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Diversos colectivos piden que se remodele el Plan Director del Euskara de la UPNA

Ikasle Abertzaleak, el Grupo de Euskara de la UPNA, ELA, LAB, STEILAS, Hizkuntza Eskubideen Behatokia, Iruñeko Euskalgintza y un grupo de trabajadores de la universidad solicitan al rectorado y al Gobierno de Nafarroa que remodelen el Plan Director del Euskara de la UPNA, «garantizando la participación del alumnado y de los agentes sociales» y que definan «con claridad y precisión sus objetivos».

Diversos colectivos solicitan que que se remodele el Plan Director del Euskara de la UPNA.

Esos objetivos deberían basarse en «un diagnóstico profundo y teniendo en cuenta las oportunidades y potencialidades existentes en las diferentes carreras, proponiendo actuaciones concretas y dotándolo de los medios necesarios, expresando, finalmente, el horizonte temporal o calendario a través del cual se harán efectivos», según han señalado en una comparecencia pública.

Sobre el plan presentado, señalan que «no podemos ocultar que a su lectura ha seguido un sentimiento de decepción, ya que nos ha parecido insuficiente».

Las razones de esa impresión son varias y comienzan por el hecho de que «el plan se haya dado a conocer el mes de agosto, lo que ha dificultado la participación de los alumnos y los agentes sociales. A ello habría que añadir que no ha sido suficientemente publicitado».

La razón fundamental por la que les parece insuficiente es que «no prevé ofertar ningún grado íntegramente en euskara. Para entender justamente el sentido de nuestra crítica hay que tener en cuenta una serie de datos. El primero es que los únicos grados que se ofertan en euskara íntegramente en la UPNA son los Grados de Magisterio. Sin embargo, conviene recordar que estos grados ya se ofertaban en euskara desde antes de la creación de la UPNA. Es decir, la UPNA, en sus 30 años de historia, no ha hecho ningún esfuerzo por cambiar esta situación. Mientras tanto, y a lo largo de estos 30 años, la sociedad navarra ha cambiado, y hoy en día el porcentaje de alumnos que está en condiciones de estudiar en euskara está en torno al 30%».

Teniendo en cuenta que el Plan Director del Euskara debe regular la actividad en este idioma de toda la universidad, esperaban «una serie de cuestiones básicas: un diagnóstico en profundidad, unos objetivos estratégicos bien definidos, una definición de recursos acorde con estos objetivos, todo ello con su correspondiente calendario». En su lugar, «encontramos un diagnóstico superficial, sin objetivos estratégicos definidos en lo académico, sin una planificación de recursos, ni una indicación de plazos de tiempo en los que las acciones se llevarán a efecto».

 Sobre la indefinición de objetivos, destacan que «se habla de un aumento de los créditos a impartir en euskara (488), pero sin definir por qué se da ese número y no otro cualquiera, sin señalar en qué estudios se va a producir ese aumento, en qué plazo y con qué medios se cuenta para ello. Desgraciadamente, nos tememos que este plan ahonda en la tradicional improvisación y voluntarismo con el que se trata el euskara en la institución. Es más, nos atrevemos a predecir que la oferta se articulará en función de la capacidad lingüística de los profesores ya contratados. Resulta evidente la absoluta falta de una reflexión verdaderamente estratégica acerca de hacia dónde quiere avanzar».

En su opinión, la situación de la Escuela de Enfermería «ilustra perfectamente esta falta de planificación. La Escuela que mayor porcentaje de alumnos y alumnas euskaldunes presenta es, precisamente, aquella en que la oferta es menor. Allá donde el porcentaje de alumnos y alumnas euskaldunes es en torno al 50%, donde por lo tanto se dan las condiciones, al menos potencialmente, para una mayor oferta académica, ésta es casi inexistente. Se da la circunstancia agravante, además, de que gran parte de ese alumnado trabajará en el servicio público, donde, como es sabido, la ciudadanía no puede acceder a ser atendida en la sanidad pública en euskara, viendo conculcado su derecho a ello, por falta de profesionales capacitados. Desgraciadamente, este Plan no ayudará a resolver esas deficiencias».

Por último, califican de asombroso que el plan «no contemple ninguna medida tendente a realizar prospecciones en la enseñanza secundaria, para conocer las intenciones del alumnado respecto a sus estudios universitarios o de formación profesional, para poder predecir, en la medida de lo posible, cuáles pueden ser las prioridades e intereses de ese alumnado con respecto a sus estudios, cuáles estarían dispuestos a continuar en euskara, de existir oferta, etc».

Consideran que ese tipo de datos «son de sumo interés, en primer lugar para el alumnado y sus familias, pero en segundo lugar, también para la institución universitaria, que si dispusiera de esos datos podría planificar su oferta con un mayor conocimiento de la realidad educativa a la que debe dar respuesta».

Por último, señalan que «las valoraciones triunfalistas acerca del plan que hemos oído estos días pasados, en declaraciones de responsables de la UPNA, producen vergüenza ajena».