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Una expedición «particular» que volverían a repetir sin dudarlo

En la jornada de ayer, lo que más interés y expectación suscitó fue, obviamente, dónde y cómo aparecerían las armas, qué cantidad, cuántos zulos, si se producirían detenciones... A primera hora de la mañana, los artesanos hacían entrega de la lista de las ocho ubicaciones. Y horas después las difundían, con inventarios y fotos de los grupos de personas participantes en el desarme incluidos. Todas ellas resultaron identificadas, pero no retenidas.

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El grado de expectación que había ido subiendo en vísperas de la jornada de ayer alcanzó su cenit a primera hora. Antes de la primera comparecencia pública de los artesanos Txetx Etxeberri y Michel Tubiana, acompañados de Jean-René Etchegaray, de los verificadores Ram Manikkalingam, el arzobispo Matteo María Zuppi y del pastor protestante Harold Good, varios medios de comunicación lanzaban especulaciones sobre el número de depósitos o zulos que iban a aparecer. Doce aseguraban algunos, ocho aventuraban otros.

Hubo que esperar a la rueda de prensa de las 10.30, en Euskal Museoa, para confirmarlo. En la misma, Michel Tubiana y Michel Berhokoirigoin anunciaron que los puntos de transferencia de las armas eran ocho y que la Comisión de Verificación tenía ya en sus manos la ubicación exacta de cada uno de ellos. Un par de horas más tarde, la prensa recibía información sobre la localización exacta de los zulos, pero además fotografías de los grupos participantes, lista de personalidades que habían tomado parte en la operación y el listado del material en cada depósito.

En total, 172 voluntarios se implicaron personal y directamente en dichas operaciones, realizadas en el departamento de Pirineos Atlánticos y mayormente en zona bearnesa o limítrofe con las Landas. En concreto, cinco transcurrieron en estas localidades: Audaux y Castetbon, Viellenave de Navarrenx, Maslacq, Carresse-Cassaber y Araujuzon. Tres depósitos se encontraban, sin embargo, en lindes o sobre suelo vasco: uno entre la localidad zuberoatarra de Etxarri y la bearnesa de Espiute, otro entre Barkoxe y la bearnesa de Aramitze y el último en Senpere.

Entre las personalidades que ayer se calzaron las botas para adentrarse en los bosques o zonas montañosas con el fin de atestar de la existencia del armamento se encontraban el europarlamentario verde José Bové, la diputada socialista Sylviane Alaux, el secretario general del sindicato CFDT-Pays Basque Michel Larralde, la escritora Marie Cosnay, la vicepresidenta de CDDHPB Anne-Marie Michaud, los exalcaldes Battit Sallaberry (Hendaia) y Paul Badiola (Donibane Lohizune), la consejera regional Alice Leiziagezahar, el expresidente de Emmaus-France Franz Valli o el sindicalista de ELB Panpi Sainte-Marie.

En cuanto al material que componía el arsenal de la desarmada ETA, sumando los inventarios difundidos había unas 120 armas de fuego (rifles, pistolas, revólveres), tres toneladas de diferentes materias para la fabricación de explosivos (nitrato amónico, nitrometano, pentrita, azufre, clorato...), un alto número de munición (balas, cartuchos), y material diverso como detonadores, temporizadores, sensores, etcétera.

 

«Bakearen aldeko keinua zen gurea, ez ginen urduri»

Donapaleuko hautetsia da Estebe Irola. Atzo ohi baino goizago irten zen etxetik, aparteko zeregina zuelako: «Bakea erdiesteko ahaleginean parte hartu behar nuen». Bera, beste hogeita bost bat lagunekin, Senpereko aintziran izan zen, bake artisauek zehaztu zieten toki jakin batean.

«Batzuk ezagutzen nituen. Gizarteko sektore askotako jendea zegoen, sindikalistak, laborariak…», zioen bazkaldu osteko kafea hartzean elkarrizketatu genuenean. Goiz berezia nola igaro zen galdeturik, 9.00etarako aurrez zehaztu zieten Senpereko lakuko eremu batera iritsi zirela esan zigun: «Lekua jada markatua zen itxitura batekin eta banderola bat zeukan. Perimetroa finkatua zegoen eta armak toldo baten azpian zabalduak zeuden. Bueno, armak berak ez ditugu ikusi, kutxak baizik. Armak zirela egiaztatzeko gainetik begiztatu ditugu. Ez zegoen zerrenda bat bistan baina, aldiz, kutxa batzuetan ETA erakundeko siglak eta data batzuk markatuak ziren».

