INFO

El Foro Social reúne seis relatos de sufrimiento para, escuchándose, construir la convivencia

Víctimas de distinto signo se han reunido en Gasteiz para desnudar su propio sufrimiento y escuchar las vivencias de otros y otras que conocieron otras formas de sufrir, dentro del encuentro ‘Hitzorduak’ propiciado por el Foro Social. La cita ha arrancado con el testimonio de Alan McBride, víctima del IRA, y ha proseguido con los testimonios de un funcionario de prisiones, dos excargos políticos del PSE, dos víctimas de la tortura y familiares de personas que han perdido la vida en atentado del BVE y producto de la dispersión.

Asistentes a la conferencia organizada por el Foro Social. (Jaizki FONTANEDA/ARGAZKI PRESS)

El encuentro ha comenzado a primera hora de la mañana en Gasteiz, en el Palacio Europa, en el que han dado cita decenas de personas para asistir a este encuentro, que el Foro Social ha llamado ‘Hitzorduak’, y que como han explicado tiene como fin generar un espacio de encuentro y de diálogo, un ejercicio que han descrito como «escuchar para construir la convivencia». La iniciativa tiene un precedente en Nafarroa, en 2016, donde once víctimas de distintas violencias se reunieron también para vaciar su dolor y hacerse cargo del que padecieron otros, mirando a un futuro en común desde sus diferencias.

La cita ha arrancado con el testimonio de Alan McBride, víctima del IRA en Irlanda del Norte y miembro de la iniciativa Wabe Trauma Centre, que ofrece apoyo y cuidados a personas víctimas de la violencia de motivación política. McBride ha contado su recorrido personal desde la muerte de su compañera en un atentado hasta que pudo encontrarse frente a frente con un expreso del IRA, relatarle su sufrimiento y escuchar, a su vez, el cúmulo de violencias a las que estaba sometido su interlocutor, su disculpa sincera y el mecanismo que se activa al entender que perpetuarse en la trinchera del sufrimiento personal no hace sino alargar el conflicto. De hecho, con respecto a la excarcelación anticipada de presos del IRA, ha comentado que le resultó «injusto, una afrenta» pero entendió que era más importante «no estar encerrado en otros 30 años de conflicto».

En la conferencia ha intervenido Nerea Melgosa, concejala delegada para la Convivencia y la Diversidad, que ha excusado la presencia del alcalde, Gorka Urtaran, por motivos de agenda. Melosa ha esbozado la labor de esta área y ha destacado la apuesta del foro, que ha calificado como «muy difícil, muy incómoda, pero necesaria y muy valiente». Su intervención y las palabras de Aizpea Leizaola, en representación del Foro Social, para agradecer a los participantes la «valentía y generosidad» demostrada por las seis víctimas participantes, han dado paso a la conferencia en la que se han reunido testimonios que en más de una ocasión han quebrado sus voces.

El primero en intervenir ha sido Pep Moulia, funcionario de prisiones, quien tras recordar la violencia que ha llevado a compañeros a perder la vida o ha padecer secuestros como el caso de Ortega Lara, ha subrayado que parte de su colectivo como él mismo siempre estuvo en contra del alejamiento de los presos políticos, pero era imposible llegar a entendimiento en un clima de enfrentamiento con padecimientos muy duros. Ha contado, como anécdota, que la última aparición pública apoyando una movilización precisamente contra el alejamiento, fue respondida con el reproche de Iñaki Anasagasti en su blog de simpatizar con Sortu, para arremeter contra la izquierda abertzale.

Candi Gomez ha recordado que tenía 16 años cuando su hermano murió en atentado a manos del BVE, cómo volvieron a casa con el féretro a toda velocidad custodiados por la Guardia Civil y como la capilla ardiente tuvo que ser instalada en su portal. Tras exponer su relato, ha destacado que es importante «bajar un poco de tu postura y empalizar con otros sentimientos y sensaciones», porque todas «son muy ciertas y posibles de entender».

Encarni Blanco, detenida en 1992 y torturada por la Guardia Civil, ha contado que junto a su padecimiento incomunicada en comisaría ha padecido que una institución como el Estado que tiene que velar por el bienestar de los ciudadanos «ha permitido que esto ocurra» y muchos han mirado hacia otro lado. Ha hablado de soledad y de la necesidad de tener que justificar una y otra vez la veracidad de su relato. «No es algo que nos hemos inventado, no es un manual», ha dejado sentenciado para cerrar su intervención.

Blanca Roncal ha sido exparlamentaria del PSE y edil durante 16 años en Arrrasate y uno en Oñati. Ha explicado cómo se siente alguien que es señalado como «enemigo del país», cómo vivió los insultos, pero también la falta de empatía tras la muerte de su compañero de partido Isaías Carrasco, los largos años con escolta y otra consecuencia del conflicto que vive con intenso dolor, el hecho de que sus hijas abandonaran Euskal Herria huyendo del acoso.

A Rafa Isasi, un día de 1990 le comunicaron que su hermano, Fontso Isasi, de 26 años, había fallecido en un accidente cuando se dirigía a visitar a una presa en Ourense. En el mismo accidente murió también la madre de la presa, Pili Arzuaga. Ha descrito el dolor que supone al pérdida de un hijo y de un hermano, pero también para quien se encuentra en prisión y recibe la noticia de la muerte de su madre que no ha llegado a la visita. Y la vuelta al pueblo y que los representantes de PNV, PSE y PP en el Ayuntamiento le digan que no ha sido más que un desgraciado accidente, sin reconocer que pude que no haya un brazo ejecutor pero sí una decisión política que ha propiciado esas muertes. Ha recordado que también fue víctima de torturas, esa amenaza velada cuando toca testificar de «sube pero recuerda que luego bajas» y otra vez de vuelta en un pueblo en el que «quitando a la izquierda abertzale, tampoco nadie más ve la tortura».

Maite Berrocal exconcejala del PSE en Gasteiz ha reconocido que le cuesta más hablar que escuchar, ha recordado que nació en una familia muy implicada en la lucha contra el franquismo y que dio un paso adelante cuando vio que «no podía seguir pasivamente viendo gente que vivía amenazada, extorsionada» y que esta decisión tuvo unos efectos: «Te conviertes en traidora». Ha contado que su hija «lo pasó fatal», que tuvo que dejar de salir con ella por la calle, como con su familia, para no «ponerles en peligro» y ha considerado que no es suficiente con esa «frase manida» de reconocimiento del daño causado. «Los mensajes hay que construirlos desde la sinceridad», ha planteado.

Kristian Herbolzheimer, de la prestigiosa fundación Concliation Resources, dedicada a contribuir a la resolución de conflictos, ha cerrado el encuentro en Gasteiz destacando que «este acto tiene sentido en un contexto de transición» tras décadas de sufrimiento y ha recordado que una de las enseñanzas del proceso de paz en Colombia es una definición surgida en un encuentro de mujeres en la que concluyeron que «construimos la paz cuando queremos y podemos dialogar con quien piensa diferente». «La convivencia se construye desde la cotidianidad, el reconocimiento y la sinceridad», ha manifestado.