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‘Begibistan’, anteproyecto ganador del parque sur de la Txantrea, que incluye una calle de 30 km/h

El diseño del parque sur de la Txantrea incluirá la conversión en calle de velocidad máxima 30 km/h el vial de gran capacidad previsto en el Plan Municipal de Iruñea para atravesar el barrio desde la zona del puente de la Magdalena hasta el límite con Burlada (Polígono Mugazuri). Así lo recoge la propuesta ‘Begibistan’, denominación que recibe el anteproyecto ganador de este diseño.

Recreación de cómo quedaría el nuevo parque sur de la Txantrea. (AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA)

‘Begibistan’, uno de los cinco proyectos finalistas, incluye, entre otros elementos, amplias praderas, la conservación de la mayor parte del muro perimetral de las HH. Josefinas, la creación de huertas escolares y de gestión comunitaria, un bosquete con especies autóctonas y el fomento de espacios de coexistencia y estancia.  La mayoría de estas propuestas han sido incluidas en el anteproyecto por iniciativa vecinal y gracias al proceso de participación que se organizó a finales de 2016 y la primera mitad del presente año.

El concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Joxe Abaurrea, ha presentado las líneas generales del anteproyecto ganador, que mañana día 13 será analizado para su aprobación en la reunión del Consejo de Gerencia, y que, en caso de superar este trámite, será presentado al vecindario el lunes 18 de septiembre en una charla organizada a las 18 horas en la Biblioteca Pública de la Txantrea.

Junto al concejal han comparecido David Serrano, miembro del equipo redactor de ‘Begibistan’, y Mikel Baztan, responsable del servicio de Jardines del Ayuntamiento de Iruñea. El primero ha analizado las principales características de la propuesta, mientras el segundo ha explicado las novedades que se introducirán de cara a futuro en la gestión de esta superficie.

100.000 metros de parque
A partir de la aprobación de este anteproyecto se abrirá un plazo de tres meses para la redacción del proyecto definitivo. Las obras podrían acometerse por fases empezando el año que viene por el entorno del río Arga hasta la parroquia de Santiago y englobando toda el área del instituto Irubide. El anteproyecto estima un coste de ejecución total de las obras de 4,19 millones de euros.

El nuevo parque, de casi un kilómetro de largo y 100 metros de ancho, se formaliza como una serie de praderas multifuncionales concatenadas en sentido longitudinal, desde la zona del puente de la Magdalena hasta la pequeña loma en el límite con Burlata.

El antiguo vial, que se convierte en calle 30, y la urbanización del actual barrio de la Magdalena delimitan los más de 100.000 metros cuadrados del parque al norte y al sur. Se mantiene la actual ordenación del parque de Irubide, una de las peticiones fundamentales del vecindario, y se reorganiza la confluencia del camino de Caparroso con el entorno del río, creando una pequeña plaza y una zona semipeatonal.

Al norte, en el lado de la Txantrea, se ubicarán zonas de estancia, juego y los usos más específicos y especializados demandados (parkour, skate...), al tiempo que se reestudia el antiguo vial para que constituya una transición y no una barrera. En el sur, se ubicarán las huertas para escolares y de gestión comunitaria. El parque estará atravesado por diferentes recorridos peatonales y carril bici.

Reducir un 50% los costes de mantenimiento
Según han explicado David Serrano y Mikel Baztán, el tratamiento vegetal del parque busca implementar varias estrategias ambientales y de sostenibilidad que pasan por la naturalización del mismo, por la consideración del parque como espacio productivo de carácter agrícola y por que la propia gestión del parque se convierta en herramienta de sostenibilidad, diseño y forma del mismo.

Se propone, de esta manera, un parque más natural en el que se pueda disfrutar y aprender hábitats autóctonos, en el que se favorezca el desarrollo de flores y arbustos y también la presencia de fauna. En la parte norte, incluso, se propone romper el límite del nuevo vial y dar continuidad visual haciendo que la vegetación del parque entre en la propia urbanización de la Txantrea, en sus calles y en sus plazas.

Acercar las zonas verdes a la ciudadanía, integrar la biodiversidad en lo urbano, ser eficientes en el gasto de creación y sobre todo de mantenimiento y hacer de este parque un ‘sumidero verde de carbono’ son algunos de los retos que se marca el servicio de Jardines del Ayuntamiento de cara a la gestión de esta nueva infraestructura que, si se cumplen las mejores previsiones, podría ser una realidad en toda su extensión para el año 2021.

Calculan que gracias al diseño del nuevo parque se podrá ahorrar en torno a un 50% en los costes de mantenimiento reduciendo el consumo de agua, aprovechando el agua del nivel freático, proyectando las siegas de la pradera según los ciclos de la naturaleza y haciendo del parque «un lugar de trabajo y disfrute comunitario y escolar en el que se generen sinergias con los barrios limítrofes y sus actividades».
 
Se salva el muro del huerto de las Josefinas y el parque de Irubide
El entorno del puente de la Magdalena y el río Arga, al oeste, constituyen el acceso peatonal desde el centro de la ciudad hasta el barrio. El proyecto plantea la apertura puntual del muro perimetral del huerto de las HH. Josefinas permitiendo una conexión más clara y accesible al parque a la vez que mantiene gran parte de los lienzos de piedra de este elemento estructural tradicional que ha sido reivindicada por el vecindario con el objetivo de mantener la memoria del lugar.

