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Puigdemont: «El compromiso del Govern es inviolable; celebraremos el referéndum»

El president de la Generalitat ha ofrecido este lunes una conferencia en el Auditorio Caja de Música de Madrid, abarrotado. Puigdemont ha tendido su mano para acordar un referéndum de autodeterminación, siguiendo el ejemplo de Escocia, y ha rechazado acudir al Congreso para que el Gobierno español lo utilice de «coartada» y dé un portazo como el de Ibarretxe en 2005.

Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Raül Romeva, este lunes en Madrid. (J.DANAE / ARGAZKI PRESS)

El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha arrancado su intervención agradeciendo al Ayuntamiento de Madrid y a su alcaldesa haber cedido un espacio municipal para exponer su postura, después de que se les negara el Senado, a pesar de su «función de representación territorial».  

«Al parecer se puede pedir el uso del Senado para todo tipo de actividades, incluso privadas, pero no para que el Gobierno de Catalunya vaya a explicar qué está pasando, por qué está pasando y qué se propone que pase. No había nada de ilegal ni de ilícito en nuestra solicitud, no hubo ningún informe jurídico en contra de nada. Nos dijeron que el Senado no es para nosotros, que no es nuestro, que lo de la cámara de representación territorial sólo era solo un eslogan», ha criticado.

Puigdemont ha subrayado que el presidente español, Mariano Rajoy, considera que la cuestión catalana es «el reto más grave que tiene planteado España», ante lo cual debería de «poner encima de la mesa» sus propuestas para solucionarlo y no  «actuar de otra forma como si ese problema vaya a desaparecer por alguna razón que nadie alcanza a descubrir».
 
En este punto, ha recordado que el Ejecutivo de Madrid le ha instado a acudir al Congreso, ante lo cual se ha preguntado si «existe voluntad política para atender la demanda catalana», porque «ir al Congreso solo como coartada para difuminar ante los observadores internacionales la ausencia de voluntad política del Gobierno del Estado es un error en el cual ya no vamos a participar», y ha recordado que ese «camino» ya lo recorrieron sin resultado positivo alguno el lehendakari Ibarretxe en 2005 o representantes del Parlament de Catalunya en 2014.

Ni simulacro ni maniobra de dilación

Puigdemont ha instado al Ejecutivo de Mariano Rajoy a alcanzar primero un acuerdo entre ambas partes. «Si el Gobierno español entiende cuál es su rol y responsabilidad en esos momentos no dudo que encontrará en las Cortes el apoyo necesario para validar los acuerdos a los que llegue con el Gobierno catalán para que se pueda ejercer el derecho a la autodeterminación. Pero no cuenten para ningún simulacro, ninguna maniobra de dilación ni ninguna escenificación de falsa voluntad de diálogo. Nada que les permita creer que renunciamos a nuestro derecho a la autodeterminación».
 
El presidente catalán ha defendido un diálogo «sin condiciones previas, sin límites, sin tópicos, sin apriorismos y sin reproches», y ha rechazado el uso de jueces y fiscales, o de «visiones sacralizantes de los estados y su unidad». Ha remarcado que el referéndum es una demanda mayoritaria –«la mayoría de los catalanes, también los que no quieren la independencia, esperan ser escuchados»– y que no existe ruptura social, fuga de empresas o persecuciones por ideas, orígenes, cultura o lengua. «Una sociedad felizmente discrepante, en ese asunto y en muchos otros, como corresponde a una sociedad democráticamente madura», ha definido.
 
Frente a ello se han topado con «el no a todo. Negar el carácter político de la demanda catalana y fiarlo todo al trabajo de fiscales y jueces no es la solución, sino incrementar el problema. No pedimos al Estado español que renuncie a sus principios, pero tampoco aceptamos que el Estado español nos obligue a renunciar a los nuestros. Aunque lo intenten, el Estado español no dispone de tanto poder para parar a tanta democracia».

El Estatut ‘cepillado’ en 2010
 
«No somos ningún desafío; somos los representantes de un pueblo que quiere expresar su futuro en las urnas. No somos ningún soufflé, ni una enfermedad, ni fruto de ningún trastorno emocional. Recogimos la gran frustración del 2010, cuando la sentencia del Tribunal Constitucional pulverizó el pacto, sí el pacto, que habíamos alcanzado, también, como se nos propone hoy, pasando por el Congreso de los Diputados», he rememorado en alusión al ‘cepillado’ del Estatut.
 
Fue entonces, ha añadido, cuando «decidimos dejar de lamentarnos, de negociar compensaciones en aquel mercadeo que tanto nos ha perjudicado para sacar algo de lo perdido, y decidimos decidir. Tomamos conciencia que verdaderamente nunca habíamos pintado nada, sólo habíamos sido un espejismo de utilidad que, en la práctica, siempre favorecía a los mismos y jamás, como se ve dolorosamente hoy, jamás sirvió para acabar con las ineficiencias, el cruce de intereses y el fundamento para la corrupción. En Catalunya y en España».

Puigdemont ha defendido que su primera opción pasa por un referéndum para Catalunya pactado con el Gobierno español, que estám dispuestos a «hablar de todo y con todos», pero que «jamás renunciaremos a que los ciudadanos catalanes voten para decidir el futuro político de Catalunya si el Gobierno español sigue empeñado en el no a todo».

En ese caso «celebraremos el referéndum y será a partir de entonces cuando ofreceremos nuevamente una propuesta de diálogo y de negociación. Pero el objetivo ya no será celebrar el referéndum sino invitar al Estado español a implementar sus resultados y a contribuir a la transición del nuevo Estado catalán, un nuevo Estado que mantendrá los lazos fraternales con España que nadie ni nada podrá seccionar».

Numerosas personalidades

El alcalde en funciones de Barcelona, Gerardo Pisarello; el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban; el senador de EH Bildu Jon Inarritu, el líder de UGT, Josep Maria Alvarez y el secretario de Organización de CCOO, Fernando Lezcano, han acudido a escuchar la conferencia, entre otros.

Al acto también asiste una amplia representación del Parlamento catalán, la consellera de Presidencia, Neus Munté y el delegado de la Generalitat en Madrid, Francesc Mascarell.

En las lista de invitados de la Generalitat también figuraban representantes de varias embajadas como la de Suiza, Israel, Italia, Alemania, Argentina, Irlanda, Países Bajos, Paraguay y la República Checa, entre otras, ubicados en las primeras filas de las Caja de Música, el auditorio donde se ha celebrado la conferencia.

No han acudido ni el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ni ningún miembro de su gabinete.

Protesta de ultraderechistas

En la plaza Cibeles un grupo de personas con banderas españolas y símbolos ultraderechistas y franquistas se han concentrado para protestar contra la conferencia y también han arremetido contra la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por ceder una sala al president, al que ha recibido hoy.