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El forense reconoce que Barrenetxea le relató torturas, pero no observó «muestras de ello»

La tercera jornada del juicio contra cuatro guardias civiles por torturas a Sandra Barrenetxea se ha limitado a la declaración del forense que asistió a la detenida en los calabozos de la Dirección General de la Guardia Civil y en la Audiencia Nacional. El médico ha reconocido que Barrenetxea le dijo que había sufrido maltrato pero que no encontró «muestras de ello en el rostro, ni en sus pupilas».

Los cuatro guardias civiles acusados, en la tercera sesión del juicio. (Monika DEL VALLE/ARGAZKI PRESS)

La Audiencia de Bizkaia ha acogido hoy la tercera jornada del juicio contra cuatro guardias civiles por torturas a Sandra Barrenetxea. La sesión se ha limitado a la declaración a través de videoconferencia del forense Juan Miguel Monge Pérez, que asistió a la detenida en los calabozos de la Guardia Civil y Audiencia Nacional.

El forense ha reconocido que Barrenetxea le dijo que había sufrido maltrato. Sin embargo, él no encontró «muestras de ello en el rostro, ni en sus pupilas». El médico ha explicado que efectuó siete informes sobre el estado de la joven, ya que el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 3, Fernando Grande-Marlaska, que ordenó la detención contra las nueve personas por su miltancia en Ekin, le instó a visitarle a la mañana y a la tarde.

Monge Pérez, a preguntas de la acusación particular, ha reconocido que Barrenetxea le dijo al verla por primera vez, poco después de que la trasladaran desde Bilbo, que la habían golpeado con la mano abierta en la cabeza, aplicado la bolsa y amenazado con violarla. También que trató de explorarla, pero la arrestada se negó, por lo que no insistió. El forense ha reiterado a cada una de las cuestiones planteadas por la abogado Ana Tudanca que el aspecto que presentaba Sandra Barrenetxea era «normal». «Estaba consciente y orientada», ha respondido.

El fiscal le ha interpelado sobre si encontró en los exámenes realizados a la detenida signos de que hubieran tratado de asfixiarla con la bolsa. «Si hubiese algún signo lesivo lo hubiera reflejado en los informes», ha apuntado. El forense ha manifestado que no encontró huellas del maltrato que le relataba la detenida y que Barrenetxea «era muy consciente de la situación».

El letrado de los guardias civiles, Carlos Aguilar, ha preguntado al forense de la Audiencia Nacional si apreció que la detenida estaba sufriendo alguna crisis de ansiedad cuando la visitó, lo que Juan Miguel Monge Pérez ha negado. Respecto a las quejas de Barrenetxea por el dolor que tenía en el cuello a raíz de los golpes y posiciones forzadas que sufrió, el perito ha dicho que no encontró ningún signo y que disponía de una movilidad normal.

Identificó a tres agentes

Durante la jornada de ayer, Barrenetxea revivió el sufrimiento que le infligieron un número indeterminado de agentes que participaron en su traslado desde Bilbo a Madrid, donde en los calabozos del instituto armado continuaron amenazas de violación, golpes y vejaciones. En varios ocasiones, su relato se entrecortó por los sollozos al recordar el calvario que padeció desde que la montaron en un coche en Arrigorriaga. Pero sacó fuerzas para volverse, mirar a la cara a los acusados e identificar y especificar cuál fue su papel en un infierno que no borrará de su mente de por vida.

Mañana, conclusiones finales

El juicio contra los cuatro agentes de la Guardia Civil finalizará mañana con la elevación de las conclusiones finales y de los informes por parte de la acusación particular, Fiscalía y defensa tras lo que la Sala deberá sentenciar.