«Desde luego Gorbachov no, pero Deng Xiaoping sí»
Militar formado en la URSS, el presidente electo de Angola, João Lourenço, sucederá a José Eduardo Dos Santos tras 38 años en el poder. Afirma que abrirá el país a la inversión extranjera, privatizará empresas y consolidará la ruta hacia el libre mercado, pero siguendo el modelo chino, no el improvisado en pleno desplome del modelo soviético.
«¿Reformador? vamos a trabajar para ello, pero desde luego Gorbachov no, Deng Xiaoping sí», responde Lourenço durante la visita privada que realiza en Madrid tras ganar el 23 de agosto las elecciones en su país.
El hasta ahora ministro de Defensa espera culminar la transición al capitalismo en esta nación africana que obtuvo su independencia en 1975 como un Estado marxista leninista y que vivió una guerra civil de 27 años, hasta 2002.
«El paso de una economía marxista leninista hacia una democracia multipartidista o economía de mercado comenzó en 1991 cuando firmamos los Acuerdos de Bicesse, en Portugal.... Vamos a consolidar este proceso», señala, para reconocer que las privatizaciones son «una posibilidad que está abierta». «Vamos a estudiar la posible privatización de aquellas empresas estatales que son pesos muertos para el país, que no son rentables, que le están costando mucho dinero a las arcas del Estado», matiza, en línea con el modelo chino.
En esta línea, Lourenço asume «con mucha confianza» el reto y anuncia que su Presidencia se centrará «fundamentalmente en el desarrollo económico y social del país».
«Vamos a invitar a los inversores extranjeros a Angola, ahora en situación de paz, y vamos a trabajar para crear buen ambiente de negocios, por ejemplo, vamos a modificar nuestra política de visados para la llegada de inversiones», anuncia el presidente electo, quien añade que «diversificar la economía es fundamental e indispensable para sobrevivir, es imprescindible abrir nuestra economía y olvidarnos un poco del petróleo».
Dependencia del petróleo
El dirigente del MPLA (Movimiento Para la Liberación de Angola) reconoce precisamente «grandes dificultades, la situación financiera es menos buena a causa de la caída de los precios del petróleo», pero recuerda que «Angola tiene recursos más allá del petróleo, tiene una gran extensión, muchas tierras cultivables, mucha agua, un clima muy propicio sin invierno, y puede ser una gran potencia agrícola, del tipo de Brasil».
En la misma línea, «Angola tiene gran cantidad de minerales, algunos importantes como diamantes, oro, hierro...». También destaca su potencial pesquero con una costa marítima extensa e incluso su potencial turístico, «tanto de playa como de interior».
Lourenço reconoce, sin embargo, que la pobreza sigue siendo un problema acuciante aunque niega que la mitad de la población angoleña, es decir, 12,5 millones de angoleños, viven con menos de dos dólares al día. Eso sí, preguntado sobre el índice de pobreza señala que «ahora, así, no le puedo dar una cifra exacta, pero desde luego sí puedo afirmar que en los últimos años de paz la tasa de pobreza ha bajado muchísimo».
También asume la corrupción como otra de las grandes lacras del país y se marca como objetivo «llegar a niveles –no vamos a decir aceptables, pero– que existen a nivel internacional».
Finalmente, reivindica el legado de su antecesor, José Eduardo Dos Santos, porque «la independencia y la soberanía se ha mantenido, se han evitado dos invasiones, se ha acabado con el apartheid, ayudando a Namibia y Sudáfrica; se ha acabado con el conflicto interno...»
Respecto a Venezuela, «no soy yo quien debe hablar de los problemas de Venezuela» pero duda de que estemos ante un problema solo económico. «Hay muchos productores de petróleo (Angola es el segundo de África) y no todos estamos en la misma situación, pese a la bajada de los precios del petróleo».
Contundente, reafirma la alianza con Cuba, que «nos dio la mano en un momento crítico, los cubanos derramaron su sangre en nuestro territorio y eso no tiene precio. Los angoleños no somos ingratos».