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Un fulgurante inicio liguero que es presagio de ascenso

Con solo el primer cuarto de competición resuelto, se antoja precipitado aventurar cuáles serán las opciones rojillas para meterse, una vez más, en la lucha por el ascenso. Lo que sí se puede es comparar los sobresalientes números que acumula en la presente campaña, y que le permiten liderar la competición, con similares episodios pasados y qué es lo que sucedió en aquellas circunstancias.


Si tiramos de dicha reciente casuística, habría que decir, aun a riesgo de parecer presuntuosos, que Osasuna estará en Primera la próxima campaña. Es lo que ocurrió hace apenas dos ejercicios cuando, de la mano de Enrique Martín, la escuadra navarra se plantó en la máxima categoría tras dejar claro que fue la mejor en los play-offs.

Como el actual ejercicio, en el de 2015-2016, el conjunto rojillo tuvo un inicio de campeonato fulgurante. Finalizada la undécima jornada, también contaba con 20 puntos en su haber y se encontraba ubicado en la segunda posición, a dos del líder Córdoba, quien finalmente iría perdiendo posiciones.

Otro precendente casi calcado. A finales de los setenta del siglo pasado Osasuna llevaba un buen número de temporadas languideciendo en la categoría de plata y de bronce, pero un joven entrenador por aquel entonces –contaba con 37 años– iba a cambiar su trayectoria. Con un bloque que mezclaba veteranía y juventud –entre estos últimos se encontraba precisamente Martín–, Pepe Alzate fraguó en la 1979-80 un ascenso histórico.

En dicha campaña, sus jugadores también llevaban una dinámica parecida a la de hoy día. Finalizados los once primeros encuentros ligueros, el cuadro rojillo sumaba 14 puntos –lo que serían 20 puntos de hoy día–, tras firmar seis victorias, dos empates y tres derrotas. Además, en ese momento era el equipo más goleador, cualidad que mantendría hasta el final del torneo, con 74 dianas.

Aunque no tan buenos, en la 1999-2000 –el club había fichado a Miguel Ángel Lotina con el único objetivo de subir– los números iniciales también fueron para destacar, con 16 puntos (cinco triunfos y un empate) en once envites jugados. Sería al final cuando el equipo esprintaría para firmar el ascenso.

Las sobresalientes cifras de un inicio liguero no son, en todo caso, exclusivas de Segunda, sino que también se han dado en la máxima categoría e incluso con mayor magnitud. Ocurrió en la inolvidable 2005-2006, que concluyó con la clasificación de Osasuna para la previa de Champions. Pues bien, en dicha campaña y cumplida la jornada decimoprimera, los de Javier Aguirre iban líderes, gracias a los 24 puntos cosechados en ocho victorias, superando en dos al Barcelona, quien a la postres se hizo con el título, y en tres al Real Madrid.

 

Barja pide paso con goles y asistencias

Kike Barja, uno de los tres jugadores que dispone de dorsal con el primer equipo y licencia amateur que le permite jugar con el Promesas, está pidiendo a gritos una oportunidad en el primer equipo. El hábil extremo de Noain fue protagonista destacado en la victoria que protagonizó el Promesas en Irun (1-3).

El futbolista rojillo marcó el primer gol y dio la asistencia del tercero en el Stadium Gal, certificando que la categoría de bronce cada día le viene más pequeña. Barja, que al principio de temporada fue considerado jugador de pleno derecho de la primera plantilla, se vio obligado a variar su estatus a la vista de que Diego Martínez le advirtió de que no dispondría de muchas oportunidades.

Al técnico gallego le avalan sus resultados, acordes con el objetivo que se le ha marcado desde los rectores del club, que no es otro que el ascenso, pero ello no es impedimento para que le dé minutos al joven valor canterano.N.M.