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El 80% de la masa forestal quemada en el incendio de Puiu se regenera sola

El Gobierno de Nafarroa organizó ayer una visita a la zona del incendio de agosto de 2016. La mayoría del bosque rebrota naturalmente, aunque partes necesitarán décadas para recuperarse del todo.

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El monte afectado por el incendio más extenso del que se tiene constancia en Nafarroa, con 3.558 hectáreas quemadas (1.445 de ellas de masa forestal), se está regenerando de forma natural en un 80% de los casos. Estos son los datos que presentó el Gobierno de Nafarroa, que ayer organizaba una visita a la zona para la prensa con apoyo de los guardias forestales. El punto de inicio eran las piscinas de Puiu, proporcionalmente la población peor parada por un fuego que se inició después de que alguien lanzara una colilla desde su coche. En superficie de terreno y masa arbórea, el municipio más dañado es Artaxoa, pero su término municipal es mucho más extenso.

El grueso se la visita se centró en el robledal de Puiu, donde los técnicos explicaron cómo ha respondido a las llamas. Algunos árboles han logrado echar «brotes aéreos», que son pequeñas hojitas en las ramas altas. Esos son los que se han salvado. Otros, han respondido con «brotes de raíz», y junto en la base del tronco calcinado asoman nuevos robles y encinas, que en algún caso ya tienen medio metro de altura. Aun así, esos árboles han muerto y, en el caso de robles quejigos, esos brotes de raíz necesitarán un siglo o más hasta alcanzar el tamaño del árbol quemado, según los guardas forestales.

Repoblaciones

Los árboles peor parados han sido los pinos. El pino Alepo, en su mayoría reintroducido, ardió por completo. Sin embargo, esta es una especie que se beneficia del fuego, ya que le ayuda a diseminar sus semillas y expandirse. Es decir, aunque el pinar morirá, ya han aparecido nuevos pinos que, en unas décadas, sustituirán a los árboles quemados. El Gobierno ha talado unas 25 hectáreas de pinar.

Por otro lado, se han replantado unas 70 hectáreas con unas 70.0000 plantas. El criterio ha sido replicar el bosque tal y como estaba, con olivos, almendros, robles, encinas, pinos, pacharán, tomillos, romeros, nogales, etc. Estas plantaciones se han llevado a cabo en las zonas donde el suelo es más pobre, para apoyar y acelerar su regeneración. Asimismo, se han realizado talas, aunque también dejando troncos muertos, pues forman parte del ecosistema.

En un primer momento, se prohibió que el ganado pastara en las zonas afectadas para allanar el camino de esos nuevos brotes. Sin embargo, «los análisis periódicos y la favorable evolución de la vegetación permitieron la pasada primavera levantar dicha restricción».

Paralelamente, se han mejorado las pistas y se han retirado diez kilómetros de cierres ganaderos que resultaban ya inservibles y, en algún caso, se han sustituido por otros.