«Somos escépticos con el PSN, pero aunque no se sume al cambio no lo podrá parar»
La coalición de IU con Batzarre se ha mantenido tal cual pese a lo convulso de los últimos meses en la izquierda a nivel estatal. Ahora cuentan con tres escaños y su mantenimiento o mejora puede ser crucial en un escenario muy equilibrado. Como cabeza de lista sigue Nuin, veterano entre los candidatos a presidente tras 20 años como parlamentario.
¿Cómo afronta Izquierda-Ezkerra estas elecciones? ¿De qué lectura parten?
Las afrontamos con la conciencia muy clara de que estamos en un momento decisivo y excepcional. Sinceramente, creemos estar a las puertas de un cambio político profundo y de alcance, porque hay demanda social, energía social. Y también hay una conciencia social y ciudadana de que no podemos seguir como estamos ni en el camino en el que estamos, con mayorías políticas de gobiernos de la derecha o de los pactos bipartidistas de las últimas décadas. Eso solo nos lleva a una situación cada vez peor en lo social, en lo político y en lo institucional, en la convivencia plural, etcétera. Creemos que ahora existe una mayoría social en Navarra que exige un cambio. Esto, unido al momento tan excepcional y tan difícil en lo económico, hace que las condiciones para un cambio profundo –no solo un cambio coyuntural, sino profundo de verdad– estén dadas.
¿Cuáles son sus ambiciones? ¿A qué aspira I-E?
Desde I-E lo afrontamos con confianza, porque hemos trabajado mucho y creemos además que hemos trabajado bien. Pensamos que existe una izquierda en Navarra que se reconoce en el proyecto y el discurso de Izquierda-Ezkerra. Eso se verá reflejado en las urnas el próximo 24 de mayo, de modo que I-E obtendrá representación en el próximo Parlamento y será importante. Y que además, también resultará decisiva en las decisiones que se tomen a partir del día 24. Esperamos mejorar resultados con respecto a 2011 y, a partir de ahí, empujar a un cambio profundo y estructural, para poder formar una alternativa a la derecha y el bipartidismo UPN-PSN, con solidez programática para el futuro.
¿Confía, y le remarco el término «confiar», en que el PSN esta vez sí apueste por un gobierno de cambio?
No. Yo creo que la palabra confiar... no. Somos muy escépticos con lo que pueda hacer el PSN, lo que creemos es que la sociedad sí exige un cambio y el PSN tendrá que tomar ya su decisión en clave de sumarse o no. Pero aunque no se sume al cambio, no lo va a poder parar. Habrá mayoría suficiente. Hasta ahora, cuando han sido decisivos no han dado el paso definitivo, veremos qué sucede el día 24. Al margen de lo que haga el PSN, hay voluntad de cambio.
¿La clave está, entonces, en que los partidos que no pertenecen al régimen sumen 26 de los 50 escaños?
Es perfectamente posible que la derecha más el PSN no llegue a 26. No es seguro, pero es posible. Es un escenario que está abierto y que dependerá de que consigamos una movilización social y ciudadana muy importante. Y esto pasa por lograr la movilización de todos los hombres y mujeres de izquierdas de Navarra. Nosotros en eso vamos a trabajar porque creemos que el enfoque social de la izquierda es decisivo y fundamental para que el cambio sea real y no cosmético. Y para sumar los 26, que es posible, que es una posibilidad cierta.
Usted fue el primero en decir abiertamente que no tiene reparos en pactar con EH Bildu...
Sí. Lo hemos dicho muy claramente. No tenemos ningún complejo en pactar con la izquierda abertzale, en pactar en este caso con EH Bildu. Siempre sobre un programa, evidentemente. Hacemos especial hincapié en el programa. Lo que tiene que producirse, si hay votos y apoyos suficientes, es que de aquí nazca un gobierno con una hoja de ruta política y programática muy clara. Tiene que tener una definición transparente de lo que quiere hacer los próximos cuatro años. Eso es lo que dará cohesión a la acción de gobierno, a ese pacto entre diferentes que se necesita. Estamos dispuestos a pactar con Bildu, porque el objetivo es cambiar unas políticas que han sido muy lesivas con la mayoría social, con los servicios públicos...
¿Qué objetivos debería tener ese gobierno alternativo?
Revertir el empobrecimiento de la clase trabajadora y la desigualdad que generan las políticas de la derecha. Deberá también superar la Navarra de la confrontación identitaria por otra Navarra de convivencia entre su pluralidad nacional. Y eso hay que hacerlo sobre una base programática clara y definida.