Se integra, además, el parque de Irubide, que se comunicará a través de aperturas en el muro con el antiguo huerto de Josefinas, el cual, manteniendo su carácter agrícola, se resignifica como jardín comestible de pequeños frutos, huerto medicinal y de manzanos autóctonos.

Para la transición entre el entorno del río y el barrio se crea una pequeña plaza de acceso desde el puente de la Magdalena que conecta física y visualmente la Txantrea con la meseta de Iruñea.

El tramo de ribera del Arga que se encuentra  dentro del parque, se integra en el mismo facilitando el acercamiento a la orilla del río. Todas estas propuestas también han sido introducidas gracias a las aportaciones de la ciudadanía.

Zonas de coexistencia
La propuesta aporta sugerencias y modificaciones respecto al vial al norte, con la idea de convertirlo en una calle de carácter vecinal de baja velocidad (calle 30), e integrarlo junto con la urbanización en el propio parque. Para ello, se propone la reducción del tamaño de la rotonda propuesta en el oeste de la calle y su reubicación más al norte para que el acceso se realice más lentamente y se minimice la afección a la zona del parque de Irubide, así como eliminar la mediana.

También se llevarán a cabo actuaciones de relación entre ambos lados de la calle, dejando al mismo nivel, en continuidad, el pavimento de la plaza de la iglesia de Santiago y el de la plaza principal de la nueva urbanización. Se trata de crear zonas de coexistencia donde el peatón tendrá preferencia sobre el vehículo privado.

En cuanto al aparcamiento, las plazas serán todas en batería para intercalar zonas verdes de arbolado. Además, aquellas que estén en el lado del parque se diferenciarán del resto en material y color. El carril bici transitará paralelo a la calzada, separado por una franja verde de dos metros de anchura.

En la conexión con la plaza de la iglesia de Santiago se propone la creación de una zona cubierta que cuente con un pequeño ambigú y unos aseos públicos, asi como la ubicación de una primera zona de juegos infantiles principalmente orientados a los menores de edades más tempranas.

Próximo a la conexión del parque con la nueva plaza prevista se ubica una segunda zona de juegos pensados para una franja de edad más amplia, incluyendo juegos para personas mayores. Más al este, en una zona más recogida, se ubica un espacio destinado a parkour que incorpora, a sugerencia del vecindario, una zona de skatepark. Entre estas tres zonas se dispone de una serie de espacios dedicados a zonas de estancia.

Praderas, como corazón del parque, y zona de huertos
Las praderas discurren longitudinalmente a lo largo del parque, desde el puente de la Magdalena hasta el otero, siendo atravesadas por caminos transversales. Se trata de ámbitos multifuncionales, que permiten usos diversos y variados, como picnic, juego libre, fútbol entre amigos, correr, así como otros solicitados por los vecinos y vecinas, como los calderetes. Dentro de la estrategia de naturalización del parque, se propone utilizar praderas naturales, evitando el césped, ya que aportan riqueza cromática, aumentan la biodiversidad y tienen menores necesidades de riego.

El parque es también espacio productivo. Al sur, en contacto con la Magdalena, se ubican las huertas, de carácter comunitario y escolares, entre grupos de árboles frutales que aportan interés tanto por su floración como por su fruto. Las huertas propuestas establecen un vínculo con los espacios agrícolas de la zona y se entienden como espacios integrados dentro del parque. Para ello, se conforman recintos delimitados por setos vivos. Se propone una gestión comunitaria de los huertos como oportunidad para hacer barrio.

Los elementos de servicio a la zona de huertas son casetas de aperos comunitarias, albercas para riego, zona para el compostaje de los residuos generados en las huertas... Se plantean también huertos escolares, dada la gran cantidad de colegios en la zona.

Un otero, un bosque apadrinado y la recuperación de la regata Iturriapurria
Al este se sitúa la zona más elevada del parque que ofrece una vista del perfil monumental de la ciudad. Este otero funcionará a modo de anfiteatro natural. Al sur, en la cota baja, se dispondrá un área con acceso desde el Camino de Burlata para poder montar escenarios para actuaciones y eventos.

Un camino conduce desde el otero hacia la regata Iturriapurria y deja a un lado el bosque, que recibirá ejemplares seleccionados trasplantados desde el propio solar sobre el que se construirán las nuevas viviendas. La plantación se completará con nuevo arbolado que, se sugiere, pueda ser apadrinado por los vecinos y vecinas más jóvenes de la Txantrea, generando un espacio de carácter forestal con vegetación autóctona.

Asimismo, se propone naturalizar la regata Iturriapuria, hoy encauzada, que constituye el límite este del parque en su contacto con Burlada. Se trata de regenerar su orilla y crear una plantación de arbolado y vegetación herbácea propia de ribera. Un camino de carácter secundario permitirá el acceso a la zona y subirá en zigzag al otero. Finalmente, se instalará sobre el cauce regenerado una pasarela de carácter ligero, de madera, que permita seguir cruzando hacia Burlata y conecte con el futuro parque de Morea.