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Más pases largos y menos posesión... juego más directo

Es el segundo equipo que más balones en profundidad genera por partido. Su dominio del balón ha pasado de una media del 53 al 46% en cuatro años.


«Ni todas cortas, ni todas largas. Todas cortas es futbito. Todas largas es rugby», sostenía el malogrado maestro de periodistas argentino Dante Panzieri. Históricamente el Athletic se ha caracterizado por su juego directo, un estilo de reminiscencias británicas, del “patapúm p´alante”, ese fútbol del norte, ese balón a la olla y ahora rebautizado como de segunda jugada, los centros laterales pegados a la cal y un potente ariete descosiendo balones. Pero con Ernesto Valverde este equipo juega a otra cosa, le gusta llevar la iniciativa en el campo, pivotando sobre el balón, apretar al rival, exigirle al máximo, y eso pasa por la presión alta o la rápida recuperación del balón perdido que por aquí descubrimos con Marcelo Bielsa y el de Viandar de la Vera ha seguido poniendo en práctica. No obstante, el Athletic de estos primeros compases de temporada, tan irregular en su juego como parece pragmático en sus objetivos, aun manteniendo esa presión alta sobre el contrario, da la impresión de haber recuperado un juego más directo y menos elaborado en detrimento de una mayor posesión de la pelota, asumiendo, dicho sea de paso, menos riesgos.

A estas alturas de campeonato no es ninguna novedad que el Athletic apenas gana ya la posesión en sus partidos. Su intención de dominar la pelota, hasta no hace mucho insultante incluso lejos de San Mamés, ha venido decreciendo con el paso de las temporadas de Valverde. En su primer año, según datos de la conocida web estadística Whoscored.com, acabó con una media del 53%. La segunda campaña bajó al 50,8%, en la pasada se quedó en un 49,3% y en la presente esa media de posesión ha caído hasta un 46,3%.

Hay otro dato muy revelador de cómo ha virado esa apuesta futbolística de Valverde en estos cuatro años. A día de hoy, en la jornada undécima de Liga, los leones son el segundo equipo que más apuesta por el balón en largo, sólo por delante del Eibar de José Luis Mendilibar; hace cuatro temporadas era el sexto y las dos últimas fue el cuarto. De 78 pases en largo de media por encuentro en la actualidad a los 68 de hace cuatro años.

Del mismo modo que lo anterior llama la atención el otro reverso de la moneda, que los bilbainos son el cuarto equipo, por delante de Espanyol, Eibar y Osasuna, que menos pases en corto genera; lo significativo de esta estadística es que los dos primeros cursos de Ernesto Valverde fueron el quinto ¡pero que más pases en corto daba!

Una evolución estadística en cuanto a posesión o tipo de pases que es el resultado de una propuesta futbolística en la que el Athletic está apostando por un juego más directo, de menos elaboración, cuyas respuestas a las inevitables preguntas tendrá el entrenador. Quizá porque ya en la última temporada se vio cómo a los rojiblancos les costaba hincar el diente al rival cuando de ataques posicionales se trataba, quizá por minimizar el capítulo de pérdidas en la medular, quizá porque la velocidad de Williams por banda invita a esos desplazamientos en profundidad, quizá por el protagonismo que pueda cobrar Laporte en la salida de balón desde atrás y su mayor predisposición a enviar en largo, quizá por la propia presencia de Raúl García como comodín de Aduriz para las segundas jugadas... O quizá todas a la vez.

Lo que también resulta una evidencia reflejada en las estadísticas es que este juego más directo se traduce en que los leones han aumentado esta temporada con respecto a las anteriores su presencia en el último tercio de campo rival. Y siempre es positivo. Se sitúa en un 31% del tiempo de juego, igualado con el Atlético y sólo por detrás del Barcelona, lo que indica el potencial ofensivo de los leones esta campaña. Los tres últimos cursos de Valverde venían siendo del 29%. Eso sí, esto no se ha traducido en más remates a portería; su media es más baja que el curso pasado y mucho más que el primer año de Txingurri.