«La moneda puede caer a un lado u otro, estamos rozando el 50%»
Secretario general adjunto de ERC, es decir, número tres del partido, Lluís Salvadó (La Ràpita, 1969) es uno de los principales fontaneros de la formación republicana. En el camino al 27S, además de ser el número 6 de Junts pel Sí por Tarragona, ha sido uno de los tres directores de una campaña electoral que no duda en considerar «histórica».
No se imaginan lo que ha costado conseguir esta entrevista. Con infinidad de actos cada día de campaña y con un resultado que se prevé ajustadísimo en porcentaje de votos (lo que lleva a tratar de optimizar cualquier mensaje emitido), la candidatura Junts pel Sí ofrece entrevistas con cuentagotas. Finalmente, uno de los tres directores de campaña, Lluís Salvadó, atiende telefónicamente a GARA. Se le nota satisfecho y optimista.
La campaña se acaba. ¿Un primer balance algo apresurado?
Ha sido una campaña histórica. Hemos movilizado a muchísima gente y hemos visto una ilusión y una esperanza enormes. Se pudo ver el viernes en el espectacular acto final. Ahora esperamos que eso nos lleve a la victoria este domingo.
Más de 100.000 voluntarios, lleno en todos los actos... ¿os lo esperabais?
No sé si tanto, pero en cualquier caso nos ha sorprendido en positivo. Estamos ante un plebiscito y la respuesta de la gente está siendo proporcional a aquello que nos estamos jugando, que es el futuro político de nuestro país. Ha sido espectacular ver cómo llenábamos incluso las plazas más complejas del área metropolitana de Barcelona. Estamos convencidos de que hemos hecho todo aquello que podíamos hacer para ganar.
¿Y las relaciones entre ERC y CDC? ¿Se mantiene alguna tensión o el roce hace el cariño?
Todos somos conscientes de que para ganar hay que generar una gran mayoría y para eso solo hay una fórmula: sumar, sumar y sumar. De ahí la importancia de tener la capacidad de dar un pequeño paso atrás en la cómoda posición ideológica de cada uno para poder dar un gran paso adelante como país. Todos somos muy conscientes de ello, así que no nos ha costado nada hacer esas concesiones y ser capaces de entendernos. Ha sido una campaña extremadamente positiva y muy plácida. La ilusión y las ganas de conseguir la libertad de nuestro país superan cualquier diferencia ideológica que, es obvio, existe. Es una candidatura muy transversal y esa es nuestra fuerza, es el sentimiento de un pueblo expresado a través de una coalición.
El unionismo os lo ha puesto bastante fácil...
Sí. Nosotros habíamos analizado experiencias como las de Quebec y Escocia, para aprender de sus errores. En ambos casos vimos que el Estado, la metrópoli respectiva, había jugado con la estrategia del palo y la zanahoria. Por un lado alargaban la mano con incentivos para los indecisos y por otro desarrollaban un contundente discurso del miedo. El Estado español, como siempre, ha acabado defraudando y no ha sido capaz ni de presentar ninguna alternativa ni de generar un estado de tensión y miedo. Ha tenido que rectificar casi todas sus amenazas y ha acabado perdiendo toda la credibilidad. Esperamos que se refleje en un resultado poco favorable para el No.
No me dirá lo que dicen las encuestas internas, pero ¿cree que es factible conseguir el 50% de los votos?
Lo estamos rozando. Hace dos meses estábamos lejos, pero en estos momentos estamos rozando el 50%. La moneda puede caer tanto de un lado como del otro. Lo positivo es que hemos mantenido la tensión del electorado y que la política del miedo no ha hecho mella. Lo negativo es que nos podríamos quedar a un voto de la victoria definitiva. Por eso nos toca apretar hasta las 20.00 del domingo.
¿Y cree que Junts pel Sí puede conseguir la mayoría absoluta?
No es uno de los objetivos principales de la campaña. El objetivo no es ganar unas elecciones autonómicas ni gobernar una autonomía, sino ganar un plebiscito. La primera fase es ganar dicho plebiscito en escaños, lo cual nos daría el mandato democrático para continuar avanzando en el proceso. Eso el independentismo lo tiene relativamente sencillo. Si además ganamos en votos, es que simplemente se habrá acabado el proceso que conocemos, que ya dura demasiados años. Y digo que se acabará porque tendremos la independencia en nuestras manos, tendremos el mandato democrático definitivo y válido internacionalmente para iniciar la próxima fase, que es la construcción del nuevo Estado.
Sin mayoría absoluta, quedan en manos de la CUP...
Con la CUP existe una dificultad para establecer consensos. Si te fijas, al fin y al cabo, aquellos que tienen capacidad de hacer renuncias para favorecer los consensos ya estamos en Junts pel Sí. Los que no están son aquellos que no han tenido la capacidad de hacer renuncias. Debido a su complejidad interna, a veces la CUP dificulta que el proceso vaya con la suficiente celeridad. Y desde luego, si alguien no tiene claro que hay que sentarse con gente diferente para ganar la independencia, tenemos un problema. Necesitamos a la CUP, a Esquerra, a Convergència, a los socialistas soberanistas y a los de Unió, a todos. Y si la coyuntura no nos da mayoría absoluta, pues trabajaremos para sumar los apoyos suficientes para que el proceso vaya lo más rápidamente posible.