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«Otra victoria como ésta y volveré solo a Epiro»


Dice la historia –no me las voy a dar de listo, que lo he buscado en Google– que Pirro, rey de Epiro, después de ganar por segunda vez a las tropas romanas en el año 279 a.C. a costa de perder a la mayoría de su tropa y sus mejores soldados en el campo de batalla, respondió a quienes todavía le felicitaban por su hazaña con un «otra victoria como ésta y volveré solo a Epiro».

Gorka Urtaran tendrá su presupuesto el próximo lunes. Sus urgencias deben ser vitales puesto que ni siquiera quiso hacer el gesto formal de dar unos días de gracia a la mano tendida de EH Bildu. En términos bélicos, retrasar el pleno de la cuestión de confianza siquiera una semana le habría supuesto dar un tanto al adversario, amortiguar ese «EH Bildu cede ante el órdago del PNV en Vitoria» que ayer abría el periódico más vendido de la capital y que los jeltzales pueden enarbolar como el alzado de la bandera de las barras y estrellas por marines de EEUU en el monte Suribachi en la batalla de Iwo Jima, Japón, el 23F de 1945, en los estertores de la II Guerra Mundial (vale, también esto está buscado en internet).

Gorka Urtaran tendrá su presupuesto el próximo lunes, pero será a costa de usar su propio voto de calidad para autoconcederse la confianza del pleno con nueve votos de veintisiete; será a costa de romper la confianza con quienes le llevaron a la alcaldía; será a costa de tener que volver en seguida a pedir la condescendencia de EH Bildu para, por ejemplo, poder aprobar las enmiendas pactadas con Podemos e Irabazi; será a costa de seguir alimentando el discuso del PP sobre la debilidad del bloque del cambio; será a cambio de no tener más apoyo que el de un PSE cada vez más perdido en Gasteiz.

Gorka Urtaran tendrá su presupuesto el próximo lunes, pero ni siquiera necesita «otra victoria como ésta» para saber que, si no lo remedia, ya está volviendo solo.