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Las acusaciones piden entre 23 y 30 años de prisión para el exmarido de Leire Rodríguez

La Fiscalía y el resto de acusaciones mantienen sus peticiones de entre 23 y 30 años de prisión para el exmarido de Leire Rodríguez por un delito de «asesinato con alevosía», ya que consideran que «la mató a sangre fría», de manera «planeada y premeditada», y que la joven tuvo «nula» posibilidad de defenderse.

Imagen de la primera sesión del juicio contra Jorge Mateos por la muerte de Leire Rodríguez. (Luis JAUREGIALTZO / FOKU)

La Fiscalía, la Abogacía del Estado, la acusación particular ejercida por la familia y la acción popular de la Asociación Clara Campoamor, así como la defensa, han presentado este viernes sus conclusiones en la quinta sesión del juicio con jurado celebrado en la Audiencia de Bizkaia por la muerte de Leire Rodríguez en agosto de 2015 en el barrio de Abusu en Bilbo, en el que se juzga a su exmarido, Jorge Mateos.

Las distintas acusaciones acusan al exmarido de la víctima de asesinato con alevosía, con agravantes de parentesco y género. Coinciden en considerar que las pruebas y testimonios que se han visto en el juicio esta semana ponen de manifiesto que, según ha indicado la fiscal, J.M.P. «desde un primer momento tenía la intención de matar» a Leire Rodríguez y, además, «lo había planeado y premeditadamente quería hacerlo de esa manera».

La sesión ha concluido con las palabras del acusado, que ha dicho «lo siento», y el próximo lunes se entregará al jurado el objeto del veredicto para que inicien su deliberación.

La fiscal ha apuntado que Leire Rodríguez sufrió un «ataque súbito e inesperado» cuando abrió la puerta de su casa al acusado y que la golpeó, al menos, seis veces contra el escalón de la bañera. Según ha indicado, tampoco pudo defenderse cuando «aturdida, inconsciente» por los golpes que había recibido, fue llevada en el maletero del coche, «aprovechándose de su situación de desvalimiento», hasta la carretera en la que la atropelló «de forma lenta y deliberada».

A su entender, el acusado «ya tenía planificado» matar a la joven, como evidencia que hiciera a una persona «tres proposiciones», en una de las cuales «hablaba de matar a una tía». También ha señalado que «en ningún caso» hubo colaboración con la policía, a la que ofreció hasta cuatro declaraciones antes de intentar suicidarse «cuando se ve pillado».

La defensa mantiene los siete años

La defensa, por su parte, mantiene su petición de siete años de prisión y defiende que existe «duda más que razonable» de que los hechos se produjeran como relatan las acusaciones y, a su entender, se debe «apreciar que no concurre la circunstancia de alevosía y, por tanto, no se tendría que apreciar la existencia de un asesinato, sino de un homicidio».

Ha argumentado que el acusado acudió a la casa de la víctima «porque previamente habían quedado en hablar» y entró «con el consentimiento de ella». A su entender, no se produjo en la vivienda ningún «ataque sorpresivo», sino que pudieron iniciar una discusión en la cocina y en el baño «debió continuar la pelea y le pudo golpear en la cabeza reiteradamente». Después, ha añadido, «él manifestó que le entró miedo y no supo qué hacer» y optó por una «actuación equivocada».