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Houston afronta graves inundaciones y Luisiana se prepara para recibir a Harvey

Los aeropuertos y las autopistas cerradas, sus residentes rescatados por embarcaciones: Houston, la cuarta ciudad estadounidense, sufrió en la madrugada de ayer inundaciones «sin precedentes» causado por la tormenta Harvey que ya ha causado al menos cinco muertes –solo tres confirmadas–. Las autoridades de Houston luchaban por encontrar cama para las decenas de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares.


Centenares de residentes en Houston (Texas) están atrapados en sus casas por culpa de las «inundaciones sin precedentes» provocadas por la ahora tormenta tropical Harvey y esperan ser rescatados. Los meteorólogos advierten de que Harvey recuperará fuerza y volverá a anegar la costa mañana, y el vecino estado de Luisiana se prepara para sufrir inundaciones. El presidente, Donald Trump, cuya capacidad de liderazgo ha puesto a prueba este desastre natural, declaró ya ayer el estado de emergencia en Luisiana.

Las calles de Houston, con 2,3 millones de habitantes, estaban anegadas, sus dos aeropuertos permanecían cerrados para vuelos comerciales y dos hospitales debieron ser evacuados, mientras los voluntarios, las agencias de rescate y la Guardia Nacional trataban de evacuar a las personas atrapadas.

La Agencia Federal de Emergencias calcula que tendrán que alojar a más de 30.000 personas en los refugios a causa de las históricas inundaciones de más de un metro dejadas por el huracán Harvey en muchas zonas.

En la mañana de ayer, Harvey –que tocó tierra como huracán categoría 4 el viernes en Texas y se degradó a tormenta tropical– se cernía sobre la costa texana del golfo de México, a unos 160 kilómetros al sureste de Houston. Se espera que comience a moverse hacia el noreste hoy, dejando fuertes lluvias hasta el viernes sobre zonas ya anegadas del este de Texas y en el sureste de Luisiana, aunque su futuro es «incierto».

En la región de Houston/Galveston, cayeron más de 600 mm de lluvia en un lapso de 24 horas. Y entre el 1 de junio y el domingo pasado, Houston recibió 1.170 mm de lluvia, lo que normalmente cae en un año.

Con los servicios oficiales de emergencia desbordados por el nivel del desastre, la tarea queda por momentos en manos de un ejército de voluntarios.

Cadenas humanas y jet skis

Algunos forman cadenas humanas y otros recurren a sus botes de motor para llevar a los damnificados a zonas seguras, ya que la circulación de coches es imposible salvo para grandes camiones que están ayudando en la evacuación.

Bryan Curtis suele montar su jet ski por diversión, pero el domingo lo convirtió en un vehículo de rescate. Fue uno de los muchos texanos que se sumaron a ayudar en la evacuación de quienes quedaron atrapados

«A decir verdad, no estoy pensando en mí en este momento. Es que la gente necesita ayuda, estoy aquí para ayudar, quiero hacer mi parte», señaló a AFP.

«Continuamente pasamos por estos vecindarios y actualmente recurrimos a altavoces para captar la atención de las personas», dijo el oficial de la policía local Alan Rosen. «Estamos desbordados. No hay suficientes recursos, nunca hay suficientes recursos para recorrer todo y salvar a todos», declaró.

Con tantas calles anegadas, los botes son la única opción para algunas personas varadas en las zonas periféricas. James Lofton, residente en el barrio de Spring Valley, realizó múltiples viajes con su bote para trasladar a personas atrapadas en un hotel a zonas seguras.

Algunos operativos más dramáticos se realizaron con helicópteros, que desde el aire rescataron a personas atrapadas en el tejado e sus viviendas.