu, baina lanean jarraitzeko». M.E.