Impulso al reconocimiento de las víctimas del conflicto en Madrid
La reivindicación del reconocimiento de todas las víctimas del conflicto ha marcado el acto por la paz en Euskal Herria en el que han tomado parte Rosa Rodero, viuda de Joseba Goikoetxea; Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa; y Carmen Galdeano, hija de Xabier Galdeano.
El testimonio del dolor causado por ETA, la guerra sucia perpetrada por el Estado o la tortura se ha manifestado en un encuentro celebrado en el auditorio Marcelino Camacho de Madrid. Estaba previsto que el acto tuviese lugar en el Congreso español pero, tras dar el sí por unanimidad hace cuatro meses, PP y PSOE revocaron el permiso ante las presiones de la AVT. Lo que ni la asociación que dirige Ángeles Pedraza ni Génova ni Ferraz han evitado es que se escuchasen los testimonios directos de sufriemiento, pero también de esperanza en el futuro, aportados por Rosa Rodero, Axun Lasa y Carmen Galdeano. Entre los asistentes se encontraban también Josean Fernández y Asier Aranguren (expresos vascos), Pili Zabala (hermana de Joxi Zabala, secuestrado y muerto por el GAL), Pilar Manjón (presidenta de la asociación de afectados por el 11M) o José Amedo (expolicía y miembro del GAL).
«Que no se utilice a las víctimas para parar la paz. Se habla de mucho dolor. No solo las víctimas lo hemos sufrido, sino la sociedad. Si nosotros, que lo hemos vivido en primera persona, hemos sido capaces de mirar al futuro, la sociedad también lo puede hacer», ha resumido Lasa. «Yo soy víctima de ETA y estoy reconocida. Otras no lo están», ha indicado Rosa Rodero.
Reconocimiento
El reconocimiento ha sido una de las ideas clave durante todo el acto. Porque, como remarcaba la viuda de Joseba Goikoetxea, hay sufrimientos que siguen invisibilizados. Las intervenciones han servido para ponerlos sobre la mesa. «No negamos el dolor de las víctimas de ETA. Pero nosotros hemos callado lo nuestro. Y esto nos da la oportunidad de contarlo», ha señalado Galdeano mientras explicaba que el primer día que ejerció como abogada fue para sustituir a Iñaki Esnaola, gravemente herido el 20 de noviembre de 1989 en el atentado que costó la vida a Josu Muguruza, quien a su vez fue compañero de su padre en ‘Egin’. «Todas estas cosas nos han pasado», ha indicado.
La pluralidad de las víctimas también ha sido una idea reiterada. Lo ha remarcado Rosa Rodero pero también Pilar Manjón, que ha intervenido desde el público para poner en cuestión la frase «las víctimas piensan», tan utilizada a la hora de condicionar políticas.
Dos personas no han podido participar pero sí han remitido sendas cartas a la organización. Por una parte, Lucía Carrero Blanco, nieta del almirante Luis Carrero Blanco, llamado a ser el sucesor del dictador Franco y que murió en atentado de ETA en 1973. Su nieta, que ya estuvo presente en el acto celebrado el año pasado en la parroquia San Carlos Borromeo, ha puesto en valor la importancia de escuchar a otras voces. También Rosa Lluch se ha expresado por vía epistolar. La hija de Ernest Lluch, exministro del PSOE a quien ETA mató en 2000, ha censurado que el Congreso vetase el uso de la sala que lleva el nombre de su padre. Además ha recordado otras vulneraciones de los derechos humanos como la dispersión o el encarcelamiento de personas que «a su modo, buscaban la convivencia», citando expresamente a Arnaldo Otegi.
El acto, centrado en los testimonios personales, únicamente se ha enrarecido con las intervenciones de Odón Elorza, exalcalde de Donostia y actual diputado del PSOE. Primero desde el atril y luego desde el público ha insistido en buscar la «condena» y el «error de lo que se hizo». Un planteamiento desde la deslegitimación política que ha sido contestado tanto por Josean Fernández como por Pili Zabala, así como por algún asistente del público que ha tomado la palabra.