«V significa voluntad de votar para conseguir la victoria»

Ante la dificultad de igualar la cadena humana de 2013, la ANC apuesta este año por conseguir la espectacular imagen de una Barcelona inundada por independentistas. Josep Sabaté, coordinador de tramos y miembro del secretariado nacional de la ANC, nos explica cómo lo han hecho.

En la sede central de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) no cabe un alfiler. Ni un momento de descanso. Literalmente. Esquivando mesas, cajas, mapas y algún que otro objeto volador conseguimos un pequeño despacho donde entrevistar a uno de los miles de activistas de la Assemblea que hoy harán posible una nueva demostración de fuerza independentista.

Con más de medio millón de inscritos, ¿qué previsión hacen de la movilización de esta tarde?

A mediados de agosto empezaron a saltar algunas alarmas porque el número de inscritos parecía que no acababa de subir, pero las últimas semanas hemos llegado a superar la cifra del año pasado, lo que nos hace ser muy optimistas sobre la convocatoria de este 11 de setiembre. También es bueno para comprobar que esto del independentismo no es un souflé, que la gente tiene ganas de salir a la calle y tiene claro por qué lo hace.

El reto de superar la cadena humana del año pasado no es poca cosa. ¿Cómo se decantaron por una V?

Buscábamos una movilización simbólica, como la marcha de la libertad de 2012, inspirada en las marchas de Gandhi o Luther King, o la cadena humana de 2013, inspirada en la Vía Báltica. Pensando mucho surgió la idea de una V, que tiene tres significados principales: V de voluntad, de votar y de victoria. Es decir, tenemos voluntad de votar para así conseguir la victoria.

Este año lo habéis convocado junto a Òmnium Cultural. ¿Cómo se ha llegado a este trabajo conjunto y cómo lo han llevado?

Estamos en el contexto de la campaña por el Sí-Sí en la consulta, en la que es muy importante tener a la sociedad civil bien organizada y actuando unitariamente. Por eso se planteó esta campaña conjunta con Òmnium, que se llama "Ara es l'hora". Hay cosas que a nivel logístico lleva más la Assemblea y otras más Òmnium, pero lo organizamos todo de forma unitaria.

¿De dónde están viniendo los principales quebraderos de cabeza?

Hay que partir de la base de que, prácticamente todo se hace a base de voluntarios, de gente que al acabar de trabajar viene y destina sus hora a esta causa, lo que ya es un handicap. Aparte de esto, tenemos una movilización que, según parece, va a ser una de las más multitudinarias en la historia de Europa, con la llegada de 2.000 autobuses a la ciudad, lo que logísticamente es un problema. Parecía mucho más fácil organizar una V que una cadena humana, pero en fin...

¿Cómo dinamizarán la movilización?

El acto comenzará a partir de las 17.14 horas, pero a partir de las 15.00 horas ya habrá música y actos en todos los tramos. Habrá castellers, gigantes, conciertos y muchas otras expresiones de la cultura popular de todo el país. A partir de las 17.14 horas se formará la "senyera" en todo el recorrido y una pancarta avanzará por cada una de las líneas, en una se leerá «9N votaremos» y en la otra «9N ganaremos». Y a partir de aquí, el acto político.

Hay varios movimientos sociales y políticos que se han sumado a la V con sus reivindicaciones específicas. ¿Cómo valoran desde la organización estas adhesiones?

Para nosotros es muy importante que una movilización así sea de país y que, por tanto, estén presentes todos los sectores sociales. Es importante que la Diada esté cargada de contenido y que el planteamiento de modelo de país que queremos no se deje para el día siguiente a la independencia, sino que poco a poco también lo vayamos debatiendo.

¿Cuál es el objetivo político de la Diada Nacional de este año?

El año pasado conseguimos fijar la fecha y la pregunta de la consulta y la Diada de este año tiene un objetivo muy claro, que es, precisamente, asegurar la convocatoria de esta consulta. Quien ha hecho que lleguemos donde estamos es la movilización ciudadana, el pueblo, por lo que es muy importante que esta movilización se mantenga para que la consulta sea viable, tanto a nivel catalán, para que los partidos tengan claro cuál es el mandato popular, como a nivel español, para dejar claro que la soberanía está en el pueblo catalán y no en el Tribunal Constitucional.