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Trabajadores de Prosegur piden los mismos medios que la Ertzaintza en los partidos de fútbol

El comité de empresa de Prosegur en Bizkaia ha criticado que, mientras la Ertzaintza tiene cascos y escudos, ellos únicamente cuentan con un «chaleco» con el que parece que van a «cambiar la rueda pinchada del coche».

Hinchas del Marsella, rodeados por vigilantes de seguridad en San Mamés. (Monika DEL VALLE / FOKU)

Trabajadores de seguridad se han concentrado este viernes en Bilbo, ante la delegación del Gobierno de Lakua, para mostrar su rechazo a las agresiones que sufrieron los vigilantes de seguridad en el estadio de San Mamés durante el encuentro entre Athletic y el Olympique de Marsella del pasado día 15, y denunciar que la «respuesta» de la Ertzaintza aquella jornada «no fue la correcta».

Tras una pancarta en la que se podía leer, en euskera y castellano, «Stop agresiones, Basta ya, queremos soluciones», los trabajadores de Prosegur, que prestan servicio para el equipo bilbaino, han denunciado «el atentado» sufrido y han advertido de que son «vigilantes de seguridad, no guardas».

Según ha señalado Isidro Campo, uno de los portavoces del Comité, la seguridad privada tiene que tener los mismos medios que la seguridad pública, por lo que han reclamado una formación adecuada y medidas que garanticen la seguridad.

«No entendemos que la Policía tenga sus respectivos cascos y escudos y nosotros un chaleco con el que parece que vamos a cambiar la rueda pinchada del coche», ha añadido.

De este modo, han rechazado la actitud del jefe de seguridad ciudadana de la Ertzaintza, Josu Bujanda, al que han acusado de «tirar balones fuera» cuando la responsabilidad corresponde a la propia Policía autonómica. «Son ellos los que tienen que autorizar las medidas de seguridad y, luego, las propias empresas hacerlas cumplir», ha afirmado.

Por ello, Campo ha reclamado tanto al Departamento de Seguridad como a la empresas del sector que se produzca un cambio en los «métodos y en los protocolos de actuación». Asimismo, han solicitado mayores sanciones para los equipos de fútbol con aficionados «violentos» y que los detenidos sean imputados por un delito de atentado a la autoridad, ya que «nosotros en ese momento somos agentes de la autoridad».