Landaben asegura que se mantienen los planes de fabricación previstos
La dirección de la planta de Landaben comunicó ayer a los sindicatos que el grupo alemán mantiene los planes de fabricación previstos antes de que saltara el escándalo de los motores trucados, si bien reconoció que le resulta imposible cuantificar la cifra total que finalmente se invertirá en esta planta, prevista inicialmente en 900 millones.
La dirección de la planta de Volkswagen en Iruñea accedió finalmente ayer a reunirse con el comité de empresa, tal y como había solicitado el sindicato LAB. En dicho encuentro, se dio traslado de una nota interna remitida desde Alemania en la que el grupo automovilístico se compromete a mantener el grueso de las inversiones anunciadas para el mantenimiento de la fabricación del Polo actual y de su sustituto A07 en la planta navarra, la mayor instalación industrial de Euskal Herria, con una plantilla de más de 4.000 empleados.
En la nota se subraya que «las inversiones se realizarán únicamente sobre el producto actual y el futuro A07», que se mantienen «según lo previsto», aunque se insiste en que no se harán inversiones que «no estén ligadas al producto».
La dirección de Landaben reconoció no obstante que en estos momentos no es posible cuantificar la cifra total que finalmente se invertirá en esta planta, aunque precisó que las inversiones destinadas a la producción actual y al nuevo producto representan el «grueso» de los 900 millones previstos.
Estas afirmaciones, por tanto, vienen a confirmar que esa cantidad no supone dinero nuevo y que en ella están incluidos los 785 millones que ya se estaban invirtiendo para adaptar la producción al nuevo modelo, como la construcción de nuevas instalaciones de chapistería.
En la reunión de ayer, LAB planteó asimismo si se va a mantener la capacidad productiva del centro, a lo que los responsables de Landaben comunicaron que «a día de hoy se mantiene en 1.400 vehículos».
Aunque estas informaciones parecen garantizar el futuro inmediato de la planta navarra, las medidas de ajuste anunciadas alejan un poco más las posibilidades de fabricación de un segundo modelo distinto al Polo, único que se fabrica en Landaben en las últimas décadas.
Esta posibilidad se había vuelto a poner encima de la mesa este pasado verano, al anunciar el grupo Volkswagen el traslado a Barcelona de la producción de los modelos más pequeños de Audi, que podrían llegar a saturar la planta catalana, con lo que Seat podría derivar parte de estos modelos a la factoría navarra, donde todavía existe margen para ampliar la producción de 1.400 unidades diarias.
El Gobierno, en alerta
La presidenta del Gobierno de Nafarroa, Uxue Barkos, manifestó que el mensaje que les llega desde VW es «tranquilizador», en el sentido de que «se sigue trabajando en los mismos términos que antes de la crisis».
Tras señalar que «ésta es una crisis de envergadura», la presidenta navarra indicó que «nos mantenemos en una posición de alerta, no preocupados, pero sí alerta. Es una crisis de deriva que puede ser incierta», dijo.
No obstante, Uxue Barkos indicó que la expresión en torno a inversiones no prioritarias «creo que no afecta de momento a lo previsto en Navarra».
El sindicato ELA, por su parte, exigió al fabricante alemán que «ante la delicada e inadmisible situación que ha provocado el equipo directivo», se comprometa «públicamente y de manera inmediata con el mantenimiento del empleo y las inversiones previstas».
En un comunicado, ELA exige a VW que, «atendiendo a los beneficios estructurales e históricos conocidos, anteponga el empleo y un compromiso real de respeto a la salud pública que vaya mucho más allá de la mera utilización propagandística».
VW presenta el plan para reparar los motores
A falta de pocas horas para que expirara el plazo fijado –la pasada medianoche–, Volkswagen envió a las autoridades alemanas su plan de acción para arreglar los vehículos diésel trucados, que implicará cambios en el software en el caso de los motores de 2 litros y, muy probablemente, reparaciones técnicas adicionales en los motores de 1,6 litros.
La revisión de los vehículos afectados empezará en enero y se prolongará durante todo 2016, según avanzó el presidente de Volkswagen, Matthias Müller, quien añadió que los gastos de la operación correrán a cuenta del grupo.
No descartó que los motores pierdan potencia, aunque se mostró convencido de que «es más importante cumplir los objetivos de emisiones que renunciar quizá a 3 o 5 kilómetros por hora en la velocidad máxima».
Müller no aventuró cifras sobre el coste de esa reparación a gran escala, aunque teóricamente el consorcio ha reservado 6.500 millones de euros para esta operación. GARA