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Voluntariado corporativo no es siempre compromiso social

El auditorio de la Torre Iberdrola acogió ayer una jornada de Innobasque sobre «Voluntariado corporativo y su impacto». Tras escuchar a los ponentes, esto quedó claro: que la promoción del voluntariado por parte de algunas empresas no significa que esas firmas se comprometan socialmente.


El voluntariado corporativo no es un concepto nuevo para el Tercer Sector ni para el mundo de la empresa, si bien es cierto que ha adquirido cierto protagonismo en los últimos años después de que levantaran reticencias entre las organizaciones sociales las primeras ideas que les plantearon las grandes empresas dispuestas a «colaborar» con ellas. La crisis, con la consiguiente pérdida de aportaciones públicas y privadas, las ha hecho más «receptivas» a estas colaboraciones, de grandes compañías en su mayoría, que han sabido pulir iniciativas que buscan réditos fiscales y marketing. La patronal Cebek pretende implantarlo en las pymes.

El voluntariado corporativo, explicó Benedetta Falletti, es un conjunto de actividades promovidas por una empresa para involucrar a los trabajadores en proyectos de organizaciones sin ánimo de lucro, dedicando su tiempo, capacidades o talento. La coordinadora de la red Voluntare destacó los beneficios que obtienen empleados que se implican, empresas y sociedad, llegando a decir que la rentabilidad empresarial aumenta un 16% y la productividad alcanza el 18%.

Falletti señaló que tiene «gran impacto» en el desarrollo de competencias y habilidades profesionales. «Es una buena herramienta para atraer y retener talento», defendió. Desde su visión, incrementa la motivación y el compromiso de los trabajadores, asegurando que también incrementa la capacidad de innovar.

Ner Group, algo diferente

Muy distinto es el «nuevo estilo de relaciones» que impulsa Ner Group entre los 21 proyectos que lo conforman. Juanje Anduaga, coordinador del Equipo de Compromiso con la Sociedad, diferenció lo que es la Responsabilidad Social Corporativa (RCS) y el compromiso con la sociedad de una organización como la suya, ya que, subrayó, «es parte fundamental de nuestro ADN».

Explicó que Ner Group aporta el 2,5% del resultado de cada proyecto a ideas y programas, que les ha llevado a financiar uno para relanzar la pelota, colaborar en la formación de desplazados por el conflicto armado en Colombia y ayudar a menores amenazados por la exclusión social en sus deberes escolares. Son algunos ejemplos de su implicación, que llega a que el 2,5% del horario laboral se destine a estos fines, al contrario que grandes corporaciones que se limitan a financiar programas, como plantar árboles, para que sus trabajadores los desarrollen en su tiempo de ocio beneficiando su imagen pública.

Anduaga advirtió de «esta moda de la RSC», incidiendo en que a muchas empresas les mueven los beneficios fiscales y de imagen, nada que ver con un compromiso con la sociedad. «Hay que ver lo que doy, no lo que saco», enfatizó.

La importancia del voluntariado en la CAV no es baladí, tal y como destacó Marco Muro, viceconsejero de Empleo y Juventud, que incidió en que hay 125.000 personas involucradas en el Tercer Sector. Por ello, anunció, Lakua prepara una nueva Estrategia Vasca de Voluntariado hasta 2020.

Muro manifestó que «el sector empresarial puede aprovechar su estructura para la generación de beneficios sociales y medioambientales de la mano del voluntariado corporativo, logrando una mayor implicación e incluso orgullo entre sus trabajadores».

Y es lo que dice Iberdrola. Begoña Barberá, su responsable de Proyectos Sociales, expuso el programa que desarrolla en los últimos once años en ámbitos como salud, educación, energía, reducción de desigualdades y clima. Sí, clima, proyectos con los que, según la multinacional energética, pretende ayudar a un «desarrollo sostenible».