Etxerat expone en la Cámara de Gasteiz las consecuencias de la dispersión en los menores
Etxerat ha comparecido en la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad del Parlamento de Gasteiz al objeto de explicar las consecuencias de la dispersión en los y las menores. Junto a Patricia Vélez, portavoz de Etxerat, han aportado su testimonio Olatz Iglesias y Maider Viso, ambas familiares de presos. Iglesias, de 20 años, conoce la dispersión desde que tenía pocos meses, mientras que Viso es madre de una niña de 13 que la sufre desde que nació.
Vélez ha destacado que «estos últimos días hemos podido ver que si los agentes políticos y las instituciones se ponen en la misma dirección es posible conseguir cosas», en referencia al caso de Sara Majarenas y su hija Izar.
La representante de Etxerat ha subrayado que hay «cientos de niños y niñas» afectados por una política penitenciaria que se aplica desde hace 30 años, que ha ocasionado centenares de accidentes y que ya se ha cobrado 16 víctimas mortales.
En el caso de los menores, ha indicado que es muy diferente emplear dos horas para una visita o necesitar «una odisea de dos días cada vez que lo tenga que hacer».
En ese contexto ha tomado la palabra Olatz Iglesias, quien ha explicado la crudeza de tener que realizar viajes tan largos desde tan pequeña –en su caso París, Madrid y Alicante– para unos cuantos minutos de visita, y cómo el alejamiento y estos desplazamientos inciden en todas las facetas de su vida y cómo dificultan los vínculos afectivos, en su caso con sus padres.
Maider Viso ha llevado el testimonio de lo que supone viajar una niña pequeña hasta Córdoba o Castellón, el frío o el calor, los mareos, su cansancio y lo que supone faltar regularmente a clase, una situación que se da con frecuencia cuando la cárcel dispone que los vis a vis sean en día laborable.