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Una exposición sobre la evolución del II Ensanche abre el debate sobre el futuro de esa zona

La antigua estación de autobuses acoge desde la exposición ‘Reflexiones en torno al futuro del ensanche 100 años después’, una muestra organizada por el Ayuntamiento de Iruñea que quiere hacer un recorrido por la historia del II Ensanche. Esta apertura da paso a un conjunto de actividades que abordan una reflexión sobre la significación pasada y actual de esa zona de la ciudad, para hacer una proyección sobre su futuro.

Miembros de la Corporación de Iruñea, durante su visita a la exposición sobre el II Ensanche. (AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA)

El alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, acompañado por el concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Jose Abaurrea y el director del Área de Urbanismo y Vivienda, Vicente Taberna, han recorrido la muestra a la que estaban invitados representantes de toda la Corporación.

En los andenes y sala de usos múltiples de la antigua estación los asistentes han podido ver 15 grandes paneles con reproducciones de planos históricos provenientes del Archivo Municipal de Iruñea, además de cuatro orto-fotos antiguas del los fondos de Gobierno de Nafarroa, la primera de ellas la instantánea aérea de Ruiz de Alda tomada en un vuelo en 1929. También de los fondos del archivo son las 60 fotografías en blanco y negro que componen el gran mosaico que da acceso a la sala.

En este ciclo de actividades, además de la exposición, están previstas dos charlas y una mesa redonda. La primera conferencia tendrá lugar esta tarde, a las 19:30 horas, horas en la sala de usos múltiples (espacio de las antiguas taquillas). El ponente de la sesión será Sigifredo Martín, arquitecto del equipo redactor del Plan Especial del Ensanche, ya que precisamente el ponente abordará la última década de planeamiento urbanístico sobre esta céntrica zona de la ciudad.

1922, la primera piedra
El II Ensanche nació de un derribo, el del ‘cinturón de piedra’ que constreñía a la ciudad e impedía su sano crecimiento. Una Real Orden sancionó el deseo de la ciudad y permitió el derribo parcial de las murallas, lo que en Iruñea fue motivo de festejos. Aunque los proyectos para el II Ensanche empezaron mucho antes, hasta agosto de 1922 no se pondría la primera piedra de la edificación de este nuevo barrio de estructura reticular e inspiración racionalista. La filosofía urbanística que le daba origen era mejorar las condiciones de vida del habitante urbano, buscando un concepto de ciudad moderna.

No hubo un solo proyecto para el Ensanche, sino varios y con modificaciones, firmados por arquitectos tan conocidos como Julián Arteaga. El que finalmente se llevará a la práctica será el proyecto del arquitecto municipal Serapio Esparza, de 1909. Su resultado aún se aprecia: grandes fachadas con miradores, esquinas en chaflán, tráfico ordenado y la aparición de un gran eje en 1923, la gran avenida de Carlos III rematada en un gran espacio público –hoy plaza de la Libertad-.

Para hacerlo posible, más allá de tirar la muralla, hubo que modificar los límites de la ciudad con algunas actuaciones de gran calibre como cambiar de sitio el Teatro Gayarre o construir una nueva plaza de toros. Todo ello causaría consecuencias en cascada, como el traslado del tren Plazaola, contribuyendo enormemente a configurar Iruñea tal y como es hoy.

Entender el Ensanche
Sobre todo esto, sobre lo que pudo ser y lo que es, versa la muestra inaugurada hoy. 15 paneles con textos explicativos recogen en tamaño 1x1m. reproducciones de bocetos/proyectos o de planos históricos, como el trazado en 1882 por Dionisio Casañal que muestra la Ciudadela completa en una Iruñea aún entre murallas; faltaban siete años aún para ver aparecer el I Ensanche, el modernista.

Entre los paneles hay también cuatro orto-fotos de 45x80 cms. de los años 1929, 1945, 1956 y 2014. En las instantáneas aéreas se puede apreciar de forma clara la evolución de la zona centro de la ciudad durante casi cien años. Si en 1929 se había iniciado ya la primera zona del II Ensanche hasta la actual Baja Nafarroa, y se aprecia la estación de autobuses en construcción, en la foto de 1945 se pueden observar las fases iniciales de las obras del Monumento a los Caídos, el trazado del parque de Media Luna o la apertura de la calle Estella. Para 1956 sólo quedaban por construir las últimas manzanas y los bloques que conforman la actual plaza de la Libertad. La estación del Plazaola seguía en Conde Oliveto y en la Ciudadela se mantenían los cuarteles de los militares y la prolífica edificación del interior.

Más allá de lo urbanístico, las costumbres, los usos tradicionales y el día a día de la vida de la ciudadanía de este Ensanche durante los tres primeros tercios del siglo XX, están recogidos en un gran mural (3x2 metros). Es una instalación, sobre fondo de color, que está compuesta por aproximadamente 60 instantáneas en blanco y negro procedentes de los fondos del Archivo Municipal de Iruñea.

El PERI de 2007
Si la exposición de planos y fotos revisa el pasado y la evolución de los hitos históricos del Ensanche, las sesiones teóricas de estas jornadas buscan no sólo contextualizar su existencia, sino también analizar su futuro. Esta tarde, a las 19:30 horas, tendrá lugar la primera conferencia cuyo contenido será la última década de ordenación urbanística del Ensanche: el Plan de Reforma Interior (PERI), aprobado en abril de 2007.

Sigifredo Martín, arquitecto del equipo redactor, explicará como el PERI vino a apoyar el mantenimiento de la estructura física y morfológica del Ensanche tradicional y sus usos característicos, además de consolidar y reforzar su centralidad. Lo hizo, además, a partir de la reconsideración del nuevo papel que debía jugar esta zona en el conjunto urbano y comarcal.

El Plan Municipal de Iruñea ya establecía como criterio la necesidad de afrontar desde una regulación positiva y pormenorizada la recuperación física, funcional y social del área, para evitar la pérdida de población y su envejecimiento; la disminución de calidad ambiental derivada fundamentalmente de problemas de tráfico, las dificultades de accesibilidad o la falta de aparcamientos, además resolver carencias en materia de dotaciones e infraestructuras, o de la inadecuación dimensional y funcional de las viviendas.