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Kutxabank puso dinero de sus clientes para recompensar la «lucha antiterrorista» a petición de Basagoiti

El expresidente de Kutxabank, Mario Fernández, reconoció ayer que a petición de un líder del PP en Euskadi -que Iñaki Anasagasti identificó como Antonio Basagoiti- aceptó buscar un puesto de trabajo para el ex delegado del Gobierno en la CAV Mikel Cabieces, por ser «una persona que ha estado en la primera línea de la lucha antiterrorista». El banco pagó por ello unos 6.000 euros al mes de sus ahorradores.

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Mario Fernández dijo estar «totalmente indignado» antes de entrar a declarar ante la Fiscalía de Bizkaia, por la denuncia interpuesta contra él por los actuales rectores de Kutxabank a raíz de la contratación durante tres años del ex delegado del Gobierno español en la CAV Mikel Cabieces, que costó inicialmente 243.592,02 euros, que Fernández repuso de inmediato para tratar de «cerrar» el tema.

Ambos, Cabieces y Fernández, acudieron ayer a dar explicaciones ante la Fiscalía. El ex delegado del Gobierno fue parco en palabras ante la prensa que hacía guardia frente al edificio del juzgado. Se limitó a decir que es «tiempo judicial». Pero Mario Fernández habló a su salida y después remitió un comunicado a los medios.

«Política de Estado»

El escrito del expresidente de Kutxabank tiene dos partes. En la primera trata de justificar haber hecho «el favor de encontrar un puesto de trabajo a Mikel Cabieces», dentro de la «política de Estado» de posibilitar «alguna salida laboral» a «personas vinculadas con Interior y la lucha antiterrorista». En la segunda parte arremete contra el actual presidente, por el que es evidente que se siente traicionado.

«¿Qué harían cada uno de ustedes si se les pidiese ayuda para una persona que ha estado en la primera línea de la lucha antiterrorista?». Con esta pregunta arranca su escrito Mario Fernández y responde que «supongo que lo mismo que yo». Recuerda que Paulino Luesma y Enrique Villar estuvieron en la embajada de España en Lisboa tras dejar de ser delegados del Gobierno y que al ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan Mari Jáuregui se le empleó en Aldeasa, empresa vinculada a AENA.

Sin explicar que todos esos puestos son en instituciones o empresas públicas dependientes de la Administración para la que trabajaron Luesma, Villar y Jáuregui y que Kutxabank es una entidad privada, Mario Fernández señala que «a principios de 2012 un líder del PP en Euskadi» le llamó para solicitar «la colaboración de Kutxabank para buscarle un puesto de trabajo» a Mikel Cabieces, que debía dejar la Delegación del Gobierno. Según señaló Iñaki Anasagasti en una tertulia en Info7, ese líder del PP fue Antonio Basagoiti.

Mario Fernández afirma textualmente que «desde el primer momento tuve claro que, ante la dificultad por parte de la Administración del Estado de proponer al exdelegado una salida similar a la que se ofreció a sus antecesores, era justo que colaboráramos en la búsqueda de una solución lícita y sin perjuicio para Kutxabank. Había un interés legítimo y una larga tradición; era hacer el favor de encontrar un trabajo».

El expresidente de Kutxabank añade que dejó el tema en manos del responsable de Recursos Humanos, que le propuso contactar con «un despacho de abogados con el que ya teníamos un acuerdo de iguala». Añade que hubo un acuerdo que firmó y que en octubre o noviembre de 2014 le indicaron que «procedía liquidar definitivamente el acuerdo, propuesta que acepté y, supongo, se ejecutó».

La traición interna

En su escrito, Mario Fernández no hace referencia alguna a los 243.592,02 euros que esas decisiones costaron y que él mismo devolvió en la confianza de que así se cerrara el tema.

Relata Fernández que el pasado 12 de enero acompañó al actual presidente de Kutxabank, a quien no nombra, a una reunión con el director general de la CECA. A la salida, Gregorio Villalabeitia le informó que había conocido lo ocurrido y que cabía pensar que el banco «había sufrido un perjuicio». Fernández le respondió que no había nada irregular y que por lo que Kutxabank significaba para él, resarciría de su bolsillo esa cantidad. Según explica, el presidente actual le «respondió que así quedaría cerrado el tema».

Pero Mario Fernández dice que, lejos de esto, nadie de Kutxabank, «menos aún su presidente», volvió a tener contacto con él, hasta que conoció la denuncia interpuesta. Interpreta que Gregorio Villalabeitia no pretendía «arreglar nada, sino todo lo contrario, aunque, de paso, se causara un daño reputacional evidente a Kutxabank».

El expresidente cierra su comunicado diciendo que ha habido «una voluntad explícita de atentar contra su honor», por lo que ejecutará «las acciones penales oportunas». Y defiende su labor «totalmente honesta» en la que «siempre han prevalecido los intereses de Kutxabank sobre cualquiera otros».

Concentración en el exterior contra la privatización

Mientras Mikel Cabieces y Mario Fernández declaraban ante la Fiscalía, en el exterior tuvo lugar una concentración de la plataforma contra la privatización. Su portavoz Mikel Noval afirmó que «la pérdida del control público y social de lo que pasa en torno al sistema financiero vasco y en torno a Kutxabank es lo que está favoreciendo estas situaciones de fraude, clientelismo y tratos de favor».

Por su parte, la parlamentaria Maribi Ugarteburu recordó que EH Bildu ha propuesto la creación de una comisión de investigación sobre el caso y señaló que intentar reducir esto a «un tema personal» es tomar por tonta a la ciudadanía. GARA