Beren egitekoa berehala agintariak abisatzea izan zen, eta gero, horiek heldu zain egotea. «10.30 aldera han ziren poliziak. Guztiok identifikatu gaituzte eta armategiaren kargu egin dira. Dena lasaitasunean igaro da. Gu trankil ginen eta haiek ere bai», adierazi zuen. Izan ere, bere esanetan, «han ginen guztiok egiten ari ginena zuzena zela uste genuen. Ez dut urduritasunik sumatu. Denok jabetzen ginen bakearen aldeko keinu bat egiteko ginela han».

Hautetsi donapaleutarrak argi du beretzat «keinu» hori zerbait «naturala» dela: «Denon ardura da bakea ekarriko duen zerbaitetan parte hartzea; nik kontzientzia politiko bat dut eta nire herrian bakea izan dadin ahalegina egitea naturala da. Oso ongi da bakearen alde zaudela esatea edota adierazpen publikoetan agertzea, baina horretara iristeko ekintzak ere behar dira, batez ere maila politikoan dauden trabak ikusirik».

Irola ez da beldur atzoko ekintzagatik izan daitezkeen ondorio judizialekin. «Bakearen alde egiten den ekimen bat ezin da kondenatu. Horrenbestez, epaitegien aldetik errepresiorik balego, nire defentsa argudioak ildo beretik joango lirateke», nabarmendu zuen, jendarteak oro har «Euskal Herrian bake-prozesuan aitzina egiteko aro berri bat» ireki dela eta bide horretan aurrerapausoak egiteko «denek aktore» izan beharko luketela gaineratuta.

 

«Todo bien, incluso hemos podido hacer ‘hamaiketako‘»

Anne Duhour y Dominique Duhalde residen en dos localidades labortanas bastante cercanas. La primera en Hazparne, donde vive desde que hace unos años se instalara proveniente de Lille, y el segundo en Lekuine, municipio del que fue concejal. Los dos coincidieron ayer en la iniciativa de desarme de ETA organizada por los «artesanos de la paz». Concretamente a ellos les «tocó» ir a Maslacq, un pequeño pueblo bearnés, a pocos kilómetros de Orthez. «En nuestro grupo hemos participado en total unas veinte personas. Una de ellas tenía fotos precisas del lugar que había que balizar, con piquetes y cinta de plástico rojo y blanco alrededor. Y luego con pintura fosforescente se ha marcado la ubicación de barriles o cisternas. Todo estaba bien organizado y el trabajo ha sido muy fácil» contaron.

En realidad ninguno vio armas. «Solo hemos visto un montículo. Hemos quitado las hojas y ramas que había en el sitio indicado. Se veía que la tierra había sido removida, no muy recientemente, pero nosotros no hemos tocado nada. Nos hemos limitado a señalar el sitio, hacer las fotos y a esperar» precisó Duhalde.

Su «acción» duró unas tres horas y media. Para las 11.35 ya había aparecido la Policía Judicial, que procedió a identificarlos. «Luego han venido los artificieros, que eran más numerosos que nosotros. Creo que su trabajo habrá sido más complicado que el nuestro», añadió el lekuindarra.

Anne apostilló que «los policías han sido muy correctos. No ha habido tensión». Reconocen, sin embargo, que al principio de la mañana «había un poco de nervios, de inquietud porque realmente, esto es algo excepcional. Pero todo ha ido bien y en buen ambiente, incluso hemos hecho un pequeño hamaiketako».

Estaban preparados para una larga jornada porque pensaban que podían estar allí hasta bien entrada la tarde. «Pero después de identificarnos nos han invitado a irnos porque lo que iban a hacer podía ser peligroso», manifestó Anne.

Ambos afirman que «los de Luhuso y la sociedad civil han abierto este camino y como nosotros somos parte de ella, lo hemos hecho convencidos de que había que hacerlo. Esperemos que este paso traiga otros». «En cualquier caso, lo volveríamos a hacer sin dudarlo», aseguraron con rotundidad.