Cifuentes se encastilla asediada por la realidad y los datos del rector
A estas alturas Cristina Cifuentes sobrevive como presidenta de la Comunidad de Madrid porque Cs prefiere verla hundirse sola que apoyar una moción de censura que dé el gobierno al PSOE con apoyo de Podemos. El rector de la URJC, Javier Ramos, dejó claro que en sus archivos no hay constancia ni del acta ni de la defensa del trabajo final.
El rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Javier Ramos, reconoció ayer públicamente que del máster de Cristina Cifuentes no hay ni rastro. «No consta el acta en el servicio de postgrado –aseguró– pese a que su archivo en el mismo sea obligatorio. Tampoco –añadió– ha sido remitida la memoria del trabajo fin de máster, ni se puede confirmar que la defensa de dicho trabajo haya tenido lugar».
La víspera, la profesora Alicia López de los Mozos Díaz-Madroñero declaró en el marco de la investigación interna que no presidió ni formó parte del supuesto tribunal que evaluó el trabajo de fin de máster de Cristina Cifuentes. Y, en consecuencia, aseguró que «no reconozco el contenido del acta que se ha hecho público en los medios de comunicación, ni tampoco la firma que aparece en el mismo». “El Confidencial” ya había avanzado que la firma en el acta estaba falsificada y que, de hecho, el tribunal nunca se reunió.
El director del Máster de la presidenta Cristina Cifuentes, Enrique Álvarez Conde, afirmó por la mañana en una entrevista radiofónica que el acta que el 21 de marzo remitió la Universidad a la presidenta de la Comunidad de Madrid y ésta envió a los medios era «una reconstrucción» de la original que confeccionó por exigencia del rector, puesto que la original se debió destruir a los dos años.
Por la tarde rectificó y aseguró que «no es reconstrucción de ninguna acta sino que bajo la presión del rector se elabora un documento para él, un documento interno. No es un acta oficial. La versión definitiva del acta tiene que estar en los servicios administrativos de la Universidad».
En su comparecencia ante los medios, el rector negó haber pedido ninguna «reconstrucción» al director del máster. Reconoció que Enrique Álvarez Conde tiene «derecho a defenderse», paro avanzó que analizará sus declaraciones para ver si interpone actuaciones judiciales contra él.
Al margen de navajazos, lo cierto a estas alturas es que la URJC no tiene constancia de que Cristina Cifuentes terminara ese máster y quien fue presentada como presidenta del tribunal ha negado que la examinara y asegura que su firma fue falsificada. Por lo que el rector puso ayer toda la documentación en manos de la Fiscalía.
Además, la propia presidenta del Gobierno madrileño ha reconocido que se matriculó con tres meses de retraso, que no acudió a clase cuando era obligatorio, que tampoco se presentó a los exámenes, y que todo eso lo hizo de acuerdo con sus profesores, una relación de la que tampoco hay ninguna constancia. Insiste en que defendió su trabajo de fin de máster ante un tribunal, pero no sabe ni quién lo componía ni tiene copia del mismo. Son «olvidos» y excepciones que en los últimos días profesores y alumnos de masters consideran increíbles.
Cifuentes apunta a la URJC
Impasible el ademán frente a lo que todo el mundo, incluida buena parte de su partido, ve tan claro, Cristina Cifuentes insistió ayer en que «he dicho la verdad, no he mentido absolutamente en nada». Por ello, ni se plantea dimitir y apunta a la Universidad, asegurando que lo que está trascendiendo «pertenece al ámbito de gestión interna» de la misma y son «cuestiones ajenas a cualquier alumno».
La presidenta insiste en que pagó su matrícula, cursó las asignaturas, las aprobó y presentó el trabajo de fin de máster. Según su versión, eso queda acreditado en un «documento oficial» que solicitó a la universidad y que ésta le remitió firmado. «Por tanto, es un documento oficial que acredita que cursé y terminé mi máster de postgrado».
El problema para Cifuentes es que el rector de la universidad declaró ayer que no hay constancia de ello y que ha trasladado esos datos a la Fiscalía. Pero ella dice alegrarse de esto, para que «sean los tribunales los que determinen las responsabilidades».
Cristina Cifuentes se declara víctima de una campaña política de desgaste. «Yo no voy a dimitir», apostilla.
Ciudadanos hace equilibrios
El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, aseguró ayer que «con la situación actual, si Cristina Cifuentes fuera un cargo electo de Ciudadanos debería dimitir». Sin embargo, el partido de Rivera se niega a apoyar la moción de censura presentada por el PSOE y que apoyará Podemos. Una situación que no es cómoda para la formación naranja, que da la impresión de estar esperando que la presidenta caiga por sí misma como fruta podrida, puesto que al estar compitiendo con el PP por el electorado de la derecha, no quiere propiciar un gobierno de PSOE y Podemos en la Comunidad de Madrid.
Ciudadanos asegura todavía que no cierra «ninguna posibilidad», entre las que baraja «apoyar al PSOE y Podemos en una moción de censura», aunque afirma que «hay otras alternativas» que quedarán «abiertas» como el respaldo a otro candidato del PP, que «de hecho fue lo que pasó en la Comunidad de Murcia», ante las imputaciones judiciales de su presidente.
Cristina Cifuentes gobierna en Madrid gracias al apoyo que le dio Ciudadanos, en virtud de un pacto que incluye cláusulas anticorrupción. Pero la presidenta asegura que este caso, del que se dice víctima, está fuera de esas cláusulas, y a Cs le conviene apretar pero no ahogar.GARA