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El comité europeo de Arcelor presionará para la continuidad de las plantas de Zumarraga y Sestao

El comité de empresa europeo de Arcelor Mittal presionará con «todos los medios legales» a la compañía para conseguir el mantenimiento de los puestos de trabajo y la producción en las plantas de la compañía en Sestao y Zumarraga.

El secretario del comité europeo de Arcelor ha comparecido junto a delegados de ELA, CCOO y UGT. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)

El secretario del comité europeo de Arcelor Mittal, Didier Zint, ha acudido hoy a Bilbo para respaldar a los trabajadores de las plantas de Sestao y Zumarraga, la primera parada sin fecha para reanudar la actividad y la segunda con un anuncio de cese parcial de actividad. La primera tiene 335 trabajadores y la segunda 325.

Zint ha comparecido junto a representantes de CCOO, UGT y ELA –miembros del Comité Restringido Europeo–, antes de mantener un encuentro con la dirección de recursos humanos de Arcelor España. Una reunión de la que LAB ha sido excluido, según ha denunciado posteriormente la central abertzale en una nota.

El dirigente sindical ha lamentado que venir a Bilbo a respaldar a los trabajadores vascos «no ha sido fácil», porque el grupo empresarial no le ha facilitado esta tarea de apoyo.

Aunque ha advertido de que la solución a estas dos plantas debe ser negociada en Euskal Herria, Zint ha explicado que el comité europeo les apoya y va a presionar a Arcelor para conseguir la continuidad de ambas factorías.

Los pasos que van a dar serán solicitar primero una reunión con la dirección a nivel de comité restringido europeo, lo que se le debe conceder, para conocer de primera mano los datos en los que se basa Arcelor para suspender la actividad de las plantas de Sestao y Zumarraga.

El objetivo será reunirse con los dos máximos responsables europeos de las divisiones de productos planos y largos –los que fabrican las dos plantas, cada una con su especialización–.

Además, el comité quiere que el conflicto en la factoría de Zumarraga sea considerado de carácter transnacional, con el argumento de que la producción va a ser llevada a otros países.

Esto permitiría abrir un proceso legal de información y consultas en el que la empresa debe dar la información y la opinión del comité europeo debe ser escuchada. «Otra cosa es que luego la tenga o no en cuenta», han admitido los sindicalistas.

Todo ello con el objetivo de «garantizar el empleo, conseguir inversiones para las plantas y requerir el apoyo político para ello», ha concluido Zint.