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VW ofrecerá primas para renovar vehículos diésel

El fraude cometido por los fabricantes de automóviles alemanes para superar las pruebas sobre emisiones de gases contaminantes les ahorró millones de euros en innovación y abarató la producción de sus vehículos, que llegaron al mercado sin adecuarse, realmente, a las normativas comunitarias en vigor. A la espera de las sanciones que impongan la Comisión Europea y los tribunales, las marcas alemanas intentan lavar su imagen de cara al consumidor.


Volkswagen va a actualizar el software de los motores diésel que teóricamente cumplen con las normas Euro 5 y Euro 6 en Europa –no solo en Alemania– de todas las marcas del consorcio y, además, ofrecerá una prima, que todavía no ha cuantificado, para cambiar un vehículo diésel antiguo por uno nuevo.

El grupo automovilístico informó ayer de que las marcas VW, Audi, Seat, Skoda, Porsche y la sección de Vehículos Comerciales trabajan actualmente en los detalles de esa prima para que los propietarios de un vehículo diésel que cumpla con las normas desde Euro 1 hasta Euro 4 adquieran otro más nuevo y limpio, ya sea con un motor de combustión que emita menos gases o con un motor eléctrico.

Esta iniciativa se añade al compromiso anunciado el pasado miércoles para actualizar el software de los modelos más modernos, los que disponen de un motor diésel de la norma Euro 5 y parte de los que tengan un motor Euro 6 de todas las marcas del grupo. La norma Euro 6 se aplica a todos los vehículos matriculados o vendidos en la Unión Europea desde el 1 de setiembre de 2015.

«Con este amplio paquete de medidas reduciremos notablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno y mejoraremos la calidad del aire», manifestó ayer el presidente de Volkswagen, Matthias Müller. «Este incentivo puede ser implementado de forma rápida y generará un efecto cuantificable y sostenido a la hora de reducir las emisiones de NOx y en la mejora significativa de la calidad del aire», añadió en relación a la prima por sustitución de vehículo.

Lavado de imagen

Obligada por el negativo impacto que han tenido en la opinión pública las nuevas revelaciones sobre el cártel ilegal que han mantenido durante años las principales compañías y que amparó el fraude de las emisiones de gases trucadas, la industria automovilística alemana acordó el miércoles con el Gobierno federal y algunos länder una serie de medidas para mejorar la calidad del aire reduciendo las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) entre un 25% y un 30%.

En esa «cumbre nacional» tomaron parte los patrones de VW, Daimler, BMW y Opel, así como los ministros federales de Transporte, el conservador Alexander Dobrindt, y de Medio Ambiente, la socialdemócrata Barbara Hendricks. Como anunciaron tras el encuentro, los fabricantes se han comprometido a actualizar el software de 5,3 millones de vehículos en Alemania, de los cuales 4 millones son del grupo Volkswagen. Este consorcio participará de forma proporcional a su cuota de mercado en su país en el fondo de 500 millones de euros para la movilidad sostenible en las ciudades. En conjunto, la industria abonará 250 millones de euros a este fondo y el Gobierno alemán otros 250 millones.

Nuevas causas judiciales

Pero mientras intenta lavar su imagen ante la opinión pública, al primer fabricante mundial de automóviles se le acumulan las causas en los juzgados. Precisamente, ayer mismo, la Fiscalía de Múnich abrió un nuevo procedimiento de imposición de sanciones económicas contra directivos de Audi –la marca de lujo del grupo Volkswagen– por haber incumplido presuntamente sus obligaciones de supervisión en el caso de la manipulación de las emisiones de gases en vehículos diesel.

La Fiscalía muniquesa informó de que, por el momento, el procedimiento se dirige contra directivos desconocidos. Los investigadores ya abrieron en marzo otro procedimiento penal por la sospecha de engaño y publicidad engañosa de Audi en Estados Unidos, que recientemente han ampliado a Europa.

Además, un directivo de Audi, que fue despedido en febrero, se halla en prisión preventiva desde el mes pasado acusado de haber ordenado a los empleados de la compañía desarrollar un software e instalarlo en los vehículos para manipular la prueba de homologación en EEUU.

En EEUU, siete directivos de VW han sido ya inculpados y dos de ellos se han declarado culpables tras llegar a sendos acuerdos con los fiscales.