Donostia, el feminismo batió su récord dos veces en un día
EL 8-M logró abarrotar el Boulevard dos veces en ocho horas. Primero fue en forma de sentada contra el machismo, con gran participación juvenil; por la tarde, «zutik» y caminando hacia la igualdad. La emoción se desbordó en las activistas veteranas ante la fuerza que ha cogido la causa.
Es el caso de Marimar, 72 años, que apenas contenía las lágrimas al observar desde Alderdi Eder la estampa de este Boulevard repleto, un paisaje negro y morado cuyo final no se distinguía desde ahí, pero llegaba casi a la Bretxa. «No me digas que no dan ganas de llorar, ¿quién nos iba a decir esto hace unos años? Y sobre todo tantas chicas jóvenes, para mí es algo increíble».
Efectivamente, los institutos se vaciaron para llenar el paseo central de Donostia. Lemas de todo tipo, en euskara, castellano e inglés. Dos conceptos en muchas bocas y letreros: «Libres» y «vivas». «Eta harro!», añadía el mensaje pintado por Alaitz, 16 años, con rotulador morado en su camiseta blanca.
En los tres carriles del Boulevar, esta vez cerrados al tráfico, se apilaron unas 6.000 mujeres, las más jóvenes sentadas y las de más edad a pie en las aceras, pero todas juntas. Y en la zona peatonal que va hasta la entrada a Parte Zaharra, más allá del kiosko y también en la zona que mira al puerto, se contaban otras 5.000 aproximadamente. 11.000 en total, un éxito, aunque había quien dejaba caer que «yo esperaba todavía más». Muy pocos eran chicos, como se había «sugerido»; en cambio, casi todos los fotógrafos –que sacaban chispas a tal variedad de gentes, lemas o disfraces– eran hombres.
Durante unos 20 minutos, el Boulevard atronó con proclamas clásicas como «Gora borroka feminista!»&flexSpace;y otras modernas y a la vez emotivas: «Queremos ser libres, no valientes». Un tiempo espléndido para estos inicios de marzo completaba un gran día que siguió con kalejira por la Parte Vieja y una comida tirando de tupper en la Plaza Gipuzkoa, hasta desembocar en la marcha de la tarde.
«Adi Munilla»
Y en ella el listón se superó con el impulso añadido de la participación masculina. Fue una marcha larguísima, a la que le costó 44 minutos superar el punto de recuento de GARA, con una media de 400 personas por minuto; en total, por tanto, cerca de 17.600 participantes. En cabeza, el animoso grupo representativo del sector de cuidados (una de las tres columnas que confluyeron en el Bule) bailaba al ritmo del lema «Feminismo p’alante, machismo p’atrás».
El dedicado al obispo de Donostia fue el eslogan de más éxito: «Adi Munilla, deabrua zure bila!» («Al loro Munilla, el demonio te anda buscando»). Esta explosión feminista ha reciclado melodías revolucionarias de aquí y allá, de modo que se escucharon en el recorrido la abertzale «Feminismoa da bide bakarra», la popular «Alibote, alibote, machirulo el que no bote» y esta con resonancias argentinas: «Se va a acabar, se va a acabar, el sistema patriarcal».
Volvía a destacar la participación juvenil, aunque en este caso se formó una amalgama total de edades, sexos, estratos sociales... Las veteranas de esta lucha reiteraban su estupor, preñado de satisfacción: «Pero si aquí este día normalmente no éramos más que 1.000..». Cuando la cabeza llegó al Boulevard las últimas filas empezaban a caminar desde allí. Recorrido completo, misión más que cumplida.